CAPÍTULO |04| EL ESCAPE, MÁS MONSTRUOS Y ¿QUIÉN ES SESOS DE ALGAS?

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Estaba perdido, realmente estaba perdido. Osea entiendo que una persona tiene nombre, ¿pero por que era tan importante? Ni yo mismo lo comprendía. Observe una vez más hacia Annabeth Chase y el azabache, que al fijarme mejor en ellos pude notar unas cuantas heridas en su cuerpo.

Raspones, moretones y heridas se miraban en todo su cuerpo, no eran graves, pero aún así deben de doler mucho. La chica de nombre Annabeth tenía un corte en su frente que sangraba sin parar, luego estaba su brazo que tenía un pequeña herida en el y cada vez que lo movía, hacía muecas de dolor. En cambio el azabache se miraba cansado y tenias menos heridas que ella, sin embargo la gran herida en su pierna me decía que un gran corte estaba allí en su piel. Lo que me pareció fatal fue que su piel se estaba tornando verde y pálida, lo que supone que debe ser veneno. El azabache daba un paso y le dolía, pues renquiaba con cada paso que daba.

—¿Una dracaenae y un cíclope juntos? —fue la pregunta de Annabeth hacia los monstruos.

Ellos la observaron con el ceño fruncido, sin embargo el cíclope habló primero.

—Digamos que nuestro jefe le encanta trabajar con nuestra raza y vio que éramos un buen equipo, o bueno que somos un buen equipo.

—¡¿Q-qué es lo que quieren de nosotros?! —dejé de mirar al cíclope y vi como James tragaba saliva al preguntar. Tenía miedo.

La dracaenae se rió a carcajadas y lo miró con alegría.

—Por que nuestro jefe los quiere a ustedes, son importantes.

—¿Para que? Solo son unos niños que apenas saben de esto. —el azabache salió en nuestra defensa. Se lo agradezco, sin embargo aún no entiendo nada.

El cíclope soltó un largo suspiro agotado y con seriedad habló.

—Eso no es de tu incumbencia, maldito Sesos de algas. —el cíclope se reía de él mientras el azabache retrocedió confuso.

—¿Q-qué...? —él parpadeo sin saber que decir. Luego miró a Annabeth a su lado.

—Supongo que de tanto llamarte Sesos de Algas tuvo sus concecuencias. —ella se encogió de hombros.

El Sesos de Algas frunció el ceño por la respuesta de su ¿novia? Yo creo que si y luego habló.

—¡Eso no es justo! ¡Deberían conocer mi nombre, soy famoso entre ellos! ¡Todos me quieren muerto por lo que soy y hago! ¡No tiene sentido!

Annabeth a su lado suspiró agotada mientras ponía una mano sobre su rostro y cerraba los ojos. Al parecer estaba agotada.

—Sesos de Algas, es por eso que nadie lo sabe. Pero tienes razón, ya deberían de haberte matado.

Ahora el azabache miró a Annabeth ofendido.

—Lo esperaba de todos menos de ti, eso es traición, Annabeth Chase.

Ella se volvió a encoger de hombros y sonrió.

—Pero ahí esta el asunto, tu eres mi Sesos de Algas, de nadie más.

Él se cruzó de brazos y sonrió.

—Es cierto, solo soy tuyo y...

—¡Ay, por favor pueden callarse ya! —el grito de la dracaenae nos sorprendió a todos y la miramos de inmediato—. ¡Solo vamos a matarlos, asi que quédense en donde están!

Ella se arrastró hacia nosotros con furia y fuerza, nosotros tres saltamos en diferentes direcciones para apartarnos a tiempo.

—¡Vengan aquí! —escuché un grito detrás mio y abrí los ojos como platos al verla correr hacia mi.

La gran Profecía: Los Semidioses Prohibidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora