Soy Legger, me gusta escribir 🥲🔪.
Déjame una estrellita y un comentario pa que nos riamos todos.
Los amo chandosos.A Crowley le pareció tierna la rabieta que hizo.
- ¿Por que no quieres que te llamé "niño"? Eso eres - Trato de provocarle con ganas de verlo más enojado.
- ¡No soy un niño! - Las cejas de Phel estaban en picada.
Crowley sonrió ladeado sin darse cuenta que lo hacía. - Te dije que a la escuela - Le ordenó.
- Bueno... Pero llámame por mi nombre - Se cruzó de brazos sonriendo, orgulloso.
- No, niño. Es para hoy, ve a ducharte.
Aziraphel se levantó y se fue fingiendo indignación ante la mirada juguetona de Crowley.
Crowley bajo a la primera planta para hacerle un buen desayuno a Phel.
Decidió hacerle unos jockeys, pues dudaba mucho que un niño como él comiera cereales integrales.
Azira bajo por las escaleras con el cabello mojado y la ropa de ayer, también tenía una toalla al rededor del cuello para evitar que su camisa se mojará.
- ¿Esa es mi toalla? - Le preguntó cuando lo vio.
- Eso... Supongo.
- ¿Sabias que es mi toalla y la usaste?
- Supongo que si - Le contesto sonriente.
- Bueno... Supongamos que eso no es raro y siéntate a comer - Le ordenó señalando el plato.
Aziraphel obedeció y se sentó a comer, se le veía realmente feliz, eso hizo que Crowley también sonriera. Phel corto un pedazo de su jockey y lo degusto.
- Está muy rico... Gracias
Crowley se maravilló, no solía cocinar para nadie y a esta hora en una mañana normal estaría solo, tal vez viendo tiktoks de perros salchichas con mejor vida que la suya.
Se sentó frente a Phel, también con un plato de Jockeys y estuvieron un rato en silencio, cada cierta cantidad de tiempo se miraban de reojo sin que el otro lo notará.
Luego de un rato Azira habló.
- ¿Alguna vez se casó? - Le preguntó.
- ¿Por que el interés?
- Quiero saber más de ti.
- Si es por lo que se supone que sientes por mí, no te voy a contestar... Por cierto ¿Que te pasa eh? ¿Te falta un tornillo?
- ¿Por que dice eso?
- Bueno, casi a media noche apareciste en mi puerta, luego de pasar la tarde conmigo, me besaste, dormiste en mi cama y ahora estás aquí.
Phel guardo silencio y se metió otra rebanada a la boca dejando pequeñas migajas en la comisura de sus labios... ¡Oh no! ¿Así o más cliché? ¡Es obvio lo que por obligación Crowley tiene que hacer con esas migajas!
Mientras retenía el impulso volvió a hablar.
- ¿Entonces?
- Usted no contestó mi pregunta, no contestaré la suya. - Otro bocado.
- No, jamás he estado casado ¿Bien?
- ¿Por que no?
- Soy demasiado bueno para tener pareja- Contestó está vez el metiendo un pedazo de Jockey en su boca. Seguido le guiño un ojo.
- ¿Entonces siempre ha sido soltero?
- Bueno, ya hablamos mucho. Come tu comida.
Luego de terminar Phel se apresuró a llegar al auto de su maestro quién hace un tiempo lo estaba esperando.
- ¿Por que la tardanza? - Le preguntó intrigado al peliblanco.
- Nada... Soy muy lento. - Mintió, la verdad es que estaba anotando su número de teléfono y dejándolo sobre la mesa de la cocina. ¡Ah! También dejo una nota.Tenían que pasar a la casa de Phel, por sus libros y para que éste pudiera cepillarse los dientes, pero Crowley lo llevaría hasta la escuela.
Lo dejo frente a la casa y este entró y salió en un par de minutos, mirar esa casa hacia que Crowley se enojara...
- Como desearía sacarte de ahí - Se dijo para sí mismo.
Phel llegó con la misma sonrisa con la que se fue, haciendo que la rabia que corría por las venas del pelirrojo se desvanecerá.
Aunque la idea de matar a golpes al papá del ángel no se iba de su mente. Comenzó a manejar, bastante callado pues no quería demostrar más atención a la que debía dar.
- ¿Sabes que no puedes decirle a nadie nada de esto, no? - Le pregunto el maestro para asegurarse de que no lo metiera en problemas.
- ¿A quien le contaría? ¿Crees que tengo muchos amigos? - Bromeó un poco triste.
- Los demás son idiotas ¿Sabias?
Phel sonrió ante ésto.
- Oye... ¿No has pensado en demandar a tu papá? - La rabia por ese sujeto no había desaparecido.
- No... No me atrevo, además es el único con trabajo en casa... No es normal que golpeé a mamá pero conmigo ya es costumbre.
Crowley freno de golpe, tal vez ya había perdido la cabeza o algo por el estilo pero desde anoche lo que le pasará a ese niño tenía su completo interés.
- Si ese maldito te vuelve a poner una mano encima, promete que me lo dirás. - Su tono ya no era divertido o casual, estaba enojado y se notaba a leguas.
- ¿Por que te lo diría?
- Olvídalo - Volvió a la marcha.
Ambos bajaron al llegar a la secundaria nadie los miró extraño, muchos maestros llevaban a los estudiantes hasta la escuela cuando se los encontraban por el camino o vivían cerca.
En las primeras tres clases del día Aziraphel no pudo concentrarse ni un poco, su mente solo reproducía imágenes e imágenes del rostro y el cuerpo de Crowley.
Finalmente llegó su clase favorita... ¡Física!
Si bien la carrera que el muchacho tenía pensado iniciar durante la universidad era el derecho, este año la física se convertiría en su materia favorita.
La clase pasó y los encuentros entre las miradas del niño y su maestro-amigo-secreto se habían cruzado varias veces y como respuesta a un encuentro en el que Aziraphel sonreía como un tonto ante la presencia de Crowley este le había guiñado el ojo y le había susurrado que disimulara un poco, esto obviamente en modo de broma.
Pero ese guiño más que una advertencia había puesto a Aziraphel un poco caliente, descubriendo así la mala maña de ponerse la mano sobre la bragueta del pantalón.
La clase terminó más rápido de lo que el peliblanco pudo haber notado y lo último que vio fue a crowley despedirse con la mano de todos sus estudiantes pero sin darle una importancia especial a él, lo cual lo puso algo irritante.
Sin darse cuenta ya era la hora del almuerzo otra vez Phel solo, esperando que algo como ayer pasará...
Claro que esta vez era imposible que esto sucediera pues al girar la cabeza vio a Crowley sentado a su lado.
- ¿Que haces aquí? - Le pregunto entre risas.
- Dudo que el director me despida porque cuido al niño que agredieron ayer.
Ante esto Phel soltó una risita que enloqueció el corazón de su maestro.
Y en su mente empezó a sonar. "como tú lo hace' rompe la ley. TU ERES UN DELITO QUE YO QUIERO COMETER"

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Caprichoso.
FanfictionAziraphel Arcafell, estudiante modelo con una mala vida social se enamora perdidamente de su maestro Anthony Crowley 20 años mayor. Se verá envuelto de diferentes situaciones con el pelirrojo al enterarse que es un red flag viviente.