Guardian Of Your Heart [Jaeyong]

I

La noche en la que él había nacido su reino había estallado en júbilo, no era el primero de los príncipes que nacía, pero él tenía algo especial, algo que se había descrito en los libros de las antiguas profecías de los adivinadores como "La bendición de la Luna".
El cabello del niño que había nacido estaba teñido de un color plateado brillante, tan brillante como la luna llena que alumbraba esa noche.

Lee Taeyong, fue el nombre del 2do príncipe del reino, 4to en la línea de sucesión. Rápidamente se corrió entre la gente de ese país lo especial que era su nuevo príncipe. Esa noche se celebró hasta que todos los gobernantes y pobladores estuvieron borrachos y cansados.

Taeyong o Yongie como lo llamaban sus hermanos había crecido siendo muy mimado, pero aun así era independiente, con sus propias opiniones y muy inteligente. Ahora era una chico de casi 18 años, algo delgado y no muy alto, pero muy apuesto. Su hermoso cabello plateado siempre estaba perfectamente peinado, él tenía los ojos azules como los de su padre y sus hermanos.

— Buenos días hermana —Un muchacho alto de cabello castaño saludó con un beso en la mejilla a la joven que se encontraba sentada con un libro en sus manos — ¿Sabes dónde está Yongie? —
Preguntó Sehun, el 1er príncipe y el mayor de los 4 hermanos.

— Ha de estar afuera con los soldados — Dijo tranquilamente Ji Eun mientras pasaba las hojas de su libro — Desde hace unas semanas se le metió la idea de aprender a usar la espada.

— Interesante — El príncipe tomó asiento en el sillón rojo sonriendo — ¿Y nuestros padres no se opusieron?

— Como si alguien pudiera detenerlo - Ji Eun miró a su hermano para luego continuar con su lectura.

Ambos hermanos se rieron, su hermanito menor era todo un caso y tenía un poder de convencimiento increíble.

Efectivamente Taeyong estaba en la plaza del ala este del palacio, donde entrenaban los caballeros de la guardia real, vestido y listo para practicar el arte de la espada. El cuerpo de Taeyong luego de crecer se volvió bastante resistente, se había caído innumerables veces pero nunca se había roto nada, al ser el menor, sus padres lo protegían demasiado, su padre, el rey no le había permitido recibir formación militar, pues para el era algo innecesario, estando en una época actual de paz y siendo príncipe tendría siempre quien lo proteja. Al principio su madre también se había negado, pero como siempre ambos terminaron cediendo a los caprichos del niño.

Taeyong llegó orgulloso al entrenamiento, los otros soldados lo trataban como si fuera delicado, lo que le molestaba bastante. Él quería demostrar que era tan bueno como cualquier otro.

El mayor Sungho era un hombre moreno, alto y fornido tenía su casco tomado en un lado de sus brazos, y estaba parado mirando desde un altillo a todos los soldados. Al principio cuando se enteró que el príncipe más pequeño quería practicar con los soldados se tomó un tiempo para preguntarle al Rey si acaso desconfiaba de los guardias, lo que el hombre negó y le dijo "Solo deja que se distraiga por ahí" pero al final de cuentas el chiquillo era muy hábil para ser tan joven.

La práctica transcurrió de lo más normal. Taeyong de verdad amaba entrenar.

— ¡Muy buen entrenamiento muchachos! ¡Es todo por hoy! — Los soldados se alinearon en 4 filas y columnas frente al Mayor Sungho. El hombre desenvainó su espada —¡Larga vida al Rey Lee Juwon y a la familia real de Teyron! — Dijo el hombre alzando su arma, los soldados repitieron el gesto. A Taeyong se le hacía un poco raro y divertido repetir el juramento de lealtad. — ¡Rompan filas!

Los soldados empezaron a dispersarse o disfrutar de una pequeña conversación entre ellos. Aunque el príncipe Taeyong quería acercarse, era un poco tímido, así que optó mejor por dirigirse a su habitación.