VI

34 3 0
                                    

Un extraño aroma hizo a su nariz congestionarse y se levantó estornudando, se sentó abriendo sus ojos despacio mientras reconocía el espacio donde estaba, se talló los ojos. Le dolía la espalda, no estaba en su habitación, había dormido en un sofá dentro de la pequeña cabaña de olor extraño pero tranquilizador del chico raro pero guapo que se encontró en medio del bosque.

— Ya era hora — Dijo Jaehyun llamando la atención del príncipe que aun estaba medio dormido.

Taeyong se quedó mirando al chico hasta que finalmente se dió cuenta que solamente estaba en calzoncillos mientras preparaba su desayuno, lo que lo hizo sonrojarse y se obligó a quitar su mirada del cuerpo del pelinegro mientras se pellizcaba la mano.

— Queda una hora para irnos, deberías apurarte sino te irás sin comer, prepárate algo — Jaehyun tomó su plato y se sentó en la mesita que había entre la cocina y la sala.

Taeyong se puso de pie evitando en todo momento mirar a Jaehyun mientras este se reía de la rara reacción del chico. Se paró frente a la cocina.

¿Cómo demonios se iba a preparar algo si en su vida había entrado a una cocina? Se llevó su dedo pulgar a la boca y empezó a mordisquear su uña.

Volteó a darle una breve mirada a Jaehyun , vió el plato de él con unos deliciosos huevos revueltos y tocino, se le hizo agua a la boca. Pero no, demasiado orgulloso para preguntar si le podía dar un poco prefirió incursionar en la cocina, después de todo no podría ser tan difícil. Si un simple plebeyo podía hacerlo, él también.

Abrió la refrigeradora y sacó un par de huevos, buscó un plato. Si el platillo se llamaba huevos revueltos era porque debía revolverlos, rompió los huevos dejando caer varios pedacitos de cáscara que tuvo que sacar usando sus dedos, le dió cosa tocar el huevo crudo. Se limpió los dedos en la mesa y empezó a batir.

— ¿No le vas a echar sal? — Jaehyun hablaba desde
su asiento.

— Cállate yo sé lo que hago — Dijo Taeyong buscando la sal y echándole. Sí, se había olvidado.

— Si, claro que si... — Jaehyun se metió un pedazo de pan mientras miraba divertido al chico.
Molestarlo le hacía mucha gracia.

Taeyong puso en blanco los ojos y se concentró nuevamente en lo que hacía. Ahora que ya había batido "¿Qué seguía?"

— Tienes que echar aceite a la sartén.

— Ya lo sé Jaehyun, por que rayos mejor no vienes y lo haces tu?

"Claro el aceite y la sartén y luego ponerla en el fuego de la cocina... ¿Cómo se prendía una cocina?" Se quedó mirando el aparato. Supuso que debía girar las cositas esas raras que estaban en la parte delantera. Así lo hizo, puso la sartén sobre una de las hornillas y se quedó mirando y esperando a que prendiera, Jaehyun seguía concentrado en su comida hasta que sintió un fuerte olor a huevos podridos. Y se paró rápidamente corriendo hacia la cocina y girando la llave.

— ¡¿Qué haces?! — Taeyong enojado intentó volver a girar las llaves y Jaehyun puso sus manos sobre estas evitando que las toque — ¡Quítate! ¡¿No ves que aún no prende?!

— ¿No sientes? — Dijo Jaehyun desconcertado —
Ese olor a huevos podridos es el gas, torpe!, lo único que iba a prenderse es mi casa!.

Taeyong se quedó en silencio para luego encogerse un poquito de hombros.

— Lo siento — Dijo tocando una de sus orejas con sus dedos en un gesto nervioso y desvió su mirada, gesto que a Jaehyun le pareció condenadamente tierno, pero sacudió su cabeza quitando esos pensamientos.

Taeyong se alejó un poco del otro chico al sentir su cercanía, lo ponía demasiado nervioso. El tenía un hermano mayor y habían ido a la piscina e incluso se habían duchado juntos pero el pelinegro le causaba un sentimiento totalmente distinto, uno que no sabía cómo interpretar y lo único que hacia era sonrojarse como tonto.

— ¿Así que nunca has cocinado su alteza?

Las palabras de Jaehyun lo sacaron de su mundo.
El cuerpo de Taeyong se tensó y sus ojos se abrieron.

— ¿Qué dijiste? — Dijo abriendo los ojos como
platos.

— ¿Su alteza? Eso pareces — Jaehyun por fin prendió el fuego de la cocina y empezó a revolver los huevos al calor de la sartén. Taeyong se quedó mirando como Jaehyun trataba de arreglar su triste intento culinario, se calmó cuando se dió cuenta de que el chico había usado "su alteza" como un sarcasmo, su secreto no tenía nada que ver aquí —
¿No has hecho nunca este tipo de cosas verdad?
Eso sumado a que eres llorón, engreído y orgulloso, parece que fueras de la realeza...

Taeyong dió un codazo en las costillas de Jaehyun quien soltó una risa de la cual Taeyong se contagió, pues estaba aliviado de que su secreto no se supiera, aunque era un fracaso en la cocina y eso no se podía negar. Ambos aclararon su garganta y dejaron de reir mirando hacia otro lado.

— Es solo... nunca me dejaron hacer este tipo de cosas — Dijo tímidamente.

— ¿Enserio? ¿Y aún así huiste?

Taeyong se quedó en silencio y sacó un tenedor de uno de los cajones.

Jaehyun solo lo quedó mirando, sirvió los huevos en un plato y se lo dió, olía muy bien, sacó un refresco de la refrigeradora y ambos se sentaron en la mesita. Taeyong se veía contento cuando empezó a comer, parecía hambriento. Jaehyun se le quedó mirando. Taeyong alzó la mirada.

— ¿Qué?

— ¿Por qué no te quitas la capucha? Eres calvo?

— ¿Qué estupidez dices? — No pudo evitar reír.

— Cuando saliste de la ducha también estabas usando un gorro, ¿Hay algo de malo con tu cabeza?

Taeyong negó con la cabeza y se quedó en silencio
Jaehyun era demasiado preguntón. Él no le andaba preguntando por qué vivía solo en medio del bosque si se veía casi de su edad.

— ¿En cuánto tiempo partiremos? — Dijo cambiando el tema. Jaehyun miró su reloj.

— 15 minutos... ¿Vas a cambiarte de ropa o irás así?

— Dijo señalando la ropa deportiva que era de él pero que Taeyong llevaba puesta.

— Estoy bien así, esto es cómodo y... huele bien.

Jaehyun se quedó mirando al chico sin poder creer lo que había oído, ayer no se lo había querido decir pero esa sudadera había sido usada por él unos momentos antes de que Taeyong se la pusiera.

— Oh ya veo — Se sonrojó, se levantó y salió caminando rápido hacia su habitación.

Taeyong terminó de comer y llevó los platos al fregadero, al menos para lavar no se necesitaba saber tantas cosas y era lo menos que podía hacer después de que el otro muchacho le había preparado el desayuno. Miró sus manos, luego de lavar se sentían un poco ásperas pero ni modo. Se sentó en el sofá y miró sus zapatillas, estaban como antes de salir del palacio, probablemente Jaehyun las había limpiado, se dibujó una sonrisa en su rostro mientras se las colocaba.

Al cabo de un rato Jaehyun salió de su habitación con una mochila en su espalda, una camisa azul, pantalones cremas y botines negros.

— Vámonos.

Guardian Of Your Heart [Jaeyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora