II

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Taeyong ya se había hartado de llorar como un idiota, ya no era un niño, pero el no poder cambiar su destino le hizo sentir tanta impotencia. Se limpio los ojos y la nariz con la manga de su sudadera, tomó una respiración profunda para después levantarse, sacudió su ropa y salió de su escondite.

Se colocó la capucha sobre la cabeza y caminó hacia su habitación en silencio. Evitar a los guardias y evitar que lo vieran mientras caminaba por los largos y solitarios pasillos había sido su hobby desde que era pequeño.

Mientras caminaba pensaba que su única opción era huir, tenía que salir del palacio, perdido en sus pensamientos no se dió cuenta que su hermano mayor lo esperaba en la puerta de su habitación.
Bloqueandole la entrada.

—Taeyong— Dijo el joven más alto tomándolo de los hombros poniéndose entre la puerta y él para tratar de hablar con su pequeño hermano.

— Mira Sehun, no tengo ganas de hablar con nadie, asi que vete — Dijo bajando la mirada evitando que se notara que había llorado.

— Sé que estás enojado, pero tienes que entender...

— ¿Entender qué? ¿Qué me ofrecieron como si fuera una cosa? ¿Qué a papá le importó una mierda lo que yo piense?

— No es así, Yongie... — Hizo una pausa antes de seguir hablando— Es tu deber como príncipe aceptar.

Taeyong se soltó del agarre de su hermano y abrió la puerta de su habitación, entrando rápido y cerrando la puerta tan fuerte que el sonido probablemente se había escuchado en todo el palacio. Sehun suspiró y se regresó a su habitación. Taeyong era terco y orgulloso, todos lo sabían. Hablar con él hoy no tenía caso.

Taeyong se lanzó en su cama, sus pensamientos no lo dejaban dormir, lo peor de todo era que no estaba seguro de que las chicas le parecieran tan atractivas, es más le parecían intimidantes y ahora tendría que casarse con una. Las horas pasaron y para cuando ya el sol amenazaba con salir Taeyong se abrazó a una almohada y cerró sus ojos.

Finalmente se quedó dormido.

En la mañana mientras desayunaban su padre había anunciado que su "Prometida" llegaría en 2 días y estaba muy emocionada por conocerlo. Taeyong no pudo evitar que se le revolviera el estómago.

Además de la "encantadora" noticia, durante toda la maldita mañana ni sus padres, ni sus hermanos lo miraban a los ojos. La idea de largarse del palacio seguía en su cabeza y cada vez se hacía más fuerte en él el sentimiento de querer hacerlo.

Para la noche ya había metido muchas de sus cosas en una mochila, aunque aún no tomaba la decisión.
En casa tenía todo, le bastaba con abrir la boca para obtener lo que deseara. Tenía que admitir que le daba un poco de miedo dejar todo eso.

A la hora de la cena su padre cometió el error de mostrar algunas fotografías de la afortunada señorita. La chica parecía ser bajita, era un poco gordita y tenía el cabello rubio y los ojos marrones como su padre, el hombre que vió en la oficina del rey.

"De ninguna manera", pensó Taeyong, si en algún momento dudó en irse. ¡Al diablo! Se largaría esta misma noche.

— ¿Es algo bonita no creen? — Mencionó
Sehun mirando el teléfono de su papá y tratando de romper la tensión.

— ¿Te gusta, Hun? — Dijo Taeyong sonriendo sarcásticamente — ¿Por qué no te casas tú con ella?

— Lamentablemente no es a mi a quien se lo propusieron... — El chico se llevó a la boca una cuchara llena de sopa.

Guardian Of Your Heart [Jaeyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora