Esta historia también me vino en un sueño, o mejor dicho pesadilla, la cual no quiero repetir ni de chiste. Tristemente, dejó de ser simplemente una pesadilla hace mucho tiempo al combinarse con la realidad.
Las Tortugas Ninja no son mías, actualmente no tengo idea de a quien pertenecen sus derechos. Únicamente soy dueña de esta trama y otras más que nacieron antes y después de esta historia.
Adoro a Leonardo.
Espero que les guste esta obra.
Hamato Yoshi dejó el cuerpo inconsciente de Leonardo en la habitación del adolescente, apenas notando lo impersonal que se sentía el lugar. Acarició la mejilla de la tortuga durmiente deseando que la tristeza y el dolor abandonaran el rostro de su hijo al menos mientras estaba en el mundo de los sueños.
Las lágrimas continuaban rodando incluso con su dueño completamente ajeno a ellas. Leonardo se había desmayado en la sala de entrenamiento durante su episodio de llanto y gritos, e incluso entonces fue difícil separar sus manos del arma. El camino hacia el cuarto de la mayor de las tortugas se había recorrido en una marcha silenciosa cargada de tristeza, preocupación, miedo, culpa y remordimiento.
La familia y amigos tomaron asiento unos frente a otros en la sala, cada uno metido en sus propios pensamientos en un intento de asimilar todo. Reviviendo el momento y preguntándose qué era lo que había salido mal, así como buscando soluciones que no había.
-¿Qué hacemos ahora? -cuestionó Donatello al aire y en un susurro que en un día normal ni siquiera habría sido escuchado por él mismo
Nadie respondió por largos minutos, el genio no esperaba algo diferente. Raphael se levantó y empezó a caminar en círculos, incapaz de mantenerse quieto.
-Tenemos que hablar con Leo directamente, esto no puede seguir así
-No creo que eso vaya a salir bien, Rapha
-No es como si ser sutiles nos esté funcionando, ¿o sí?
-Creo que Mikey tiene razón, Raph. Si intentamos obligarlo a hablar, se cerrará aún más -comentó Casey- Ya fue difícil que Leo se abriera un poco antes de todo esto, ahora no imagino que esté dispuesto a dejar a alguien acercarse siquiera
April asintió en un acuerdo mudo a las palabras del pelinegro.
-¿Entonces, qué? ¿Dejamos las cosas como están? ¿Lo vemos destruirse de poco en poco sin hacer nada? ¿O esperamos a que esté muerto para hacer algo?
Quizás sus palabras fueron exageradas o tal vez no, sin embargo el escalofrío que los recorrió a todos fue muy real, cuatro de ellos rememorando la experiencia en el limbo que concluyó de forma desagradable.
-No, hijo mío. Nadie está diciendo que nos quedaremos de brazos cruzados, sin embargo debemos actuar con prudencia
El actual líder del grupo de hermanos se tapó la cara con frustración antes de dejarse caer por segunda ocasión en su asiento. Sintió palmadas comprensivas en su hombro que provocaron un suspiro cansado en él que dejó salir antes de mirar a su padre, pidiendo una propuesta mejor a la que había hecho anteriormente.
Las tortugas restantes y humanos siguieron su ejemplo, posando su mirada en la rata con incertidumbre.
-Hablaremos con él -decidió al cabo de unos momentos en que no pudo ver otro camino- Vamos a procurar no abrumarlo con las preguntas y mantener la calma
April no necesitó de poderes psíquicos para presentir que algo iba a salir mal, de nuevo.
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Entender
AdventureSiempre oímos a quienes nos rodean pero ¿los escuchamos?, vemos pero ¿observamos?, en fin, tú me dirás ¿cuál es la diferencia? Sin embargo, si yo te dijera que no es lo mismo, que cuando te dejas llevar las cosas se distorsionan y puedes cometer el...