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Cuando Hernán abandonó la casa agarrate Catalina el ambiente estaba muy tenso, Gisela no podía disimular su cara, no estaba contenta con que Hernán se fuera pero no podía hacer nada

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Cuando Hernán abandonó la casa agarrate Catalina el ambiente estaba muy tenso, Gisela no podía disimular su cara, no estaba contenta con que Hernán se fuera pero no podía hacer nada.

Alan y Axel notaron que la cara de la chica no cambiaba entonces se pusieron a contarle boludeces para que la chica se ría o que no se note su desagrado porque sabían que iba a ser para quilombo.

—Gise ¿Que paso?— ñAxel le pregunto

Gisela lo miro—¿con que?

—con el que dijo que te amaba.

Gisela se mordió el labio mientras intentaba no reirse —ay dió, Axel basta, no te banco más.—exclamo Gisela tapándose los oídos

—encima que te hago reír.—dijo el con una sonrisa —dame las gracias boluda.

Gisela le dió un medio abrazo—gracias axel.—despues se separó del Misionero para seguir comiendo

Gisela ahora dirigió su mirada hacia Alan que estaba al lado de ella con una cara de pocos amigos y ella no sabía el porque.

—porque la carita? —le pregunta ella mirándolo

—nada.—dijo el morocho cruzado de brazos

Gisela lo miro—no te creo, dale contame.

—nada boluda, parece que estoy de adorno acá.—dijo Alan mirándola—le das bola a él y no a mí.—Gisela lo miro con una ceja alzada

—ahh ¿querés que te de bola?—le pregunto Gisela mirándolo

La pregunta tenía doble sentido algo que Alan entendió y por eso sonrió, de fondo Juliana y Sabrina peleando porque según Juliana, Sabrina se creía la jefa de la casa y porque Sabrina se enteró que Furia le dijo Mogolica entre otras cosas, se escuchaba desde el pasillo hasta el comedor donde todos se encontraban.

—y no sé.—Alan la miro—¿vos qué pensas?.

Gisela se rió nerviosamente al igual que Alan, la argentina inconscientemente llevo su mirada hacia Juliana mientras todavía se reía.

Uya para que la miro.

—¿vos de que te reís?—todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para mirar a Furia quien se dirigió a Gisela

—me río, ¿no me puedo reír?.—pregunto Gisela confundida

—obvio que podés reírte, pero no de mi ¿Estamos?.

Gisela le hizo un montoncito—uh, que perseguida que estamos hermana, nunca se te nombró, nunca me reí de vos así que no me jodas por favor te lo digo—Gisela le planto cara a Juliana

—si, si me miraste a mi entonces te estás riendo de mi, básicamente.—le respondió Juliana

—¿Quien te pensas que sos?, que yo te mire no quiere decir que me esté riendo de vos.—exclamo Gisela—

Única.       Nicolás GrosmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora