XIII ¿Cual es la verdadera Bestia?

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Sus palabras es algo que aun no logro descifrar, el día se fue rápido, ya estoy viendo mi última clase del día Trigonometría, el profesor Angel es muy bueno en su trabajo, pero en este momento no me puedo concentrar, el habla y habla, explica y cuenta chistes de su vida, pero yo no levanto la cara de mi espacio, no puedo casi moverme, almorcé con la chicas puesto que Darius me mando un mensaje para decirme que comería con los del equipo.

—Bueno chicos eso es todo por hoy, pueden irse hasta la semana que viene, nos vemos en el baile—

Los chicos casi corrían fuera del aula, las chicas con fastidio salían, yo solo me quedo sentada en mi puesto.

Tarea. Tengo que hacer mi tarea ¡Dios! Que fastidio, necesito un descanso, últimamente solo quiero hacer eso, dormír y descansar, creo que voy a limpiar más tarde antes de la cena.

—Toc toc, señorita vamos a cerrar las aulas, puede por favor desalojarla— me reí, claro que lo hice.

—¿Sabes? Quiero dormir, últimamente siempre estoy cansada—

—Bueno vamos para que duermas pequeña risueña— me levante y recogí mis cosas para salir con Darius de ese lugar, caminamos por los pasillos hasta llegar al ala de las chicas, muchos caminaban de aquí allá, hay mucho alboroto la verdad.

El baile.

El baile de bienvenida es dentro de poco, a de ser por eso que todo esta revuelto. Darius y yo llegamos a nuestra habitación y mientras el se recostaba yo me hice un cambio de ropa y me coloque unos guantes para empezar a asear mi habitación. Me coloque los auriculares para desconectarme del mundo.

Escuche Why de Bazzi, For Us, Beautiful, Mine y muchas otras canciones, baile cante y disfrute solo yo y mis audifonos, solo yo y la música a mi alrededor, Darius se había dormido hace un buen rato ya y yo solo decidí meterme en la ducha después de haber terminado todo, el agua se sentía fría, esta bien, el frío ayuda a pensar sanamente y calma las emociones o eso creo... ¿Estoy herrada? No lo se, pero puede que tenga razón.

La vida a ido a un paso muy rápido. ¿Hace cuanto llegue? ¿Cuantas peleas ya se han visto? ¡Dios! La verdad no se que hacer ahora. ¿Me conozco? ¿Se quién soy? ¿Que pasa últimamente? Pienso que casi todo el tiempo tengo un pensamiento que es como un granito en el trasero.

Hadson.

Es mi día a día, en cualquier lugar, momento o sueño el se encuentra presente en cada paso que doy, en cada movimiento de mi cuerpo, si me miro al espejo se que sus ojos siempre ven los mios, cuando estuvo tan cerca de besarme, pero mi madre con su interrupción causo que nos separaramos, si miro mis manos, el las a tocado, mis mejillas, no imagino que seria de mi, si no hubiese conocido a Hadson ¿sería capas de sentir algo por alguien? Pero ahí el detalle, Harry Vans, un idiota empedernido, musculoso y grande en todos los sentidos un muchacho que atrae a todo lo que mira, pero el es todo menos el bueno de una historia, aunque el físico de Harry sea inigualable, estoy adicta a las miradas, a la  presencia de Hadson.

Salí de la ducha ya arreglada y con un vestido rosa hasta las rodillas, es ajustado y con un bonito corte recto al igual que su escote. Con una abertura en la pierna izquierda, acompañada con unos tacos negros pequeños, pero elegantes, me veía muy linda y lo reconozco, ya es bastante tarde así que decidí despertar a mi molesto hermanito, hoy cenaremos con nuestros padres.

Ma acerque a la cama y le acaricie la mejilla izquierda — Darius, despierta Nito— el ni se inmutó, solo se removió—Nito, vamos levantate que es tarde— lo sarande y me distraje un segundo que me costo tremendo susto gracias a que salto de la cama asustado haciendo que pegara un grito agudo —¡Idiota! — le grite y me levante de la cama dispuesta a ir por mi móvil.

Ęn Lôs Ôjôs dę lã Bęllâ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora