Hopper II

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Sin dejar que sus dudas carcomieran más de lo debido su mente ya agotada por la concentración, sacudió la cabeza centrándose de nuevo en esquivar las gotas de lluvia que parecían ser más grandes por momentos.


Atta, como buena amiga, intentó arrancar a Flik de sus brazos; pero debía asegurarse un espacio en la colmena y para ello debía ser parte de aquel rescate. "¡¿Acaso quieres matarlo?! Debemos llegar a la colmena si deseas que la lluvia no lo arrastre al fondo del río con lo débil que está"; decidió usar un tono no tan severo para ganarse algo de la confianza de la joven hormiga que había dejado de forcejear sus brazos más por cansancio que por posible confianza.


La isla se encontraba a la vista, pero era una tortura mantener aquel ritmo en sus alas ya explotadas en la carrera anterior y era en Atta quien más se podían ver los efectos del cansancio; la distancia que los dividía se estaba haciendo más larga y Hopper entendió al momento que la joven no llegaría a sobrevivir si decidía dejarla atrás. Con un gruñido, apartó su propia terquedad y dando media vuelta atrapó a la joven Atta entre sus brazos dejándola al lado de Flik que no esperó ni un segundo en preguntar sobre su estado y si se había hecho daño.


Con peso extra, sus alas sufrían pero el instinto de supervivencia era lo que aún mantenía sus fuerzas en alto; irónicamente se encontraba descendiendo más sobre la superficie del agua dejando que usara todo lo que quedara de sus energías para subir a los barrancos de Isla Hormiga. Y como así lo predijo, la estructura compacta de tierra se encontraba en su frente obligándolo a alzar su cuerpo hacia arriba; al segundo del cambio de posición, pudo sentir el peso extra en sus alas que por algunos momentos dejaban de aletear para dar un momento de respiro solo para volver a arrancar activando un dolor ensordecedor que hacía suplicar por parar de nuevo; pero debía seguir si no deseaba terminar ahogado junto a las dos jóvenes hormigas.


Los segundos pasaron entre ánimos y súplicas por parte de las hormigas que dependían de la resistencia de Hopper sus vidas; al final los tres soltaron un suspiro colectivo al estar bajo uno de los tréboles que minimizaba algo el impacto de las gotas de lluvia. Hopper, agradeciendo el pequeño descanso se encontraba respirando con fuerza, intentando estabilizar su corazón que palpitaba de forma desenfrenada ante el esfuerzo impuesto y que aún le quedaba otro tramo por avanzar. "Avanzaremos entre los tallos, será más seguro", no esperó a que los otros dos respondieran; cuando terminó su frase, los agarró de nuevo entre sus brazos y comenzó otro vuelo mucho más bajo hacia la colmena de hormigas. Siguiendo en línea recta y esquivando algunos tallos se encuentra dudando de su propia orientación ya defectuosa.


En el silencio de una parada, no tuvo que decir nada para que Flik fuera el primero en señalar hacia dónde se encontraba su hogar. "Gracias", comentó Hopper con un tono increíblemente amable para Flik que aceptó algo sorprendido, más de lo que ya estaba. Al contrario de Atta, que mantenía una mirada oscura ante la desconfianza que le daba aquel asesino y dictador que aún encima entraría al corazón de su casa.


Allí estaba la entrada, con gran entusiasmo al obtener un refugio apretó demás el agarre entre los insectos en sus brazos ganándose más de una queja sobre todo de la princesa que a cada segundo que pasaba alzaba más su voz."Ni se te ocurra entrar, ya lo has visto; no eres bienvenido y terminaremos contigo como te atrevas a entrar", exclamó Atta consiguiendo irritar poco a poco al saltamontes.


"Aunque hayamos tenido nuestras diferencias, ahora estamos a mano. Tu amigo me salvó del pájaro y yo de ahogaros", Hopper estaba sobre la entrada cuando de repente un dolor agudo atravesó un lado de su rostro aturdiéndolo por un segundo y fallando en su agarre dejando casi caer a Flik. Sin entender porqué, el miedo a que la hormiga se hiciera daño lo consumió en milésimas de segundo obligándolo a apretar su agarre.


Atta, como toda una princesa indignada lo había abofeteado siendo Flik el que exclamó de terror tanto al atrevido movimiento de la chica como el casi caer por ello deteniendo un segundo bofetón al rostro agrio del saltamontes; pero poco duró la paz.


Con más fuerza, Atta asestó un puñetazo al ojo bueno de Hopper dejando que el dolor lo aturdiera y para cuando quiso abrir los ojos, la ceguera de ambos le impidió ver a dónde caían siendo así que el suelo de las escaleras fuera su principal "colchón" terminando impactando en el fondo del hormiguero rodeado de toda una colmena totalmente perpleja.


"¡Flik, Atta!", se escucharon los gritos de una joven antes de que todo se encontrara oscureciendo a su al rededor.





Todos Como Uno Solo





El dolor de cabeza era insoportable, y no era de extrañar después del golpe que recibieron al caer a esa altura; "¿Dónde están?, ¿Dónde estoy?", recuperando la vista de su ojo bueno observa su al rededor, la luz solo entraba por un pequeño hueco donde se encontraba una hoja colgada y por lo que parecían ser una especie de celda ante los barrotes que se mostraban en forma de sombra contra la superficie verde de la hoja.

Parecía ser que para asegurar la salud de las demás hormigas, fue encarcelado en un hueco improvisado por las paredes irregulares y para nada simétricas, además del espacio reducido que apenas era posible para él ponerse de pie sin tocar el techo con la cabeza.


"Estás despierto"; de repente la luz entró en la celda siendo bloqueada parcialmente por la figura femenina de Atta. "El consejo estará preparado en poco; Flik a peleado para que tengas una oportunidad de redimirte dando una respuesta a tus actos, no he de decir que la mayoría estamos en contra pero le debemos su valentía... Espero que no seas tan idiota para quedarte al final"


"Buenos días a ti también, princesa"; soltó mientras llevaba una mano a su cabeza dolorida sin molestarse en mirarla. "Esa hormiga es más ilusa de lo que cree, si piensa que tengo posibilidad de redención". Atta asintió a sus palabras sin dejar su mirada de odio.


"Es lo que dije cuando propuso una oportunidad ante el consejo; pero...", la mirada de Atta se dirigió al suelo con un aspecto bastante afligido; "Pero ya le he hecho bastante daño, ya es hora de que confiemos en él", volvió a mirarlo a los ojos con decisión de seguir sus palabras.


"¿Aunque eso lleve entrar a tu enemigo a tu casa?, me parece un acto muy valiente de su parte princesa", dijo de forma burlona hacia Atta, siendo ella la que mostró por un momento los dientes en forma de desprecio antes de cerrar la cortina dejándolo de nuevo en una tenue oscuridad totalmente solo.

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