Hopper IV

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Después de aquella discusión frente a su celda, no había vuelto a ver a su amiga hormiga por días; en principio le dio el espacio que necesitaba seguramente por la dura realidad de aceptar que Atta le deseara tal final como morir perdido en aquel peligroso mundo; pero luego la preocupación fue creando camino hacia su cabeza que se encontraba arremolinada por miles de dudas, en las que entraban; en dónde o cómo estaría Flik, como para llevar tiempo sin ir a ver como se encontraba.

Y al igual que Flik, Dot también había pasado ausente y de las pocas hormigas que se atrevían a pasar cerca de los barrotes ya no cubiertos por la hoja, apenas le dejaban terminar alguna pregunta sin que decidieran salir huyendo despavoridas del lugar.

Fue así que un día todo explotó; Dot apareció corriendo dirección suya para terminar llorando desesperada al no encontrar a Flik. El miedo, de que le hubiera pasado algo fue instantáneo; no lo pensó dos veces cuando le pidió a Dot que se apartara, para desencajar los barrotes con unos pocos tirones, dejando a la joven sorprendida. En realidad, nunca le fueron un impedimento para salir corriendo de aquel hormiguero; pero sabía que no había ningún lugar donde quedarse y reforzaba su idea de estar indefenso para dejarse atrapar por unas hormigas; aunque no iban a ver bien la decisión de que su jaula se encontrara destrozada y vacía.

Volando, llevó a Dot entre sus brazos para dirigirse junto su hermana, pues ella era la que mantenía el orden en aquel lugar y puede que tuviera idea de dónde se encontraría su amigo; se quedaría corto decir que se encontró petrificado cuando Atta informado de no haberlo visto desde que aquel día. Y no tenían tiempo de ir una a una preguntando por Flik, que ha saber si hizo acto de presencia en el exterior desde que decidió aislarse del mundo.

Su cuarto fue revisado para solo encontrar evidentes cosas desaparecidas, cinfirmando su huída. El interior de otras cámaras no habían llegado a aportar nada útil y solo quedaba el exterior. Nunca pensó que llegara al punto de encariñarse con aquella hormiga, tanto como sentir que las lágrimas se le iban acumulando tras sus ojos si no llegaban a encontrarlo cuanto antes; no podría entretenerse igual con otra hormiga, y Dot, aunque la quisiera en parte, ella no era una adulta como para hablar de temas que llegaran a ser entretenidos para su edad. Le dolía el echo de verla tan destrozada siendo tan joven, por uns segundos fue como mirarse al espejo cuando debía ver como su madre se dejaba el cuerpo en darles de comer.

Desesperados, con la reina a la cabeza en el vuelo, se dirigieron al borde del riachuelo observando que hoy se encontraba bastante alto aún por estas mañanas húmedas. Dejó a la niña en el suelo decidiendo sobrevolar el largo del borde, queriendo ver si Flik había decidido buscar otro camino por culpa del agua y así rodearla. Mientras tanto Atta y Dot gritaban su nombre desesperadas, él al contrario, la vergüenza de ser escuchado llamarlo le había hecho decidir optar por volar más alto y ser solo los ojos de las chicas. El tiempo pasó, los segundos eran desesperantes y así terminó uniéndose a ellas, no tuvo que alzar más que una vez su voz para que viera por el rabillo de su ojo bueno una pequeña figura entre la hierba. Lanzado, aterrizó sobre el insecto que había estado buscando por cerca de media hora, media hora en el que podría haberle pasado cualquier cosa por su imprudencia; haber caído a algún lugar oscuro o profundo, quedarse atrapado bajo escombros, ser raptado o apaleado por otros insectos mucho más territoriales, o haber sido devorado por un pájaro.

Con fuerza agarró esos pequeños hombros solo dejando unos segundos de silencio antes de que estallara la tormenta.

“¿Pero a ti qué cojones te pasa? Te hemos estado buscando y Dot desesperada llorando pidiéndome que la ayudara a encontrarte porque decidiste huir”; gritó sin piedad a la cara de Flik, quien se encontraba totalmente en shock al no esperar el ser placado por Hopper. “En serio, ¿Por qué lo has hecho?”, el silencio se mantuvo en pie y la paciencia de Hopper se iba terminando; su cara pasó a ser la representación pura de la ira y la indignación. “¿En serio, tienes la valentía para dejarnos tirados, pero no para decírmelo a la cara?”; Flik se mantuvo con la misma mirada apagada y con ojos llorosos que llevaron al colmo al saltamontes. Con ira, alzó su mano izquierda sintiendo como un pequeño flashback de la noche que Flik recibió un revés de su parte al atreverse a desafiarlo; pero esta vez no pudo hacer contacto con ninguno de sus mofletes, no quería hacerle daño.

Con el impulso, golpeó una brizna de hierba a su izquierda y con un golpe diestro terminó atravesándola consiguiendo una pequeña reacción de la hormiga, una mirada de sorpresa; aunque Hopper no lo supo al permanecer con la mirada en otra dirección.

No quería tener contacto visual con él y aún menos después de la demostración de su control de la ira. Ni tenía idea de porqué no entraba el odio que antes existía por aquel pequeño ser. Era todo un cúmulo ante el terror de perderlo, de la gran preocupación de que le terminara pasando algo y sobre todo la soledad que lo llevaría el no haberlo  encontrado.

“Las chicas están donde el borde del riachuelo, ya eres mayor para decidir como quieres vivir; pero antes de actuar, piensa que tienes a una pequeña hormiga princesa que llora por estar contigo”; después de eso, dejó unos segundos para recuperar la compostura e irse volando de vuelta al hormiguero,; Atta como Dot lo vieron e intentaron llamarle la atención solo para ser ignoradas.

Todos Como Uno Solo

Con todo lo ocurrido, era de esperar que al volver a ver la celda destrozada, se sorprendiera por un momento; sabía que no valía la pena buscar enemigos o manchar ya más su imagen después de aquel espectáculo, con la mañana aún en su comienzo, decidió disfrutar del suave Sol buscando nuevas ramas que puedieran servir por barrotes, posiblemente con un aspecto mucho más firme para contentar algo a las hormigas.

Cuando se ocupaba de pillar otra del suelo, una mano reconocible acarició su zarpa dejándolo atónito por unos segundos.

"Decidí irme, porque...estaba cansado de no ser nada para nadie, salvo estorbo", la voz quebrada de Flik llegó a ablandar por un momento el corazón de Hopper, pero se negó a no dejar claras las cosas ahora que tenía las fuerzas para hacerlo.

"Eres demasiado estúpido, si crees firmemente eso; en el momento que desapareciste, tuviste a una niña llorando por encontrarte...y para mí, no eres otra cosa que una joven hormiga con demasiadas ideas en la cabeza, tanto para bien como para mal, y aún así me diste la oportunidad de sobrevivir". Con una mirada seria, se centró ahora en el rostro cansado del joven; "Mereces mucho más respeto del que recibes", decidió seguir con los palos evitando ahora el contacto visual al saber que había llegado a exponer una parte de él mucho más blanda y sincera que prefería creer que no poseía, además de la pequeña vergüenza de saber que habían sido sus palabras las que habían llevado a sonreír en aquel momento a un insecto que parecía ser importante ahora para él. 

"Gracias". El silencio se mantuvo mientras seguía con la tarea de recogida, dejando claro que la conversación se había terminado.

Solo otra vez al saltamontes con sus pensamientos en el que entraba una necesidad irracional de ser sincero con el chico, siendl la vergüenza lo que impedía su tiempo de reacción, y era de esperar cuando nunca había sentido lo que era preocuparse por alguien que no fuera él mismo desde hacía tiempo. Sí que estuvo al pendiente de sus seguidores siendo así que no les faltara de nada, pero con Flik era tan diferente, que comentar cualquier punto positivo del mismo joven que creaba la sensación de ser algo mucho más íntimo de lo que debería ser en realidad.

Cuando la figura delgada de la hormiga se volvía una sombra más ante el reflejo de la luz en sus ojos, algo lo tira a reaccionar antes de ver como perdía la oportunidad que creía deber aprovechar. 

"¡Flik!", se giró el nombrado, no esperando que lo llamaran de pronto. "No...no has hecho nada malo, chico. Siéntete tranquilo, ¿vale?", no podía ver bien la expresión de la hormiga, pero no se molestó en intentar averiguarlo, "Y siento haberte gritado"; volvió a su tarea anterior dejando al mundo que decidiera lo que debía ocurrir después. Cuando llevó sus ojos de forma disimulada a donde antes estuvo él, solo vio vacío y luz. 

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