𝐻𝑢𝑒𝑟𝑓𝑎𝑛𝑎

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Siempre habrá oscuridad en la luz, incluso el corazón más puro se corrompe.

Esas eran las palabras que se repetían en la mente del hombre malicioso cuyo propósito era esparcir el miedo, la muerte y las penumbras.

Un hombre de complexión delgada y la piel calida grisácea con ropas oscuras como la noche caminaba en su territorio mirando una escala del mundo.

- Que mundo tan hermoso has logrado mantener Zolarium, pero no te durará- sonrió mientras esparcía arena negra.

Tocaba cada luz en ella aunque había unas más brillantes y llamativas que las demás no muy lejos de las otras.

- Tus guardianes - miro las luces con envidia.

- Solo son niños olvidadizos- sonrio con malicia.

En su mente habían recuerdos, ideas que otros no lograban tener o recordar, una perfecta arma de doble fila para Zolarium pero la ventaja perfecta de Pitch Black.

Un hombre sombrío.

___(t/n) caminaba molesta y llena de rabia en su corazón mientras sobaba su muñeca lastimada.

Solo avanzaba sin saber a dónde dirigirse con la mirada baja hasta que chocó con uno de los aldeanos.

Al levantarse y mirar el hombre este le miro con asco.

- Ya me ensuciaste, maldita huérfana - sacudió su atuendo.

La pelirroja se levantó queriendo enfrentar al hombre a cara.

- ¿Como me llamaste? - lo miro a los ojos.

- H-U-E-R-F-A-N-A -entono cada letra hasta terminar.

La chica no pudo soportarlo más y pateo las partes privadas del hombre haciéndolo caer.

Al mirarlo en el suelo escupió hacia el con el mismo asco.

- Que lástima que una "huérfana" sea preferida por el rey en tu lugar-

No solo logro herirlo físicamente si no también había herido su orgullo.

Continúo con su camino sin mirar atrás pero al sentir un golpe en la cabeza se detuvo y se tocó su cabellera.

Sangre ...

La sangre pintaba la palma de su mano, giro hacia el hombre y hacia el piso, era una piedra lo que le habían lanzado.

A punto de soltar lágrimas de odio saco su flecha junto a su arco y apunto al hombre.

- Te vas a arrepentir - grito.

Todos los presentes estaban asustados por la vida de aquel hombre que rápidamente se arrodilló ante ella.

- No puedes hacer esto, tengo familia -suplico.

Ella aún así disparo pero la punta de aquella flecha tan solo había rasgado la prenda quedando enterrada en el piso.

- No soy la misma basura que tú -giro para continuar.

Mientras todos auxiliaban al pobre asustado, era bien sabido que ella no solo era la "favorita" del rey por su espléndida cazeria, más bien por qué tenía la fortaleza de soportar cualquier cosa orgullosa o asquerosa del rey.

La chica de cabellos como el fuego continúo caminando mientras rasgaba la tela de su hombro para intentar detener un poco la sangre que emanaba su cabeza.

Hasta notar que estaba a los pies de un intenso bosque, el mismo que hace tiempo ya había visitado teniendo un encuentro particular.

Dudosa entro y camino mirando a todos lados buscando a la criatura que resguardaba el lugar.

Sin éxito, se sentó en una piedra frente a un pequeño arroyo sumergiendo la prenda en el agua para enjuagarla y limpiarse la frente donde tenía el líquido rojo ya seco.

Sin darse cuenta en sus espaldas llegaba el imponente dragón abandonando su forma para volver a ser ese chico de cabellos castaños/rojizos y ojos como la esmeralda.

- Así que, has vuelto - comento.

__(t/n) no dijo nada y ni siquiera volteó a mirarlo, eso había preocupado profundamente al guardián que no podía evitar sentir curiosidad cada vez que estaba con la chica de cabellos como el fuego.

- ¿Todo está bien? - se acercó un poco.

La chica rasgo más tela de su vestido para mojarla rápidamente.

Su silencio ofendía a la criatura que la obligó a voltear hacia el tomándola del brazo.

- Oye deja de ... - sus ojos se abrieron con miedo y asombro al mirar el rostro manchado de la pelirroja.

Ella solo le miraba a los ojos, pero no podía mirarlo con la rabia y el odio que sentía en ese momento, en cambio su mirada se suavizó al notar el verde.

Bajo la mirada sin decir nada, pero había una pregunta que la consumía.

- Eres un guardián, así que dime, ¿Eres libre? - pregunto sin dejar hablar al muchacho.

- ¿Libre? No se que es eso por qué jamás me han encerrado -

Eso respondía la pregunta mucho mejor de lo que esperaba.

- Pero ...

- ¿Que te sucedió? - la miro preocupado sin cuestionar su reciente pregunta.

Tomo la tela mojada para limpiar un poco más la sangre de su frente delicadamente, cuidar de esa manera, limpiar tan cuidadosamente provocaba un sentimiento de plenitud.

- No es nada, solo me lastime practicando - evito su mirada.

Sin embargo el podía oler las mentiras  a kilómetros y soltó una mueca en desacuerdo.

Aún así siguió ayudándola a limpiarse sin preguntar mucho más, sentía que era un tema delicado del que no sería fácil hablar.

Ambos continuaban sin decir una sola palabra al otro, tan solo sintiendo la calidez de un cuidado.

Así hasta terminar y la piel quedaba seca y sin rastro.

- Gracias -sonrio ligeramente mientras miraba el pequeño arroyo.

Hasta que el decidió romper el hielo

- Aún no te lo pregunto pero, ¿Cuál es tu nombre - se rasco un poco la mejilla.

Los dos se quedaron callados, era cierto, a pesar de convivir algunos días aún no se confesaban su nombre al otro, solo se limitaron a reír por omitir ese detalle tan importante al conocer a una persona.

- Me llamo ___ -acomodo su mechón rojizo.

El solo sonrió, pues le parecía un nombre muy bonito al decirlo.

- ___, valla que tus padres debieron tomarse su tiempo para ponértelo -

- Si, ellos me amaban mucho -su tono triste y melancólico era más obvio que reciente mentira.

- ¿Te amaban? -pregunto extrañado de la manera en que lo había dicho.

La pelirroja solo suspiro tristemente desviando la mirada tocando su frente donde el ojiverde había limpiado anteriormente, acariciando sus cabellos que rodeaban toda su espalda no encontraba las palabras para contarle.

- Perdón, no es fácil hablar de eso -

Hiccup bajo la mirada, aquella mirada en ella, el sentimiento que transmitía podía entenderlo, sabía que no podía insistir hasta que ella estuviera lista o confiara suficientemente en el.

𝑀𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 ¿𝐸𝑠𝑐𝑜𝑔𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑑𝑖𝑡𝑜𝑠?-𝐸𝑛 𝑃𝑟𝑜𝑐𝑒𝑠𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora