𝐺𝑒𝑚𝑒𝑙𝑜𝑠 𝐿𝑢𝑛𝑎𝑟𝑒𝑠

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El hombre de piel grisácea y ojos color ámbar sonreía mientras miraba la luna brillante que se iba ocultando poco a poco para dar paso al amanecer.

Camino un poco mientras sus pesadillas con formas de caballo oscuro lo acompañaban, el les acariciaba de vez en cuando hasta llegar a un risco donde un recuerdo vino a su mente.

- Que tiempos aquellos donde ellos aún eran mortales- miro hacia el abismo.

Al subir nuevamente noto que el sol salía poco a poco dándole comienzo al día.

- Oh querida Zolarium, me preguntó cuánto tiempo te durará la mentira hacia tus niños olvidadizos- sonrio mientras le daba la espalda al sol.

Sonreía maliciosamente pues en su corazón no había más que oscuridad, con el deseo constante deber caos y muerte.

Ese era Pitch Black, un espíritu, un guardián corrompido por su dolor, un ser que un día también fue un simple mortal.

Mientras tanto en un lugar más lejano se encontraba la rubia de largos cabellos acariciando la corteza de su árbol con melancólia, hasta que se vio interrumpida por la presencia de la mujer del sol.

La mujer se acercó a la joven y tocó su hombro con suavidad notando su tristeza.

- ¿Que sucede, mi niña?- la miro a los ojos preocupada.

La chica de ojos verdes la miro con un semblante deprimente y mientras se abrazaba a si misma pregunto.

- Madre, ellos están empezando a sentir dudas cada vez más fuertes, ¿Cuando les dirás la verdad?-

La mujer suspiro y tomo el otro hombro de la chica, se agachó ligeramente para estar a su pequeña altura mirándola a los ojos.

- Ellos lo averiguaran por si mismos, aún no es momento ni te corresponde decirles-

Rapunzel no podía aceptar esa respuesta, no quería aceptarla pues empatizaba mucho con ellos, sabía lo que se sentía aquella duda, esa incertidumbre de no saber de dónde vienes, quién eres o que debes hacer.

Desvió la mirada de la mujer que llamaba "Madre" sin contestarle.

Zolarium se levantó y la abrazo con cariño para intentar tranquilizarla.

- Solo debes estar ahí para ellos cuando lo descubran- susurro para ella.

La ojiverde correspondio el abrazo sintiéndose un poco en calma, pero por un momento el dejá vu había llegado a su momento.

-Deja' vu-

- Te quiero mucho mi niña- la mujer de vestido color vino miraba con "amor" a su hija.

- Yo te quiero más-

-Fin del Deja' vu-

Una mueca de disgusto se le escapó tratando de quitar de su mente la imagen de aquella mujer egoísta que la crío y a la que llamo "Mamá" con tanto cariño.

Después de unos segundos ambas terminaron el abrazo y se dedicaron una tierna sonrisa.

-Debo irme, durante el día tengo mucho trabajo- le dio un beso en la frente a Rapunzel y se desvaneció en el aire.

La sonrisa de la chica se desvaneció junto con la mujer, empezó a caminar por el hermoso lugar que le pertenecía a ella, el lugar que debía proteger, aún la duda la consumía pero aún así decidió obedecer a Zolarium.

𝑀𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 ¿𝐸𝑠𝑐𝑜𝑔𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑑𝑖𝑡𝑜𝑠?-𝐸𝑛 𝑃𝑟𝑜𝑐𝑒𝑠𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora