❝Lennox Dolatte era un amargo con gusto por el dinero y asco por los dulces y chocolates.
Willy Wonka quedó maravillado con el negocio de Lennox. Incluso con lo amargo de sus dulces y chocolates, le pidió ayuda.
¿Que sería de dos hombres los cuale...
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❝his eyes are colder than his heart❞
chapter one.
—Debo decir, Lennox.—Slugworth se recargó en la silla de la oficina mientras la sonrisa incómoda de Lennox se extendía al escuchar su voz.—Para ser competencia para mí, para Fickelgruber e incluso para Prodnose... eres bastante jóven y bueno para hacer chocolates.
Lennox permitió que una sonrisa engreída se extendiera por su rostro mientras se reclinaba en su silla, disfrutando de los elogios. Tomó un sorbo de su café solo y saboreó el sabor amargo en su lengua.
—Bueno, Señor Slugworth, como dicen, la oscuridad esconde los placeres más exquisitos. Puede que mis chocolates no sean para todos, pero aquellos que tienen un paladar refinado aprecian la complejidad y profundidad del sabor que ofrece el chocolate negro.
Fickelgruber intervino, su voz rezumaba fingida admiración.
—De hecho, Lennox, tus chocolates son verdaderamente únicos. Debo admitir que incluso yo me siento tentado por tus creaciones.
Lennox se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en la mesa, con los ojos fijos en Fickelgruber.
—Ah, señor Fickelgruber, mi negocio no se trata sólo de crear chocolates. Se trata de crear una experiencia, un viaje de indulgencia y deleite. Cada pieza de chocolate que elaboro está impregnada de pasión y precisión, seleccionando cuidadosamente los mejores ingredientes.
Se tomó un momento para saborear la sorpresa y la curiosidad que brillaban en sus ojos antes de continuar, su voz imbuida de un toque de misterio.—Pero debo confesar que mi éxito no radica sólo en mis habilidades como chocolatero sino también en las técnicas secretas que empleo. He descubierto... métodos poco convencionales que hacen que mis chocolates no se parezcan a nada que nadie haya probado.
Slugworth se inclinó hacia adelante, claramente intrigado.
—¿Poco convencional, dices? Por favor, comparte, Lennox. Somos todo oídos.
Una sonrisa maliciosa apareció en la comisura de los labios de Lennox.
—Ah, eso, amigos míos, es un secreto comercial. Es lo que me diferencia del resto. Pero sí creo en el espíritu de competencia sana, por eso les propongo un pequeño desafío. Cada uno de ustedes elegirá uno de sus favoritos.
Sus miradas se encontraron y, por un momento, la habitación quedó envuelta en una tensión eléctrica. Finalmente, Prodnose rompió el silencio, con una sonrisa bailando en sus labios.
