Capítulo 4

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Betty salió corriendo con las bolsas y entró al teatro, sin darse cuenta de que faltaba una.

-¡Oh, por fin, Betty! - la regañó Nicolas.

-¡Oh, Nicolás! Estoy aquí, ¿no?

-Toqué las canciones. ¡Y no sirve de nada esconderse, muchachito! ¡Ya sé que tenemos un reemplazo Danny Mendoza! –dijó Nicolás.

Un muchacho tímido va tras los demás.

-En serio, ¿aceptó? ¿De verdad te vas a quedar con nosotros? –preguntó Betty. sorprendida

-Sí. - dijó Danny sonriendo tímidamente.

-¡Sea bienvenido! ¿Y entrenaste las canciones con Nicolás y Sandra?

-Bueno, solo tuve una noche para hacerlo.

-Tome su tiempo. Como dije, estás exento de ser un ayudante. Se incorpora al coro en el tiempo disponible entre y después de clases, en sustitución de Roberto, que según ha dicho estará alejado del coro hasta el año que viene. Pero tenga la seguridad de que, después de que regrese, podrá continuar con nosotros.

-Ah gracias. Amo cantar. -Camila se acerca y lo mira y él responde.

-¡Oh, lo sé, cantar en el coro es muy atractivo! -dijó Betty mirando a los dos, Danny y Camila que no paran de mirar uno a otro.

-¡Estás haciendo que el muchachito se quede aún más tímido, Betty! –dijó Nicolás.

-Ay, perdón ojojo yo era como tú cuando eras joven. ¡Siéntete como en casa! Sandra, yo dejó a Danny en sus manos para que pudiera darle la entonación y ¡NICOLÁS! Contigo la parte musical, ¡pero no le presiones, ¿sí? Danny tiene una buena lectura y creo que puede hacerlo.

-¡Cuente con nosotros! -dijeron Sandra y la muchacha del coro, Camila.

-¡Oh, claro, Cami! Cami canta en coros desde los 10 años, es casi una monitora. ¿Puedes apoyar Danny?

-¡Si claro!

Los dos se miraron y sonrieron.

-¡Está bien! ¡Estaré en el concierto de Navidad, si Dios quiere!

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En este momento, se acerca un hombre y pregunta:

-¿Aquí trabaja la maestra Beatriz Pinzón?

-Sí, ¿quién quiere hablar con ella?

-¿Armando? - preguntó Beatriz, sorprendida de verlo allá.

-Sí.

-¿Has decidido cumplir con mi solicitud y venir a hacer la prueba para cantar con nosotros?

-Mira, mejor no. Canto tan mal que ni siquiera te imaginas...

-¿Es lo que? ¿Barítono? -pregunta Betty, con curiosidad.

-Mira, eso creo. Vaya, eres buena, quiero decir, en lo que haces y ... perdón no quiso decir esto, pero...

-¡Está bien, lo entiendo! - dijó Betty roja, pero encantada, ese hombre era muy atractivo.

-¿Entonces que estás haciendo aquí?

-Cuando se bajó del taxi se fue con tanta prisa que terminó olvidándose de una bolsa.

- dijo, mostrando las otras bolsas.

-¡Oh! ¡Qué cabeza mía! ¡Muchas gracías! ¿Y su hijo?

-No lo encontré.

-Bueno, pero...

Una História de Amor NavideñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora