Capítulo 7 -La descubierta del amor

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El lunes, después de que Danny regresa al coro, el estudiante es invitado a jugar bolos con algunos compañeros del coro y no puede negarse.

-¿Y usted, padre?

-¡Estaré bien, ve y diviértete con tus nuevos amigos!

Como su hijo estaba saliendo y probablemente tardaría en llegar a casa, Armando tiene una idea.

-¡Creo que me debe un café, señorita Pinzón!

- Pensé que ya habíamos desayunado en su casa, Sr. mendoza?

-Señor Mendoza, ¿otra vez?

-Me llamaste señorita Pinzón, ¿no?

-Está bien, entonces, ¿cómo te llamo?

-De Beatriz, o Betty si quieres,

-¡DE ACUERDO! ¿Café entonces?

Pronto, los dos están bebiendo un delicioso y fuerte café colombiano entre risas, como si fueran mejores amigos. Pronto, se dan cuenta de que tienen muchas cosas en común, a pesar de no trabajar en la misma área.

-Entonces, significa que el brillante directora Pinzón es también un brillante economista.

-No sé si soy tan brillante.

-¡Ah, sí!

-¿Cómo sabe?

-¡Hice una búsqueda en la internet!

-¿Qué más sabes de mi vida?

-¡No mucho! No entiendo cómo una mujer bonita como tú no se casó. ¿Alguna vez has tenido un prometido formal?

-Creo que está entrando en un campo muy personal, señor Mendoza. Y aún no sé nada de tu vida.

-Oh, ¿esa es la pregunta?

-Sí.

Luego la lleva al mirador de Monserrat, donde pueden ver toda la ciudad.

-¡Que bonito!

-¿Has estado aqui antes?

-¡No, nunca!

-Daniele y yo solíamos venir mucho aquí. ¡Ella estaba así, encantada como tú!

-Pero, ¡es realmente divino!

-Aquí le pedí que se casara conmigo. ¡Estábamos tan felices!

-Donde estés, ella sigue cuidándote a ti y a Danny también.

- Quería creerlo.

Al se abrazaren, los dos sintieron como si una electricidad recorriera sus cuerpos.

-¡Creo que es tarde, hace frío, la llevo!

Entonces, cada vez que tienen tiempo, después de la estresante jornada laboral en Ecomoda, Armando logra mirar el coro, con la excusa de que va a buscar a Danny.

Mientras tanto, Caldeirón no renuncia a buscar la forma de que su amigo vuelva a la vida, como él cree.

-Sabes que se acerca el día...

-¿Qué día, Caldeirón?

-El día de la fiesta de fin de año.

-¡Si, lo sé! -rodió los ojos.

-¡Y no creas que faltará este año!

-Si, pues en esta estaré.

-Ah que bueno. ¿Y con quién planeas ir? Puedo buscarte una vieja de esas. No necesita ser uno modelo, si no quiere. Conozco a unas mamacitas que están como quiere y quieren mucho salir contigo.

Una História de Amor NavideñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora