Capítulo 9

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5 días para el concierto de Navidad

Armando pasó sus días reuniendo el valor para hablar con Betty. Se sentía incómodo, porque ahora, además de la noche de amor que habían pasado, se agregó el tema que Danny, el hijo, que sin planearen, que tenían en común. Así que no podría sacarla de su cabeza. Sentía que la vida le estaba dando otra oportunidad de amar. Pero para Betty, sin embargo, todo esto era nuevo. Nunca pensó que se volvería a enamorarse y estaba aterrorizada de que Armando quisiera hablar, más aún con Danny ahora en el medio. Quería tener una buena relación con el niño, no quería que él la viera como una amenaza, como si quisiera tomar el lugar de la madre que lo crió. No sabía cómo su hijo iría tomar que había se involucrado con su padre y si lo aceptaría. Estaba dispuesta a sacrificar su propia felicidad con Armando por el amor de su hijo.

-Pero, Beatriz, necesito hablar contigo.

-Armando, estoy muy ocupada. ¡La canción tiene que estar lista!

-Danny va a cantar el solo, ¿no?

-Sí, en realidad será un dueto.

-Un dueto de madre e hijo. ¿Qué? ¿Crees que no lo sé? ¡Danny me ya me dijo!

Betty se sonrojó.

-Me dijo, ¿Y sabes? ¡Danny es una persona muy afortunada! Daniele fue una madre excelente y ahora descubrimos que su madre, la que lo tuve, ¡és otra mujer maravillosa!

-¡No soy tan maravillosa!

-¡Sí lo es1 Danny heredó este talento innato de ti, Beatriz.

-Armando, sé que tenemos que hablar, no pretendo que sea algo forzado. Sí Danny no quiere tener algo más profundo, solo acepto ser tu amigo.

-¡Él quiere tener algo más profundo contigo, Betty! Sufrió mucho cuando perdió a su mamá Dani y desde entonces nunca lo había visto con los ojos tan brillantes como está ahora desde que la ha conocido y aún más ahora que sabe que és su mamá, pero hay que darle tiempo. Aún más nosotros...

-Armando, no quiero que te sientas obligado a nada, solo porque pasamos la noche juntos, ni porque tenemos a Danny en común. ¡No estoy exigiendo nada, ni estoy forzando una situación!

-¡Esto lo sé! Pero esa noche fue la más maravillosa que he tenido y no puedo sacármela de la cabeza.

-¡Será mejor que lo dejemos así! No sabemos cómo reaccionará Danny cuando, cuando escuchas de nosotros

-Sí, será algo de lo que tendremos que hablar con él. Que sea para después del concierto.

Día del concierto.

-¡Es hoy! ¡Ha llegado el día! -exclamó Betty, feliz

-¡Por fin! De lo contrario, nadie podría soportarte.

-¡Nicolas!

-¡Así es, Betty! ¿Y entonces ya te has decidido arreglarse con el padre y el hijo Mendoza?

-¿A qué te refieres, Nicolás? ¡No tengo nada que arreglar con el padre, Nicolás! En cuanto al hijo, mi hijo, nos llevamos bien y creo que estoy en la categoría de amigos, que es un gran paso adelante, ya que pensé que me odiaría.

-¡Con todos sus defectos, es imposible odiarla! –dijó Nicolás, abrazandóla.

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-¿Listo, Danny? -preguntó Beatriz

-Sí, ¿crees que lo estoy? –contestó Danny

-¡Relájate, Danny! Solo haz lo que ensayamos.

-¿Alguna vez has tenido la impresión de que a pesar de saber qué hacer, no te sientes seguro haciéndolo?

Una História de Amor NavideñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora