Capítulo 8 -LA SORPRESA

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Al día siguiente, Bertha llamó a Betty.

-Amiga, antes de bajar al teatro, te espera un señor para hablarle

-¡Oh, Bertha, lo siento! Si no es importante...

-Pero, ¡es importante!

-¿Señorita Pinzón?

-¿Si?

-Soy del orfanato. ¡Se trata de tu hijo!

-Oh si, pasa, por favor.

-¡Gracias! Lo encontramos.

-Cuando los busqué me dijeron que no sabían a qué familia se le había donado, ya que violaba la ética y el secreto de la donación y que hacía tanto tiempo.

-De hecho. En otra situación en la que no pudimos hacer eso, resulta que ha surgido un nuevo hecho.

-¿Y cuál es?

-La familia que lo adoptó siempre le dijó la verdad, que era un hijo del corazón. Y que si algún día quisiera, podría buscar a su verdadera madre, pero su hijo nunca quiso saber quién era ella.

-Naturalmente.

-Hasta que murió su madre adoptiva, luego regresó para averiguar quién lo había dado en adopción.

-¿Entonces estaría él enojado conmigo?

-Al contrario, tiene una gran curiosidad de conocerla. Y si no la procurado antés, fue por respeto a su madre adoptiva. Como la voluntad es mutua, proporcionaremos el encuentro. Él está en una habitación de al lado esperándola. ¿Todavía quieres conocerlo?

-¡Es lo que más quiero en la vida!

-Así como él que la espera en otra habitación.

Al entrar en la habitación contigua, apenas puede creer lo que ve:

-¿Danny?

-¡Maestra Pinzón! Ahora entiendo. ¡Mi gusto por la música no podía ser en vano!

-Y como me gustaste desde el primero día, no pudo ser en vano. - dijó Beatriz con lágrimas en los ojos. -¡Perdóname, Danny! ¡Me perdonas!

Danny la abraza, Betty aprieta el abrazo y llora aún más.

-Sólo quería entender...

-Cómo es un hombre adulto, te lo diré.

Betty cuenta todo lo que pasó con su padre, que se enamoró, pasaran la noche juntos y él la dejó.Y pronto se encontró sola con un hijo, con su padre tan cansón, que no aceptaba una hija soltera con un hijo y que los ameazó ponerlos en la calle.

-Lo hizo, pués tú no merecías sufrir conmigo la hambre, quedarse een la calle por mis errones, por los errones del hombre ese! Tú merecías mejores opciones en la vida, com una familia feliz y completa que lo amase como a un hijo.

-¡Y me amarán, sí como quería, y mí papá me ama, eso seguro! Hizo lo mejor, maestra Pinzón.

-Dios mío, ¿cómo puedes? ¡Fuíste adoptado por los Mendoza y ahora estamos aquí! ¡Que coincidencia!

-¡Tengo más confianza en que es el destino!

Betty recuerda cómo caminarán las cosas: Robertito se enfermó, Danny se unió al coro y lo reemplazó y ella si involucró con su padre adoptivo.

-¿Tu padre lo sabe?

-No, aún no. Pero le ha dicho que iría tras mis orígenes y él me apoyó, especialmente después de mi madre ... quiero decir.

-Sí, tu madre sigue siendo Daniele Mendoza y la respeto.

-Gracias, Maestra Pinzón.

-Pero, cuando estemos solos, al menos puedes llamarme por mi nombre, Beatriz o Betty.

-Naturalmente.

-¿Todavía vas a cantar con nosotros?

-¡Ahora tengo una razón más! Sé de quién heredé a este que llamas regalo. Solo estoy un poco inseguro sobre el solo.

-¿Y si hacemos un dueto?

-¿Dueto? Creo que sería mejor, al menos no me verías solito en el escenario.

Entonces, se abrazan y van a ensayar. Después del ensayo, Danny habla a su padre.

-Papá, necesito decirte algo.

-¡Dilo!

-Encontré a mi mamá, quiero decir, la mujer que me tuve...

-¿Lo has visto? ¿Habló con ella?

-¡Sí, estuvo cerca todo el tiempo. Y ni siquiera puedes imaginar quién es. -¿Y quién es?

-¡La maestra Pinzón, digo, Beatriz!

-¿Qué? ¿Cómo asi?

-¡Ella misma! ¡Ella tuvo un hijo que dio en adopción por no poder criarlo!

Armando recuerda lo que Beatriz contó sobre su primera vez, le habló de su primera y única vez, y se quedó embarazada y sola con un hijo.

-¡Esto es increíble!

-Sí, y ni siquiera creo en coincidencias.

Armando también recuerda que se sintió atraído por Beatriz nada más conocerla y que ni siquiera con Daniele había sentido algo tan rápido y que desde del día que estuveran juntos no puede sacarla de su mente y cómo dolía su rechazo.

-¿Te gustó saber que es ella?

-¡Sí, ahora lo entiendo todo! Mi amor por la música y mi facilidad con las notas, lo heredé todo de la maestra Beatriz Pinzón.

-¡Y también el talento para los números, ya que ella es una excelente economista como me enteré!

-¿Has estado investigando la vida de ella, papá¿

-¡No tomó tanto! Y en cuanto a ti, me dijo que se quedó embarazada y se vio obligada a donarlo. El destino intentó unirnos.

-¡Quizá sea un milagro navideño!

-Estoy empezando a creer eso.

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Una História de Amor NavideñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora