『𝐋𝐚 𝐥𝐮𝐦𝐢è𝐫𝐞』ᴜᴄʜɪʜᴀ ꜱᴀꜱᴜᴋᴇ

【１１】

—¿Qué?—Un alboroto se formaba en su oficina.

Hinata estaba al borde de las lágrimas hablando entrecortada, Miwa estaba desesperada porque la oji-luna terminará su escena para que pudiera entregarle su trabajo a Maki, Sasuke por el otro lado estaba incómodo y de remate tenemos al patriarca Hyuga sentado junto a su hija tratando de reconfortarla, fallando en el intento.

Maki y Sasuke no estaban de humor, ambos tenían hambre, sueño y estaban irritables, lo único que esperaban al final del día era firmar los documentos que Miwa tenía en sus manos y luego se irían a cenar un asado de puerco y tal vez un postre, los Hyuga no tenían esos planes. ¿Qué querían los Hyuga? se preguntó antes de recibirlos, no podría ser algo que le afectara en realidad, así que los recibió amablemente. Gran puto error.

—Hiashi-sama créame que intento comprender su dolor y el de Hinata pero...lo que me está pidiendo ¿Está siquiera permitido?

Se recargó en su silla y trató de no gritar, contó hasta diez, luego hasta sesenta y cuando estaba a punto de entrar en ciento veinte, Hiashi y Hinata casi estaban suplicando en el suelo.

—Por favor sea misericordiosa Maki-sama, estamos perdidos sin usted y ya no puedo evadir más a los consejeros del clan.

Claro, todo esto tenía que ser por culpa del maldito Neji Hyuga, el tipo le agradaba pero justo ahora estaba en la delgada línea de cometer un crimen de odio.

—Déjenme ser honesta y si sueno algo irritada mis disculpas ha sido una semana pesada.

Se detuvo un momento para tratar de respirar.

—En efecto tengo los recursos para rastrearlos, no me tomaría mucho tiempo el traerlos aquí, claro si lo que buscamos fuera un civil común y corriente. No ignoro el hecho de que Neji Hyuga aun es un genio en combate y ya ha mostrado bastante resistencia, ver a un escuadrón Ma tras de ellos lo pondrá nervioso y actuará en consecuencia.

Todo se quedó en un silencio sepulcral, Hiashi estaba nervioso y Hinata estaba angustiada. No ignoraba el hecho de que Hinata ya había intentado innumerables veces convencer a su primo para que hiciera las cosas de otra manera.

—Me considero una persona generosa Hiashi. Yo misma iré con tu sobrino.

La cara del mayor se iluminó y había atisbos de esperanza en su cara y en la de su hija, parecía que quería decir algo pero fue interrumpido por Maki.

—No tan rápido. Traeré a tu sobrino eso ya lo dije pero...me darás algo a cambio, aun no tengo definido qué pero lo harás, soy generosa pero tampoco hago las cosas gratis.

A Hiashi no le quedó otra cosa más que asentir, el hombre está desesperado. Maki los despidió de su oficina y ella se quedó a solas con Sasuke quien yacía pensante.

—¿Crees que lo encontraremos?—preguntó el morocho con aire tranquilo.

—Claro, después de todo tengo a mi señor de mi lado y mi señor es uno de los Shinobis más poderosos que existen—Maki le guiño el ojo y su postura no cambió mientras lo hacía, sus manos estaban sobre el escritorio entrelazadas poderosamente.