『𝐋𝐚 𝐥𝐮𝐦𝐢è𝐫𝐞』ᴜᴄʜɪʜᴀ ꜱᴀꜱᴜᴋᴇ

【１２】

Anuncios al final.

Ya habían pasado semanas desde que Maki Ma fue la representante legal de Tenten en la unión matrimonial con Neji Hyuga, no hubo celebración dentro del gran Hyuga, fue algo más bien sencillo, Neji y Tenten firmaron su acta matrimonial y tenían la intención de establecerse de inmediato en el complejo de la segunda rama para evitar ser molestados. Maki por el otro lado tenía otras garantías.

En una celebración sencilla en la casa principal de Maki, Lee y Gai-san hicieron un gran alboroto por los recién casados y según Maki como la representante legal de Tenten era su obligación que su boda fuera algo inolvidable, la pareja apreciaba la sencillez y se aseguraron de mantenerlo lo más sencillo que se pudiera, claro que esto era bajo los estándares de Maki y Lee.

Después de la celebración y ya pasado el gran alboroto, Maki y Sasuke al fin reciben su tan añorada seda de loto, bailaron en conjunto por la alegría y Sasuke no dudo en acelerar los preparativos de su boda junto con el anuncio oficial que se lanzará por toda la la comunidad civil y Shinobi.

(...)

Caminaba tranquila sobre las calles de Konoha sin ser molestada, había dejado a Sasuke en casa ya que Naruto llegó de imprevisto para charlar un rato con él. Maki aprovechó para salir y realizar un último movimiento con respecto a la relación complicada que tenía con Sakura.

Ella ya no tenía más ruta más que visitarla en su consultorio, había pedido amablemente a las enfermeras el lugar de su oficina.

—Eres un molesto engreído.

Escucho detrás de la puerta de la oficina de Sakura, una voz masculina parecía reírse.

—No, no soy adorable...¡deja de reírte, tonto!

La puerta se abrió de repente y Naoya Ma quedó justo enfrente de ella. Naoya palideció ante la presencia de su matriarca.

—Mi...mi señora.

Sakura también estaba ahí con un rostro tenso, a Maki le pareció gracioso, también un atisbo de intriga le surgió en su cabeza.

—Naoya—. Dijo con voz inquietante.

—¿S-si?

—Puedes irte.

Naoya reverencio y se fue no sin antes dedicarle una mirada significativa a Sakura. La Haruno por el otro lado estaba tensa y parecía que en cualquier momento iba a vomitar.

—Sakura, ¿Puedo hablar contigo?, claro si es que no te estoy robando tiempo preciado.

La rosada pareció considerarlo antes de señalar que podía entrar. Se sentó en una de las sillas y esperó a que Sakura se sentara detrás de su escritorio.

—¿Q-que la trae por aquí? Si es por tu sirviente no te preocupes yo...

—No, no es por eso que vine a verte—. Tenía un semblante pálido a comparación de hace unos minutos.