10

629 100 13
                                    

Cada tanto venían personas a conocer niños, por lo general no eran de Gotham sino gente de otras ciudades. Bien se sabía que por la tasa de muertes de la lúgubre ciudad era normal que una gran cantidad de niños se quedaran sin resguardo y muchos venían (con un poco de miedo por tener que viajar hasta Gotham) para adoptar.

Para esos días específicos se les pedía comportar de la mejor manera además de darles atuendos más formales.

- parece como si tratarán de vendernos - arrugó su rostro Jay.

- no es como si alguien se atreviera a llevarnos. A nadie le gusta adoptar un niño que ya pasó los nueve años. - contestó Dick mientras dejaba que Tim le colocara la pequeña corbata. El pequeño, al contrario de ellos si sabía cómo se hacía.

Después de alistarse Dick bajo el último tramo de escaleras tomado de la mano de Jay y Tim hasta el área asignada a conocer adultos. Se hacían juegos y dinámicas para que los pequeños se presentarán y los adultos los conocieran. Luego de eso la pareja seguiría viniendo a pasar más tiempo en esa sala y lograr conectar, individualmente hablarían con cada uno y, finalmente solo uno terminaría llendo a esas visitas privadas: el nuevo hijo de la familia.

Era más fácil cuando la pareja solo quería bebés, ya que entraban al área de infantes, elegían uno y empezaban el largo proceso de adopción.

Está vez había dos parejas, Dick no se molestó en oír que decía la cuidadora respecto a los nombres de los desconocidos y sus profesiones.

Los juegos empezaron.

Cada uno más tonto y tedioso que el otro.

Ya después del cuarto juego vio como a dos niños de distancia (los habían separado en grupos por edades) Tim se estaba quedando dormido y ya había bostezado dos veces. Le preocupaba, aveces le daba la impresión que Tim se ponía pálido de la nada y sin importar cuánto duermiera siempre tenia ojeras en sus ojitos.

Se apartó del círculo que había hecho los niños de su edad para acercarse a Tim, al verlo el pequeño levantó sus brazos para que Dick lo alzara. Dick lo levanto y dejo que el menor se acomodara para dormir. Apenas se sentó en una de las esquinas de ese salón y ya Jay estaba al lado de él con un jugo en cajita y un sándwich de tomate envuelto en servilletas.

- no dejes que duerma, primero que coma - dijo mientras sacudía a Tim ligeramente para darle de comer de a poco al pequeño.

Tim comió los trozos sin rechistar y bebió todo el jugo por lo que inmediatamente lo dejaron volver a acomodarse a dormir en los brazos de Dick.

- vaya, ustedes son el grupo de amiguitos más lindos que he visto - una de las mujeres que había venido con su pareja se había acercado a ellos.

Dick se tenso, pero fue Jay el que le gruñó a la señora.

Ella no se vio intimidada y más bien sonrió con gracia el gruñido de Jay, eso lo hizo arrugar más su rostro en molestia.

- Soy Andy, me dejan ayudar con ese chiquitín que tienen allí? Debe de ser muy pesado para ustedes.

- no, alejese rarita. - le contestó Jay

- Jason, no le digas eso. - trato de susurrarle, pero con la distancia que mantenía la Sra Andy con ellos igual lo escucharía.

Ella miro ligeramente mal a Jason.

- niño, te pido por favor que no me hables así.

- y yo te pido rarita, que no me hables en lo absoluto.

Ella volteo directamente a Dick.

- por favor déjame cargar al pequeño, no es trabajo de un niño cuidar a otro. - dijo mientras extendía los brazos esperando recibir a Tim.

Dick miró hacía Jason que negaba con la cabeza indicándole que no lo hiciera. Pero, más atrás podía ver a una de las cuidadoras y la propia directora mirándolo desde lejos fijamente.

No tenía miedo a castigos, pero si decidían sacarlo del ático significaba estar lejos de Jay y Tim. Además, la mujer solo cargaría al pequeño Tim un rato, no se permitía que los adultos y los niños estuvieran solos sin una cuidadora como mínimo, menos en la primera visita.

Trago fuerte y con cuidado paso a Tim a brazos de la mujer.

No sabía porqué, pero sentía una horrenda inquietud y ansiedad en el cuerpo. Cómo si le fueran a hacer dañó. Sabía que era ridículo, pero no lograba calmarse.

Jay a un lado de él parecía estar experimentando algo parecido, lo podía ver en sus labios apretados y su postura defensiva a punto de arrancar a Tim de la mujer.

La Sra Andy tomo con alegría al menor y lo acomodo con cuidado para luego erguirse y continuar hablando con uno de las cuidadoras como lo había estado haciendo antes de acercarse a ellos.

La Srta Anna les indico a Jay y él que volvieran a su respectivos círculos. De muy mala gana Jay volvió sin apartar la mirada de Andy, Dick hizo lo mismo.

El juego de está vez era algo de cantar una canción con tu nombre y decir algo que te gusta. Luego de ese procedieron a pedirles que nombrarán a su animal favorito y lo imitaran. A Dick le gustaba jugar pero no dejaba de sentirse frustrado con cada minuto que pasaba.

Hasta que un llanto fuerte empezó a escucharse en toda la sala.

Al voltear Dick vio como Tim después de casi media hora durmiendo por fin se había despertado. Timmy trataba desesperadamente de huir de los brazos de la mujer y lloraba a mares.

El corazón de Dick se apretó. Muchas veces olvidaba que Tim solo tenía cuatro años por lo maduro y elocuente que era. No podía imaginar lo aterrorizado que podía estar Tim al despertar en brazos de un desconocido.

Él se había quedado paralizado pero Jason si se había levantado y corrió hasta la Sra Andy.

- Dame a Timmy ahora, bruja!

- niño como te atreves!

La discusión habría durado más pero en cuando Tim escucho la voz de Jay de inmediato empezó a moverse más fuerte e internar girarse. Aún con todos los intentos de la Sra Andy de mantener a Tim quieto no pudo evitar que el menor se agarrara fuertemente de Jay y este hiciera lo mismo. Finalmente lo soltó y Tim pudo esconder su rostro en el cuello de Jason.

- por... Que.... Por que..? - el llanto de Tim se habían vuelto pequeños sollozos que no lo dejaban hablar fluido. Pero Dick entendió lo que quería preguntar Tim, "por qué me soltaron?"

A Dick le picaron los ojos y se levantó finalmente para poder acercarse y pedirle disculpas a ambos.

La Sra Andy miro en su dirección hasta que desaparecieron por la puerta. Sintió nuevamente la ansiedad e incertidumbre, está vez le haría caso a esos sentimientos.

La cuidadora Anna los sacó a los tres de la sala y los regañó afuera por su aptitud.

A Dick ya no le importaba escucharla, solo sostener a Jay y Tim.


Tres Pequeños Corazones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora