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Narra Adara
Hoy era navidad, la pasaríamos con mi suegra. Lo cual no me molestaba al contrario me alegraba a Iván le habían levantado el castigo apenas hace unos días la verdad no lo había visto mucho.
Ya sabía que estaba distante y era clara la razón otra mujer, era más que obvio pero la verdad no le e prestado atención a eso. Me enfoco más en mi hija y en mi
Chequee que todo estuviera bien, que ya haya subido todos los regalos a la camioneta y si todo estaba listo, Ivanna se miraba muy bien traía puesto un vestido rojo de ceda, con unas calcetas que le llegaban a media rodilla Rojas. Sus zapatos eran dorados al igual que su diadema
Yo me puse algo sencillo, simplemente iba toda de negro, una falda negra, con una blusa negra que tenía un pequeño escote en medio. Un cinto Valentino adornaba mi cintura. Unas botas largas negras cubrían el frío de mis piernas me miraba muy bien.
Cargue a Ivanna para dirigirme a la camioneta donde ya se encontraba Iván esperándonos.
—Listas? —
—Si. —me barrió con la mirada de pies a cabeza.
—Vas a ir así? Toda descubierta! —
—No seas simple, ni empieces mi día va muy bien no lo arruines —
No dijo nada más y empezó a manejar al rancho de ovidio, sentía que venía un poco extravagante pero según gris tenía que ir demás guapa y elegante ya que iban a festejar navidad en una reunión grande con los Zambada, Fernández y Esparragoza.
No tardamos mucho en llegar, ya que el rancho de mi suegra estaba muy cerca del de nosotros, Iván se estacionó la música sonaba en todo el lugar.
Me baje de la camioneta, tome mi bolsa. Acosté a Ivanna en su carriola ya que venía entre dormida la tape con su cobija. La carriola Dior lucia demasiado había sido un regalo de gris
—Vamos, mi madre te está esperando. —Ivan me tomo de la mano para casi arrastrarme a la mesa de la señora alejandrina.
—Hola mi niña —me saludó mi suegra.
—Hola suegra. Hola todos —saludé a todos de abrazo y beso.
En la mesa sólo estaban ovidio, Adriana, Elsa, Alfredo, Brianda, trébol, gris y Edgar también la señora alejandrina
—Ya llegó la cuñis favorita — dijo ovidio gritando.
—Hola rata.
[...]
Ya eran las dos de la mañana todos estaban un poco tomados pero no del todo, mi suegra ya se había ido solo quedábamos yo, gris y Adriana en la mesa
Brianda ya se había ido, los hombres estaban en una mesa con sus amigos, Melissa se encontraba a mi lado no quiso pasar navidad con su familia.
Ella sabrá porque, no quise presionarla a que me lo dijera aparte ella ya pertenecía a la familia no me molestaba en lo absoluto que se quedara.
