Narra Adara
Terminé de arreglar el mausoleo de mi hermano, me encargaba de limpiarlo cada que venía y obvio de traer arreglos florales gigantes, me encargaba de siempre tenerlo con flores. Lo extrañaba demasiado, hasta para pelear nadie venía al mausoleo más que yo, mis hijos, los chapitos de vez en cuando claro con una gran banda. Gabysela, había cumplido lo que dijo tres meses atrás, no supe nada mas de ella trate de contactarla pero no lo logre
Mire de nuevo por la gran ventana la misma camioneta y se paraba justo frente a la ventana del mausoleo, los nervios me invadieron así que decidí llamarle a Ivan, el antes mencionado me contestó rápidamente, avisando que en menos de diez minutos estaría aquí.
Me senté en el frío piso frente a la gran foto de Nestor, debajo de esta estaban fotos pequeñas, medianas, su pistola, sus ruffles y los ferreros no podían faltar. Tome una de las pequeñas fotos, salimos yo, Nestor y mis abuelos maternos yo posaba encima de aquel grande y costoso caballo que mi abuelo me regalo el dia de mis xv, Nestor estaba intentando subir mientras yo lo manoteaba, mi abuelita estaba riendo abiertamente al lado de mi abuelito. Todos salimos con una gran sonrisa, una sonrisa se formó en mi cara al recordar aquel día.
Flashback
–Guera déjame subir contigo al caballo, no seas así de caprichosa y egoísta – grito desde abajo del caballo.
–No gordito, no lo haré – cruze los brazos. Mis abuelos miraban la escena divertidos ya que llevábamos más de una hora peleando por eso
–Mi niña dejalo que suba y te prometo que te compro la muñeca que vimos hoy en el centro – propuso mi abuelito
–Ugh esta bien, néstor súbete – Este volteo los ojos
–Ahora ya no quiero – lo mire mal. – ahora ya quiero hermanita
–Pues ya no, ya paso tu oportunidad – manolete sus manos al ver que se quería subir
–Abue dile algo – mi abuela me miró
– Mi reinita dejalo que suba recuerda que su caballo está en el veterinario
–Esta bien sube– finalmente acepte
Fin del flashback
Una lágrima resbaló por mi mejilla, los extraño tanto pero tengo que seguir con mi vida aunque ellos siempre estarán presentes.
–Mira nada más, la niña débil llorando por sus abuelos y hermano– quede en shock al escuchar esa voz que de pequeña me hizo tanto daño, tanto como a mi tanto como a Néstor y a la señora que se hace llamar por mi madre.
–¿Qué haces aquí? –pregunte con mi voz temblorosa. Me levanté del piso para voltear a verlo, efectivamente era él, el lacra que se hace llamar mi padre.
–Sabes llevo meses aquí, yo mate a tu hermano y la siguiente eres tú llevo meses, meses viendo tu dolor – soltó una carcajada. – me hace tan feliz verte llorar y sufrir
–Eres un maldito – me acerque a él para voltearle la cara de la gran y fuerte cachetada que le di dejando mi mano marcada en esta. – Porque sigues empeñado en hacernos daño, no te basto con todo el daño que nos hiciste de niños para después abandonarnos al igual que esa señora –grité.
–Conmigo no te pongas al tu por tu – dijo mientras me apuntaba en la cabeza con una pistola – estás sola, maté a tu hermano dejándote sola. Solo tienes a tu hija la cual está por quedarse sola – Pendejo, no sabia que estoy casada y tengo otro hijo. – Hoy te vas a morir aquí sola como la débil que eres, nunca fuiste la hija que quise, nunca fuiste un orgullo ni para tu madre, tu y tu hermano son una basura