Narra Adara
Hace tres meses que me había ido lejos de Iván, solo por nueve meses pero nueve meses eran nueve meses. Hace unas semanas había decidido venir a Cancún con mi pequeña Ivanna la cual ya está más grande, esta a pocos meses de cumplir su primer añito, también nos acompañaba mi amiga Sasha la cual también tiene una pequeña de la edad de Ivanna.
—Oye hay que alistarnos para ir al mar, pero deberíamos dejar las pequeñas con la niñera estos últimos dos dias se los hemos dedicado a ellas, necesitamos un descanso y ese descanso será hoy — mencionó Sasha mirándome.
Era verdad, tenía razón necesitábamos un buen descanso.
—Me parece perfecto, ya le mande mensaje a Melissa, vendrá por las pequeñas en 10 minutos así que hay que alistarnos rápido, primero hay que ir al mar —asintió.
Mientras me daba una sonrisa traviesa.
—Vamos a ver guapotes, los guapotes que pasean por Cancún —
Solté una leve carcajada, lo que ella no sabía es que mi corazón y ojos pertenecían a un narco, que no me valora y me trata como la peor basura.
—Porque tu humor cambia siempre que hablo de hombres Ada, acaso el padre de la pequeña Ivanna fue muy malo? — me miro.
Negué rápidamente, nunca le había contado absolutamente nada de Iván apenas la conocía hace unos meses. Así que aún no me sentía con valor de decirle todo lo que le e soportado a un hombre.
—No por nada, que color de traje de baño de pondrás —cambie de tema.
—Me pondré uno rojo, y tú? —
—Me pondré uno negro.
[...]
Nos encontrábamos comprando un agua de coco, eran las aguas de coco más deliciosas! Estos dos dias que habíamos estado en Cancún se habían vuelto mis favoritos.
Pagamos y empezamos a caminar por la playa, decidimos recostarnos en unas hamacas que rentamos. Bajo las palmas en lo fresco disfrutando del sonido de las olas.
Me encontraba demasiado entretenida hablando con Sasha de temas sin mucho sentido. Hasta que me vista se enfocó en una pequeña familia con amigos, eran dos mujeres embarazadas conviviendo muy felices. Junto a ellas estaba un pequeño niño y dos hombres.
Todos estaban de espalda, decidí no restarle importancia ya que sentía que los conocía, seguramente ilusiones mías.
—Esa convivencia se ve hermosa verdad, dos hombres conviviendo como grandes amigos al igual que las dos embarazadas, el pequeño niño se mira tan hermoso — comentó mi amiga.