El instinto nunca se equivoca.
O eso le había dicho su padre a Izuku cuando era pequeño antes de desaparecer y dejarlo con su abuelo, luego de la muerte de su madre. Pero ahora mismo el omega cuestionaba fuertemente las palabras dichas por él, porque en ese momento solo podía maldecir a su condenado instinto.
Él no quería tener relaciones con Katsuki. Quizás era ingenuo, pero no lo suficiente para no notar que una persona era tan maligna.
Pero no podía luchar contra su propia naturaleza, no podía luchar contra si mismo. Simplemente mientras más rechazará a su lado animal, más iba a sufrir y tarde o temprano terminaría cediendo al mismo.
Por ello mismo, Izuku estaba teniendo una fuerte batalla mental sin precedentes. ¿Debería resistirse aún sabiendo que era inútil? o ¿Ceder a sus instintos de una vez?
Pero no le dió tiempo de seguir debatiéndose cuando escuchó la voz de Katsuki.
—Baja de ese árbol, omega —la voz de Alfa de Katsuki hizo presencia.
Su cuerpo entero se estremeció bajo la orden de aquel alfa, todo su ser fue puesto bajo la disposición del rubio. Lo único intacto era su consciencia, e Izuku estaba intentando resistirse a la orden de Katsuki con todas sus fuerzas.
Un suave maullido lastimero salió involuntariamente de las cuerdas vocales de Izuku.
El omega intentaba resistirse a la orden del Alfa con toda su fuerza de voluntad, estaba intentando recuperar el control de su cuerpo.
Incluso intentó lanzarle un rugido de enojo al alfa pero lo único que salio de sus fauces fue ese maullido lastimero.
Realmente Izuku luchó con todas sus fuerzas pero al final perdió la batalla contra si mismo, contra su lado omega. Ahora sus instintos estaban cegando su juicio, haciéndolo incapaz de poner resistencia.
Con la gracia típica de un felino, el tigre de sumatra bajó del árbol de un salto. En ese momento los instintos de Izuku habían tomado el control, y por ello permanecía en una posición sumisa frente a Katsuki. Estaba con la cola, la cabeza y sus orejas bajas.
Katsuki se acercó lentamente al sumiso tigre frente a él, viendo cómo su simple presencia bastaba para dominarlo. Con cada paso que daba veía como el omega temblaba, era precioso ver a una presa tan dispuesta a entregarse a ti, era algo que siempre le generaba satisfacción al momento de someter a un omega.
El tigre cambió su postura al ver a Katsuki literalmente a un paso de él. Se acostó sobre el piso, dejando que su pecho tocará el suelo, mientras que al mismo tiempo usaba sus patas traseras para subir su parte trasera, incluso moviendo su larga cola a un lado. Estaba listo para ser montado por Katsuki.
Tal visión maravillo al rubio, el pequeño omega se estaba entregando sin ningún reparo. Sabía que el lado primitivo de aquel tigre ya se había sometido a él, pero él quería someter al lado racional que se negaba a hacerlo.
—Es gratificante ver cómo tu lado omega ya se entregó a mi —la voz de Katsuki cada vez tomaba un tinte más profundo viendo al tigre delante de él.
No pudo evitar reírse de los anteriores intentos del omega por resistirse a él, sabía que de todas formas terminaría sometido. Sus largos caninos se asomaban con cada carcajada que abandonaba su pecho.
El pequeño tigre al ver aquellos largos caninos no pudo evitar exponer totalmente su nuca a aquel alfa.
Quería ser marcado.
Katsuki finalmente se acercó lo suficiente para tocar al tigre con una de sus manos, y sonrió más cuando el felino actuó de una manera mansa con el alfa. Su mano tocó la columna del tigre, recorriendo suavemente la misma hasta llegar al inicio de su cola. Izuku ronroneó de gusto mientras se frotaba contra la mano del rubio.
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𝐀𝐑𝐑𝐈𝐄𝐒𝐆𝐀𝐃𝐀 𝐀𝐓𝐑𝐀𝐂𝐂𝐈Ó𝐍 [BKDK]
Фанфик¡UA OMEGAVERSE! Katsuki, el poder mismo en su máxima expresión. Tan místico, tan fuerte, tan cruel, y tan déspota. Todo a su alrededor era consumido por esa maldad inconmensurable que contenía dentro de si. No necesitaba a nadie más que a sí mismo...