Katsuki observaba fijamente al omega dormido bajo su cuerpo, vaya que el chico había superado con creces sus expectativas. No esperaba que fuera capaz de enfrentarse a él o que pudiera reunir valor para luchar contra su propia naturaleza. Pero lo había hecho. Y por eso había decidido tomarlo.Los ojos carmesí del alfa empezaron a recorrer el cuerpo del omega frente a él. No se había tomado el suficiente tiempo antes para observarlo con detenimiento, pero ahora que el chico estaba dormido podía hacer eso sin que pusiera resistencia. Después de todo, su marca ya estaba puesta en la nuca de Izuku.
Pudo ver que su omega era bastante bello, tenía un cabello rizado y verde de un tono parecido a la primavera, sus facciones eran delicadas dándole un cierto aire infantil, pero lo que le llamó la atención fue ver que su cuerpo tenía músculos y cicatrices de batallas anteriores, algo que lo diferenciaba de muchísimos otros omegas.
Eso le gustó.
Katsuki no quería a nadie débil a su lado, y podía intuir que aquella fierecilla nunca se había dejado tomar por nadie... Hasta ese día.
Ese omega le había provocado emociones que no había sentido en un buen tiempo.
Ciertamente la monotonía de ser el más fuerte ya estaba empezando a hartar a Katsuki. Había llegado un punto en su vida en el que nada lo alegraba.
No podía negar que adoraba observar el rostro de sus víctimas desfigurado en agonía, que los ruegos o gritos de gente muriendo le divertían y que su vida tomaba color cuando disfrutaba de una buena batalla con alguien fuerte. Pero con el paso de los años un vacío se hizo presente en su interior, su propia naturaleza le estaba suplicando encontrar una pareja. Y si no fuera por la fortaleza mental de Katsuki, hace mucho habría perdido la razón cegado por la soledad.
Ahora que ese pecoso portaba su marca en su cuello sería mucho más fácil controlarlo, y hacer lo que quisiera con él. Era bien sabido que los alfas podían manipular a los omegas mediante el lazo que compartían haciéndolos dependientes de ellos... O eso pensaba Katsuki.
Decidió levantarse del piso. Su cuerpo estaba lleno de fluidos por el acto recién, y aunque al rubio no fuera un particular adicto a la limpieza tampoco disfrutaba de estar sucio. Le dió un vistazo al omega, estaba pensando seriamente si llevárselo con él para limpiarlo o si dejarlo dormir en el piso de la cueva.
Después de unos segundos de analizarlo, decidió dejarlo botado en el piso. Primero iba a limpiarse a si mismo, el enano podía limpiarse por su cuenta.
Dió una media vuelta para salir de la cueva, planeaba ir al manantial que quedaba cerca de ahí. En ese lugar podría refrescarse, limpiarse y despejar su mente de cualquier pensamiento no deseado.
Pero justo cuando empezó a avanzar, pudo escuchar claramente un pequeño gemido proveniente de la persona dormida en el suelo y como este se у movía suavemente para verlo. No esperaba que se recuperará tan rápido de su previa actividad sexual, esperaba que le tomara más tiempo despertar. Quizás simplemente el Omega quería cambiar de posición mientras estaba dormido, así que volteó para cerciorarse de su teoría.
—Me duele todo —la voz de Izuku sonó rasposa y en un tono bajo, se notaba que estaba bastante cansado.
—Tengo que reconocer que me has sorprendido, enano. No pensé que fueras tan resistente. —una chispa de diversión pasó fugazmente por los ojos rojizos mientras veía como el Omega intentaba incorporarse.
—Mi nombre no es enano, ¿Sabes? —Izuku observó con cierto reproche al alfa.
—Ah, es cierto. No te lo había preguntado —respondió con simpleza Katsuki.
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𝐀𝐑𝐑𝐈𝐄𝐒𝐆𝐀𝐃𝐀 𝐀𝐓𝐑𝐀𝐂𝐂𝐈Ó𝐍 [BKDK]
Fanfiction¡UA OMEGAVERSE! Katsuki, el poder mismo en su máxima expresión. Tan místico, tan fuerte, tan cruel, y tan déspota. Todo a su alrededor era consumido por esa maldad inconmensurable que contenía dentro de si. No necesitaba a nadie más que a sí mismo...