Callum es un auténtico desastre, y no puedo evitar soltar una carcajada. Se mueve de un lado a otro por los pasillos con prisa, como si estuviera en una carrera, ignorando completamente a los clientes a su alrededor. La regla básica de todo buen mesero es atender a las personas, ser servicial, algo que él claramente no está haciendo.
Desde mi lugar en la barra, lo observo mientras termino de llenar los vasos. Callum se dirige a una mesa ocupada por un grupo de gente mayor. Entre ellos está su madre, una mujer delgada y rubia, con un cuerpo tonificado. Aunque, ahora que la veo bien, no se parece mucho a su hijo.
De repente, la mirada de su madre se fija en mí, analizándome. Trato de mirar a otro lado para evitar esa incomodidad, pero ella chasquea los dedos, llamando mi atención. Volteo hacia los lados para asegurarme, ¿me está llamando a mí?
Al notar que realmente me está señalando, tomo la bandeja de licores y me acerco a la mesa. Cuando llego a unos pasos, noto que los presentes me observan.
— ¿Le gustaría otro trago? —pregunto, tratando de sonar profesional—. Tenemos Martini seco, mojito, Margarita...
— Valerie, ¿no es así? —me interrumpe su madre, deteniéndome en seco.
— Mamá... —advierte Callum, claramente incómodo.
— Sí, soy yo —respondo con una expresión de confusión.
— Dime una cosa —continúa su madre, con una ceja levantada—. ¿Por qué tienes trabajando a mi hijo en su propia fiesta?
Miro a Callum rápidamente, esperando que él me ayude. Él simplemente rueda los ojos, claramente molesto.
— Ya lo he explicado, mamá —dice Callum, suspirando—. No hay necesidad de seguir con esta conversación.
— Solo para aclarar —me escucho decir, como si mi boca hablara por sí sola—. Yo no obligué a nadie. Él se ofreció a ayudar.
— Algo habrás insinuado —insiste su madre, mirándome con una mezcla de desdén—. Mi hijo no suele hacer favores sin recibir algo a cambio. ¿Qué le prometiste?
¿Acaso está insinuando que…?
— No tienes que responder eso, Stone —interviene Callum, cortando la conversación—. Sigue con tu trabajo.
Y, como siempre, volvía a ser "Stone". Asiento en silencio y me alejo de la mesa, sintiéndome completamente fuera de lugar. ¿Qué cree que soy? ¿Una aprovechada?
Ignorando el drama, sigo con mi trabajo. Sin embargo, la sensación de ser observada no desaparece. La madre de Callum continúa siguiendo cada uno de mis movimientos con la mirada.
"Por favor, que termine este día ya", pienso para mis adentros. Cuando termino de ofrecer la primera ronda de cócteles, me acerco a la barra, esperando el siguiente llamado de la cocina. Según el itinerario, todavía falta media hora para la segunda ronda. El evento acaba a las ocho.
Callum se acerca a mi lado y se apoya en la barra, aunque evito mirarlo.
— Siento lo de antes, de verdad —dice, rompiendo el silencio—. Mi madre es... bueno, a veces se pasa de la raya.
— No tienes que disculparte —respondo sin girar la cabeza—. Ella tiene razón. No deberías estar trabajando en tu propia fiesta.
— Yo quería hacerlo —insiste.
— No te esfuerces en encajar en mi mundo, Jones —digo con una leve sonrisa amarga—. No vale la pena. Ve con tu familia, tu madre no ha dejado de mirarme en toda la noche.
Callum, quien ha estado observándome, pasa su mirada hacia su madre y aprieta los labios al notar que ella desvía la mirada rápidamente.
— Me iré —dice, con un suspiro—, pero ¿podemos hablar cuando termine la noche?
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Jugada Ofensiva
Подростковая литератураApenas se algo sobre él. Se qué va a la escuela liverpool. Nemesis número uno de la mía. Se qué es un egocéntrico de primera, jugador del equipo de fútbol americano. Se qué nos odia. Aún así , cuándo ofreció realizar una apuesta, fue inevitable...