Secret Letter

Capítulo 7

Capítulo 7
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Daren

El plan era sencillo, si el imbécil se paseaba por la universidad con la otra chica cuyo nombre desconozco, haría que Selene lo viera con sus propios ojos, que ella misma presenciara como su "novio perfecto" la engañaba.

¿Me estoy entrometiendo? Sí, pero esta situación también me afecta y no solo a mí, al tío también.

¿Selene me va a odiar si el plan no sale bien? Probablemente, pero viviré con la culpa, porque no estoy dispuesto a seguir soportando su llanto.  

Me duele verla llorar por alguien que no la valora y que solo juega con ella. Selene merece más. Ella no merece ese trato cuando siempre lo ha priorizado a él. 

Después de contarle a mi tío el plan que había creado con base en la idea que Nirelle me dio, él se quedó estupefacto, me miró con duda unos minutos antes de seguir acomodando la despensa que fuimos a comprar hace una hora. 

— ¿Qué opinas? —mi gran aportación a la tarea de acomodar la despensa era sentarme en una de las sillas de la isla y pasarle los empaques o enlatados— ¿No dirás nada? 

— Estoy pensando. 

— Piensa más rápido, tío. 

— No, no me pidas que piense rápido. Esto que vamos a hacer es una decisión importante —él me miró y recargó sus manos en el borde de la isla—. No voy a tomarlo a la ligera. Si esto sale mal, Selene va a odiarnos y no estoy dispuesto a perder la relación que tengo con mi hija y que quiera irse con su madre a otro país.  

Mi tío es padre soltero desde los cuatro años de Selene, su esposa lo abandonó para irse con un hombre adinerado a Londres, en ese entonces el tío no tenía mucho, pero las mantenía bien, tenían casa propia y no les faltaba lo necesario, aunque no podía darles lujos. Años después, el tío creció más en el mundo de bienes raíces y ahora tiene incluso más dinero que el hombre con quien su esposa lo engañó. 

Mi tío nunca presumió su dinero y mantenía bien a Selene, por eso no perdió su custodia cuando ella la pidió, recuerdo una época de mi vida donde tuve que acompañarlo a los juzgados, la única condición que le pusieron a mi tío, era que Selene podría tener contacto con su madre.

Cada cumpleaños, ella le manda un mensaje o le hace una llamada y le envía regalos desde Londres, el miedo más grande de mi tío siempre ha sido que Selene lo abandone para irse con su madre. 

— Sé que no quieres perderla, pero tampoco quieres que sufra —por un momento hubo silencio entre ambos—. Por más que Selene diga que todo está bien, sabemos que no es cierto. 

Suspiró pesadamente negando con la cabeza, me miró por unos segundos directamente a los ojos y asintió. 

— ¿Cuándo lo haremos?  

— Hoy mismo.   

Hablé después de ver el mensaje en mi celular. 

— ¿Hoy? 

Asentí seguro. 

— Hablé con Arien temprano —quité la mirada de mi celular para verlo a él—, yo no fui a la universidad porque están pintando la facultad, pero él sí.

— ¿Qué hiciste, Daren? 

— ¿Recuerdas que él se enteró de todo este problema el día que vino a buscarme?