Capítulo 10

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Capítulo 10
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Honestamente, pensé que me había equivocado cuando escribí en la carta para Daren que tenía una cena de negocios esta semana, ojalá haberme equivocado.

Les explico un poco la situación, desde la muerte de mis padres, la empresa quedó bajo el cuidado de Harold hasta que yo cumpliera mínimo veintiún años de edad, pero eso no significa que no tenga la responsabilidad de asistir a eventos importantes de la empresa e incluso fiestas de cumpleaños del personal en representación de los difuntos dueños de la empresa; mis padres.

Me gusta involucrarme en la empresa porque algún día será mía en su totalidad, el lado malo de asistir es cuando los socios que mi padre escogió en sus inicios para la empresa comienzan con sus cuestionamientos acerca de mi carrera o sobre si es la mejor opción que yo tome el puesto de CEO y dueña.

Lastimosamente, Harold no pudo venir conmigo hoy y Dominick está a dos mesas de distancia, mis padres tenían grandes inversiones en la marca de la señora Martin, así que, ellos están invitados a cada cena.

La persona que organizó los asientos me traicionó está vez porque nos separó completamente.

Dominick: No me gusta esta mesa.

Nirelle: Tampoco me gusta la mía.

Dominick: ¿Podemos despedir al que nos
separó esta noche?

Nirelle: Ni siquiera sé quién lo hizo.

Dominick: ¿No organizaste tú esta fiesta?

Nirelle: Para nada. Harold dijo que recibió la invitación por correo. Venía
de la oficina del señor Edmond, pero
no creo que él haya hecho toda la organización.

Dominick: Lo dudo, ni siquiera sabe organizar desfiles de moda. Mi
madre lo ha ayudado muchas veces con eso.

Solté una risa mientras leía el mensaje de Dominick, pero olvidé el gran detalle de en cual mesa me encuentro y el señor Edmond me miraba de forma desaprobatoria.

Me puse seria al darme cuenta que no solo él me miraba así.

No debí reírme.

—Señorita Nirelle, me parece que nuestra plática le aburre.

«Mierda».

—Para nada, lamento haberme reído —traté de no sonreír—. Estaba respondiendo unos mensajes y no pude evitar reír por lo que decía uno de ellos.

—Veo que Harold falló al enseñarle modales.

Dejó de verme y siguió platicando con los demás señores.

No me había gustado nada su comentario, mucho menos cuando algunos hombres de la mesa dejaron escuchar una risa seca de parte de ellos ante tal comentario.

—¿Disculpe? —él me miró— Harold me educó de forma impecable para estas situaciones, no hay nada de malo en responder un mensaje.

—Es de mala educación estar pendiente del celular durante una plática.

—Considero que es de mala educación cuando le están hablando a uno —él me miró sin decir nada—. Sin embargo, yo no estaba siendo incluida en la conversación. Hagamos mención también de que el señor Gerald ha pasado toda la noche en su celular atendiendo llamadas ¿Por qué a él no le ha dicho algo parecido? —no respondió— Si me disculpan, voy a moverme de mesa.

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