Still loving you (or not) (Frerard)

Epílogo

—Seguidamente, otorgo está medalla de Honor, a Gerard Arthur Way, tras haber servido a nuestro país durante la guerra...— Way dejó de prestar atención a las palabras de Howard, mirando con deseo aquella medalla, y visualizando a lo lejos a Ray, con sus tres hijas mirando con entusiasmo a su padre, gritando lo mucho que lo amaban y riendo con el rizado a su lado.

Inevitablemente Gerard no pudo evitar sonreír, tras haber realizado el respectivo ademan de soldado genérico.

Miró al cielo, y mostró su medalla a la misma, lanzando un beso al aire, en honor a Frank, quien había sido una de sus motivaciones para estar Aquí, donde esta ahora.

Más tarde, Bandit llevará un pequeño ramo de tulipanes,hecho por ella misma para su "papá Frank", que "estaba cuidándola Desde el cielo" según Gerard.

Tanto Como Cherry y su hermana ayudaban En lo que podían, hasta que llegaron al cementerio. Primero fueron a ver a Mikey, y tras haberlo visitado fueron más lejos hasta llegar a la lápida de Frank.

Bandit dejo el ramo encima de la lápida, suspirando un poco, al ser la mayor, Gerard le explico algunas cosas más que sus hermanas aún no podían entender.

Gerard imitó el suspiro de bandit, miraba con añoranza el piso, y una lágrima traviesa escapó de sus verdes ojos.

Aun recordaba lo mucho que Frank le decía que sus ojos eran lo más lindo del universo.

—papi...

—Si, princesa...

—¿porque papá Frank está en el cielo?— Cherry preguntó, porque ella nunca supo la razón.

Gerard tragó sus lágrimas ante esta pregunta.

—Porque Papi y el lucharon En la guerra, y el fue un héroe...— mencionó, Suavizando sus mismos dolorosos recuerdos.

—¿y aún lo amas?— aquello solo motivo a Gerard para comentarles mas.

—Siempre lo ame— miro hacia arriba, sonriendo algo triste— al igual que las amo a ustedes, mis princesas...— procedió a darles un pequeño beso en la frente a cada una.

Aquella medalla fue dedicada a Frank, quien se merecía eso y más, pero Gerard hacia su mejor esfuerzo en criar bien a sus hijas, y recordándolo con alegría siempre, y sabía que eso era más que suficiente para Iero.

Era algo que ambos anhelaban en secreto, hasta que salió a la luz, y no pudo ser mejor.

La pared del orgullo fue destruida, Frank volvió a confiar en el amor de Gerard, quien, indirectamente o no, estuvo siempre ahí.

Y aun se amaban.