𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ↻ Aemond Targaryen © [+18]

25-- 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐘

Advertencia: Contenido y lenguaje sexual. Leer bajo responsabilidad. Este escrito no me pertenece yo solo me encargué de traducirlo.

Autor original: https://www.tumblr
.com/targaryenbrat728692913486
03904/love-thy-enemy-at

Traducción por: Lya
___________________

Aemond Targaryen, un príncipe de la Casa Targaryen, estaba bajo el cielo con su cabello plateado reluciente. No pudo evitar mirar furtivamente a través del jardín a la Hija de Daemon. Ella no era una bastarda como sus medio hermanos.

Odiaba a tu familia y probablemente te odiaría a ti si no le hubieras mostrado empatía la noche que perdió el ojo. Recordó cómo tus suaves manos sostenían su rostro mientras llorabas suplicándole que los perdonara por lo sucedido.

Después de eso en público actuaría como si te odiara pero sabías que no era así. No sabías qué lo hizo actuar de esta manera. Amabas todo sobre él.

La forma en que observaba cada uno de tus movimientos te decía todo lo que necesitabas saber una vez que llegabas a Kings Landing. Sabías que tu padre tenía el tipo de ira que todos los padres tienen.

Ruidoso y terrible.

Perdura durante toda tu vida. Justo la noche anterior, casi encontro a Aemond en tu habitación después de besarse, en tu propio mundo, y volviste a la realidad cuando tu padre llamó a tu puerta. Aemond terminó saliendo por el pasadizo secreto hacia tu habitación.

Observó mientras te girabas, con sus ojos violetas fijos en los de Aemond. Tu belleza, una mezcla de Targaryen y velaryon, era innegable, pero sabía que tu padre, Daemon, nunca aprobaría que te pidiera matrimonio.

Conocías los sentimientos del príncipe hacia ti, pero él odiaba a tu familia y eso contradecía tus sentimientos. Si quería amarte, al menos tenía que mantener la paz, pero él era un dragón y no se puede domesticar a un dragón.

La reina Alicent tenía buen ojo para sus reuniones secretas y hacía todo lo que estaba en su poder para mantenerlos separados.

Finalmente, cuando pensabas que las cosas mejorarían, lo ves levantarse e insultar a tus hermanos en la cena. Algo en tu pecho se rompió, se rompió tan violentamente que te preguntaste si era esto.

Estaba sentado solo en una enorme mesa de madera en la biblioteca Dragonstone, débilmente iluminada. Tomos y pergaminos antiguos lo rodean.

Cuando lo confrontaste más tarde esa noche, él vería cuán profundamente te lastimó.

Su expresión era seria, pero te gustó cómo se suavizó ligeramente cuando te miró. Como si la forma en que te miraba fuera diferente de cómo miraba a los demás.

Le agarras las manos y haces que te mire. Todo está enredado lo odias y lo amas. Es noble y despiadado. Es valiente y débil.

Finalmente susurrando "Por favor dime que significo algo para ti" lo miraste a los ojos.

Retiró su mano de tu agarre.

"Me arruinaste y sigo siendo yo quien se ha estado disculpando", escupiste.

"T/n deja de ser tan infantil" se burló.

"Una vez que dejes de ser desalmado" haré lo mejor que puedas para no gritarle.

"Quizás sea un desalmado pero tú eres ingenuo" dijo acercándose a tu cara.

"Solo estoy tratando de entenderte Aemond"

"Perderías la cabeza tratando de entenderme" dijo mirándote profundamente a los ojos.

"Solo dime lo que quieres y lo arreglaré" dijiste

"Quiero-" Hizo una pausa "No importa lo que quiero." Su voz era más tranquila ahora.

"¿Qué deseas?" Volviste a preguntar, querías darle un puñetazo y entenderlo al mismo tiempo.

Mirándonos desconcertados, enamorados y odiados.

"Te odio", dijiste y luego él te besó. El gemido que escapa de sus labios es bajo y gutural mientras te levanta el vestido.

Su toque es áspero y te hace llorar, pero no te importa. Busca y su pulgar presiona contra mi clítoris al mismo tiempo que desliza un dedo dentro de tu cuerpo.

"Oh Dios", murmuro, con los ojos bien cerrados. Moviéndose con la mano impotente. Desesperado por bajar.

Su mano descubrió tu pecho como si fuera la primera vez, las yemas de los dedos tocando mi piel con ligereza como una pluma, reclamando sin la ardiente posesividad habitual.

Luego te levanta y te sienta en un escritorio, de modo que abres más tus muslos mientras él se adapta más firmemente entre tu calor. Ella se aferró a su espalda y hombros mientras él la cargaba.

Le ayudaste a desabrocharse los pantalones y el se abre camino hacia adentro, un insoportable centímetro a la vez, y yo respiro profundamente, largas exhalaciones me dejan hasta que está completamente dentro de ti.

Se inclinó para poner su mejilla contra tu cara. Su aliento contra tu oreja la hacía estremecerse con cada palabra pronunciada deliberadamente.

"He querido hacer esto", dijo, "En cada momento de cada hora de cada día desde que llegaste aquí. Pero eso lo sabes. Debes saberlo. ¿No es así?" Asientes desesperada por tener más de él.

"Eres tan apretado." Lo escuchas decir sin aliento así que lo besas. Él te devuelve el beso con avidez, hundiendo sus dedos en tu cabello y balanceando su pelvis contra la tuya.

Nunca nada se había sentido más natural, más perfecto, más empoderado. Presionaste tu contra él con más fuerza, capturando su labio inferior con el tuyo, luego el superior, probando cada uno.

Pensó para sí mismo que nunca podría tener suficiente de ti. Aemond era un hombre fogoso e impulsivo.

Se corrió más fuerte que nunca en su vida dentro de ti, te sentiste muy lleno de su semen.

"Ahora me perteneces. ¿Puedes sentir mi semen en ti, en tu útero?".

Encontró la humedad goteando por tu pierna. Pasando un dedo hacia arriba, lo empujó hacia dentro de ti.