Capitulo 11: Los Círculos de el Infierno II

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¡Ah, el cuarto círculo del Infierno! Aquí, Dante nos presenta un castigo bastante agotador y repetitivo para los pecadores. Imagina un valle sombrío y desolado, vigilado por Pluto, el dios romano de la riqueza. Donde los condenados se ven obligados a hacer rodar pesadas rocas desde las laderas hasta el centro, solo para verlas chocar y tener que repetir el proceso una y otra vez. Un trabajo que nunca termina.

Este círculo está reservado para aquellos que cometieron el pecado de la Avaricia y la Prodigalidad durante su vida. Estas almas están condenadas a llevar una carga interminable, simbolizando la insaciable búsqueda de riquezas y la extravagancia derrochadora. ¿Quién necesita un gimnasio cuando se puede hacer ejercicio constantemente empujando rocas?

Imagínate la monotonía de hacer rodar una roca pesada cuesta arriba, solo para verla caer y tener que comenzar de nuevo. Es como el día a día de un oficinista atrapado en una rutina interminable. Pero aquí, no hay pausas para el café o las charlas de oficina. Solo existe el eterno ciclo de rodar y chocar, rodar y chocar. ¡La diversión nunca termina!

Y en el quinto círculo del Infierno Dante nos muestra un panorama bastante caótico y violento para aquellos que han caído en el pecado de la ira. Imagina una laguna llamada Estigia, vigilada por el temible Flegias (Hijo de Ares y castigado por quemar el templo apolíneo de Delfos), donde los condenados están enfangados y se ven obligados a luchar eternamente unos contra otros, usando golpes y mordiscos como su forma de comunicación. Una pelea interminable donde la violencia es la norma.

En este círculo, la ira se manifiesta en su forma más cruda y descontrolada. Los condenados se sumergen y se enzarzan en una lucha constante, sin importarles el dolor o el sufrimiento que infligen a los demás. Imagínate un ring de lucha libre donde cada golpe y mordisco es un recordatorio de la ira que los consume.

Pero eso no es todo. Debajo del agua de la laguna Estigia, se encuentran los acidiosos y los deprimidos sin motivo. Estas almas viven en un estado de tristeza perpetua, sumergidas en las aguas oscuras y melancólicas. Es como un club de nadadores deprimidos que nunca pueden salir de la piscina.

Y despues llega Dite, una ciudad que realmente sabe cómo llamar la atención. Aquí, las llamas danzan por todas partes, creando un ambiente cálido y acogedor para los pecadores. Nada dice "hogar dulce hogar" como una ciudad envuelta en fuego.

Dite está rodeada por imponentes murallas, y las puertas están celosamente custodiadas por demonios. ¿Quién necesita un complejo de seguridad cuando tienes a estos guardianes infernales para protegerte? Definitivamente no es un lugar al que quieras entrar sin invitación.

Pero eso no es todo. Avanzando hacia el siguiente círculo, nos encontramos con el sexto círculo del Infierno, donde los herejes encuentran su merecido castigo. Es un paisaje escalofriante, salpicado de tumbas en las cuales arde el jefe de cada secta herética junto con todos sus seguidores. Una fogata eterna para aquellos que se desviaron de los caminos "aceptados"

Entre las tumbas, se encuentra el famoso Farinata degli Uberti, un líder herético que se destacó en su tiempo. Aquí, todos los herejes arden en llamas, un recordatorio constante de las creencias que los llevaron a su condena. Definitivamente no es una reunión social a la que quieras asistir.

En Busca Del Sentido: Reflexiones Sobre El Destino Y La ExistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora