CAPITULO 5. LA NOCHE DE LOS JEAN

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¡Riiiiin! El sonido de la alarma sonaba por cuarta vez, Jean Lucca levantó la mano y logró silenciar la.
Nuevamente y sumergido en un profundo sueño, el trasnochar le estaba pasando facturas.
Después llegó Jean Pietro levanta el cobertor haciendo que su hermano despierte.
—¿Que carajos crees que haces? Déjame dormir. —se quejó Lucca.
—Ya despierta Lucca, papá espera por nosotros, necesita hablar y más contigo pero nos espera a los dos.
Jean Lucca como impulsado por un resorte se puso de pie y miró a Pietro.
—¿Dime qué no me propase anoche? hermano.-preguntó algo temeroso.
—No se lo que hiciste pero padre está furioso contigo, y me envió para llevarte de vuelta, pero es ya.
Lucca fue al baño se duchó mientras Pietro lo esperaba en la sala de star y llega el mayor de todos Jean Carlo.
—Pietro, papá está esperando a Lucca ¿y aún no está despierto? voy a romperle la cara a ese imbécil.  —Carlo estaba furioso con Lucca, pues su trabajo era llevar a los socios a un centro de diversiones para divertirse y tratar de negociar la franquicia de una cadena de restaurantes en Francia. Y no dejarlos solos a su suerte. Carlo, subió las escaleras y entró como un vendaval arrasando con todo a su paso
—¿Que carajos hiciste Lucca? Padre te va a medio matar si pierde esa franquicia en Francia.
—Hermano, escucha me, conocí al amor de mi vida, entiendo me.
—¿Amor de tu vida? ¿Tienes idea de a cuántos amores de tu vida tuve que ayudar con cuánta cosa se les ocurrió a cada una de ellas? ¡No! ¿Verdad? por qué simplemente las llevas a la cama y ahí se acabó el amor para ti.
—Ya párale, ¿no basta con los regaños de padre? ¿También tengo que aguantar los tuyos?
Carlo, agarro a Lucca como estaba sin camisa y lo llevó casi a arrastras.
El alcanzó a coger su camisa y salir tras de Carlo.
Bajaron y salieron del departamento subieron al auto y fueron rumbo la mansión Ferrari.
Fabrizzio estaba sentado en la sala, los tres hermanos entraron y Fabrizzio miró a Lucca.
—Padre puedo explicarte el por que deje a los señores Riscos en el club.
—Déjame adivinar, encontraste al amor de tu vida. —dijo Fabrizzio tratando de controlar su enojo.
Jean Carlo y Jean Pietro apretaron sus labios formando una línea en sonrisa, para aguantar la carcajada por como lo dijo su padre.
—Papá,...
—¡Papá nada! Lucca, ahora los señores Riscos se fueron a Roma, y tú tendrás que ir por esa franquicia, y pobre de ti si no regresas con esa firma.
—Padre, para ese tipo de negocios está Carlo, él es el CEO de nuestras empresas. —aseveró Lucca caminando de un lugar a otro.
—Pietro y tú se van a Roma, yo los alcanzo después, tengo una junta muy importante que no puedo posponer.-les informó Carlo.
—Entonces nos vemos allá, y ten por seguro que tendrás esa franquicia no solo de para Francia. —aseguró Lucca y salió para irse de viaje.
Fabrizzio miró salir a sus dos hijos y luego a Carlo.
—Hijo, ve y asegúrate de que ese irresponsable logré su cometido.
—Padre tienes que darle un voto de confianza, toda la vida a sido así, pero aún así el cumple, y esta vez no será diferente, Pero solo por esta última vez, voy a solucionar su desastre.
Jean Carlo salió para irse tras sus hermanos y dejó a su padre para que realice la reunión.
Carlo alcanzó a sus hermanos y salieron al aeropuerto privado para ir a Roma. El viaje fue tranquilo y hora y media después estaban aterrizando en Roma, subieron en los autos que los esperaban y fueron a su residencia.
—No alcanzo a comprender el nivel de desconfianza de mi padre, mira que enviarte a ti y ser el el dirigente de la junta, ahora que estás aquí serás tú quien vaya como yo y los convenzas de que nos den esa franquicia. -manifestó Lucca mirando Carlo y sonriendo nuevamente.
Carlo miró a Pietro y luego a Lucca.
—¿Acaso te volviste loco? Ya no jugaré tu juego de intercambio, eso era de niños y adolescentes, pero ahora ya no. Somos adultos con responsabilidades Lucca. —sentenció Carlo subiendo las escaleras
—Pues entonces serás tú Pietro. -este hizo un gesto de negación y luego de tanta insistencia de Lucca, terminó aceptando.
Dos horas después Pietro estaba saliendo al restaurante para encontrarse con los Riscos.
Carlo entró a su habitación se fue al baño se duchó se arregló y salió.
Los tres salieron con destinos diferente, sin imaginas que volverían con una historia algo similar, el universo conspiró en sus destinos haciendo que vivan una experiencia igual cada uno de ellos.
Lucca manejaba distraído dando golpecitos al son de la canción que escuchaba y tarareaba.
Pietro, salió en su auto, y en su mente recreaba cada gesto y cada palabras usuales de Lucca, tenía que suplantar lo a la perfección para que no vieran la diferencia entre ellos, por qué era el quien figuraba como accionistas de la cadena de restaurantes y quién lo dirigía era Carlo.
Carlo, también salió a darse un tiempo de recreación, algo no muy usual en el, manejó sin rumbo perdiéndose en las calles de la cuidad.

¿Cuál es el padre de mis hijos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora