¿Cuál es el padre de mis hijos?

CAPÍTULO 40. LA BODA.

40Las novias estaban listas para ser encaminadas por la alfombra de pétalos blancos que las llevaría al altar.
La puerta se abrió y Patrick entró miró a cada una de ellas y se acercó a darles un abrazo y un beso a Amalia y a las que ya consideraba sus hermanas. Y por último a Delia.
—Estás muy hermosa madre, mereces ser feliz, mi padre te espera.
—Estoy lista mis hijos, nunca me imaginé que compartiría el día más feliz de mi vida con mis hijas, todas casando nos el mismo día.
—Ya es hora. —avisó la organizadora de bodas, Delia y Amalia salieron del brazo de Patrick que empujaba a Selene en la silla, y del otro lado Enza que caminó del brazo con Aurora,.
—¿Lista mi niña para ir al encuentro con tu felicidad?
—Más que lista abuela. Y gracias, gracias por estar hoy conmigo siendo representada como  mi madre.
—Eres mi niña, y lo sabes, siempre estaré para ti, y para Amalia cuando me necesiten.
Aurora entrelazó su brazo con el brazo de Enza, y caminaron a paso lento y cada una vio a su hombre vestidos con smoking y muy sonrientes, Selene se llevó las manos a la boca al momento de ver a Charlie vestido de novio mientras la miraba y le sonreía.
—¡Por dios! Creí que era la dama de las novias y resulta que también soy una de ellas.
Delia se acercó al igual que Amalia y Aurora. Se pusieron a su altura y le dieron un abrazo.
—Te mereces una boda religiosa mi niña. —dijo Delia.
—Claro, tu boda civil fue como un relámpago, y no nos invitaste. —dijo Amalia haciendo pucheros.
—Gracias, gracias por perdonar mis errores Amalia, y a ti, mamá Delia, gracias a todas por aceptarme en su familia.
—Es tu familia, somos tu familia. —respondió Amalia.
—Bueno señoras ya es hora de seguir. Dijo Patrick. Y siguieron el recorrido hasta llegar al altar.

Amalia.
"Al salir de mi tierra de donde crecí, y llegar aquí con muchas ilusiones que en cuestión de horas se rompieron en mil pedazos convirtiéndose en una
pesadilla, y en un  oscuro dilema cada día, descubrir que era considerada una mercancía, y no una gran modelo como me lo prometieron fue una gran decepción que no me di tiempo de vivir  y procesar en el momento, por que una cosa, llevó a la otra, y entre esos malos acontecimientos, algo bueno me sucedió, conocer a Jean, el amor de mi vida, pasamos  por mucho, mucho dolor muchos malos entendidos y sufrimiento, pérdida de seres queridos, que ahora se los recordarán siempre, todo eso vivir para llegar ahi, donde está esperando por mí, verlo ahí, junto a nuestros hijos, pues es el destino más hermoso que me espera, y sí, este es el final del camino lleno de dolor que inicié, para empezar uno lleno de felicidad."

Jean.
Si me hubieran dicho que aquella tarde conocería a la mujer que cambiaría mi vida. No lo creería,  no lo hubiera creído. Pero mirarla a los ojos y reflejar me en ellos, me hipnotizaron y fue entonces que descubrí que ella era la mujer con la que compartiría el resto de mi vida. Muchas confusiones, muchos malos entendidos, y tanto dolor, fortalecieron nuestro amor.
Ahora, estoy aquí, junto a nuestros tres retoños esperando por ella, que se acerca a mi, tan radiante y feliz. Amo a esa mujer, amo a mi bella cereza del pastel."

Delia.
"Mirarme al espejo vestida de novia, me llenó de nostalgia, sentí la emoción y la ilusión muy diferente a cuando era joven y me imaginaba como me vería vestida de blanco. Y sólo de imaginar lo mi corazón se quería salir de mi pecho. Hoy me miro al espejo y estas emociones y sensaciones son como un mar en calma, con pausas, ahora voy caminando del brazo de mi hijo, y veo al hombre de mi vida esperando por mí ahí en el altar. Es como si ahí hubiera estado todos estos años esperando por mí, se ve tan fuerte aún, tan guapo como siempre lo recordé, ahora voy a su encuentro, voy a esa cita que el destino nos dejó pendiente. " —eran los pensamientos de Delia mientras avanzaba a paso lento al altar.

Emilio.
Estar aquí con este traje que únicamente imaginé vestirlo para ella y hoy fue ese día, el día de nuestra unión definitiva y para siempre. Se fue con nuestro hijo en brazos y hoy viene a mi del brazo de nuestro hijo, y se ve deslumbrante, hermosa, es única entre miles, la hubiera esperado toda la vida, pero hoy se terminó la espera, voy nuestras vidas se unen para siempre. —Emilio miraba a Delia con amor deseaba ya que todo terminara y volverla a tener entre sus brazos, a paso lento sé acercó y ya estaba frente a él.
Llegaron al altar, Emilio miró a Jean, a  Frank y Charlie y  habló.
—Aqui en este momento,  en el altar les entrego a mis princesas, a ustedes, ahora a  cuidarla y protegerlas siempre. Y ustedes mis amores, si en algún momento desean volver su madre y yo las estaremos esperando siempre con los brazos abiertos.
—Pues de mi parte no creo que Amalia deseé volver, por qué cada día lucharé para que nunca se aleje de mi lado. —expresó Jean mirándola fijamente a los ojos.
—De mi parte, será el mismo trabajo don Emilio, Selene no deseará irse jamás. —respondió Charlie
—Si Laura desea volver yo me vendré con ella. —respondió Frank y todos rieron. Y ahora era Enza  quien entregaba a Aurora.
—Frank, Aurora es y será una nieta,  más para mi, una nieta que el destino me dió, así como Emilio y Delia se representan como padres yo soy la  abuela de ellas.
Emilio tomó las manos de Aurora y le dijo las palabras que un padre de diría a su hija.
—Laura, el ADN te hace familia y muchas veces conocidos, y el verdadero cariño y lealtad, es lo que realmente te hace familia, y ese lazo es tan fuerte como si la sangre nos uniera, eres nuestra hija también, y hoy seremos testigos de la unión de ustedes tres, a los hombres que escogieron para compartir sus vidas, y si algún día no puedes más, recuerda que aquí estaremos Delia Enza y yo para recibirte a ti y a nuestra hermosa nieta.
Aurora sonrió, su corazón se estrujó, al volver a escuchar repetir las palabras de Emilio, y  tenía sentimientos encontrados, muy en el fondo de su corazón deseaba que su padre estuviera a su lado, y que esas palabras se las dijera él.
—Gracias papá Emilio, mamá Delia, gracias por darme ese amor de padre, y una familia, gracias Abuela, siempre apoyándome y dándome ánimos de seguir, pasamos momentos duro, pero como familia, lo hemos superado.

Selene.
Patrick caminó despacio y la entregó a Emilio.
—Padre, tu hija mayor. —dijo Patrick entregando a Selene.
—Hija, estás hermosa.
—Gracias padre. —Emilio se puso a su altura y la miró.
—Hija mía, me haces muy feliz saber que me reconoces como tu padre.
—Ya no quiero perder el tiempo, quiero aprovechar cada momento con ustedes mi familia, mi verdadera familia.
—Si hubiera sabido de ti antes te juro que jamás hubiera estado sola.
—Lo sé padre, ahora seremos una gran familia. —expresó Selene mirando a Charlie y extendiendo su mano. Charlie se acercó y Emilio puso su mano sobre la de Selene.
—Charlie, eres uno de los mejores hombres, uno que sin saber quién era mi hija, le diste felicidad, ya no eres mi guardaespaldas, desde el momento en que te casaste con ella te convertiste en un hijo para mí, te entrego a mi princesa mayor, cuídala y protegerla siempre. —Emilio dio un abrazo a Selene y luego a Charlie.

Emilio caminó en dirección de Amalia.
Estaba sonriendo con un brillo de felicidad en su mirada.
—Papá.
—Hija mía, mi otra princesa mayor, perdóname hija. Perdóname por confiar en quien no debía. Por alejarme mucho tiempo, por preferir el poder en lugar de mi familia, me perdí la vida entera de ustedes.
—Lo importante es aprovechar los momentos venideros, ya el pasado no se puede recuperar, solo aprender de ello, y con lo otro, no es tu culpa padre, uno nunca está libre de la envidia y codicia de los enemigos ocultos.
—Tiene su lado bueno y malo, de no ser así este día no hubiera existido nunca. ¿No lo crees? De todo lo malo que nos hizo Rudolf, y din saber que en su sed de venganza y  maldad nos unió nuevamente.
—Así es padre.
Emilio dio un beso en la frente y miró a Jean.
—Te entrego a mi hija, y con ella mis nietos, cuídala y protegerlas siempre.
—Con mi vida, Emilio. —respondió tomando la mano de Amalia.

Las parejas ocuparon su lugar y fue el turno de Patrick quien entregaría a Delia a su padre.
Emilio miró a Delia que sonreía del brazo de Patrick, todos los invitados estaban con sentimientos encontrados, eran testigo de la unión de una familia que estuvo separada por años.
Patrick tomó la mano de su madre y la dejos sobre la de Emilio.
—Padre, nunca creí vivir este momento, nunca imaginé que algún día compartiría mi vida contigo, crecí idealizado una familia con padre y madre, mi madre fue nuestro padre, luchó por que vivamos nuestros sueños, y hoy nosotros estamos con partiendo uno de los suyos. Padre, nosotros te entregamos a nuestra madre, sean felices el tiempo que les queda, vivan, amarse, y sean felices.
—Es lo que haremos todos juntos en familia hijo.
Emilio dio el brazo a Delia y tomaron su lugar en  el altar

El sacerdote inició la ceremonia,
—Estamos reunidos aquí para celebrar la unión de estas cuatro parejas. El matrimonio es un acto sagrado donde un hombre y una mujer se comprometen a amarse respetarse y luchar cada día por mantener el amor.
Todos estaban atento al sermón del sacerdote hasta que llegó al punto de.
—Emilio Carrissi. ¿estás aquí libre y voluntariamente para unir tu vida a la de Delia Lascano.?
—Lo estoy, libre y voluntariamente.
—¿Y tu, Delia Lascano? ¿estás aquí libre y voluntariamente para unir tu vida a la de Emilio Carrissi.?
—Lo estoy, libre y voluntariamente. — respondió Delia mirando y sonriendo a Emilio.

Y así, la pregunta fue a cada una de las parejas. El sacerdote dio otro corto sermón y continuó con las respectivas preguntas a las parejas de novios .

—Laura ¿Aceptas como esposo a Frank Sttofers D'lions, para amarlo, respetarlo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la abundancia, y serle fiel hasta que la muerte los separe.?
—Si, acepto. —respondió
—Frank Sttofers D'lions ¿Aceptas como esposo a , para amarlo, respetarlo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la abundancia, y serle fiel hasta que la muerte los separe.?
—Si, acepto.
Las preguntas fueron para Selene, Charlie, Emilio y Delia.
Y por último
—Jean  Ferrari Aicardi. ¿Aceptas como esposa a Amalia Carrissi para amarla, respetarla, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la abundancia, y serle fiel hasta que la muerte los separe.?
—Si, acepto. —respondió Jean mirando con amor a Amalia. Jamás se imaginó que esa noche había conocido al verdadero amor de su vida.
—Amalia Carrissi ¿Aceptas como esposo a Jean Ferrari Aicardi, para amarlo, respetarlo, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la abundancia, y serle fiel hasta que la muerte los separe.?
—Si acepto. —respondió Amalia sonriente mirando lo fijamente a los ojos.