24Amalia no durmió en toda la noche, caminó de un lado a otro mirando a sus hijos y pensando en cómo sacar a su familia de ese lugar.
Fue a baño se duchó y mientras el agua corría por su cuerpo, sentía que debía tomar control de la situación. Salió de baño envuelta en una toalla, se miró al espejo y vio un semblante serio.
—Desde que llegué a este país, todo el mundo te a engañado, utilizado y chantajeado. Pero ya no más, Amalia la soñadora, la dulce y tierna crédula ya no más, ahora serás diferente. —se dijo mirándose al espejo.
Mientras en Amalia se despertaba una mujer diferente, y empoderada. Jean cada día veía a Selene más recuperada. Una semana había pasado desde que la rescató de ese manicomio.
—Jean, gracias, gracias por sacarme de ese lugar. —agradeció Selene.
—Ahora ya estás completamente recuperada, ahora tú y yo vamos hablar. —expresó Jean, con tono frío y despectivo .
—Te diré todo lo que desees saber.
—¿Es verdad que perdiste un bebé.?
—No, nunca estuve embarazada. ¿Quién te dijo esa mentira?
—Tu hermano se presentó un día y lo dijo.
—No es verdad, Rudolf simplemente un día llegó a mi departamento en plan de buen hermano le ofrecí unas bebidas, no se en que momento me dormí, y desperté en esa clínica, me resistí a los medicamentos hasta que no pude más.
—No comprendo que es lo que quiere. Te encierra en ese lugar, me culpa por tus perdidas y estados de salud y se lleva a mi mujer y a mis hijos.
—No tengo idea de sus planes, pero desde que se metió a ser el guardia de seguridad de Emilio Carrissi de un tiempo acá empezó a actuar diferente.
—¿Dónde encuentro a Emilio Carrissi?
—No tengo idea, pero conozco un club donde sus hombres solían frecuentar los en compañía de Rudolf.
—Pues iremos a ese club entonces.
Selene dio la dirección del club, Jean le envío al detective para que pueda investigar, hacerlo personalmente era alertar a Rudolf por qué sabía que lo vigilaba las veinticuatro horas.
—¿Hasta cuando me quedaré aquí? —pregunto Selene sintiendo angustia por el encierro.
—El tiempo necesario, ese infeliz tiene a mi mujer y a mis hijos, me vigila y no puede saber que está aquí.
—No me quiere como moneda de cambio, pierdes el tiempo, yo no le importó a él. ¿Encerrarme para culpar te a ti de mi desgracia? Algo está tramando.
—Yo se que no le importas, pero estarás aquí, para protegerte de el, y mientras cualquier cosa que recuerdes por favor, dime.
—Yo te ayudaré a recuperar a tu familia, te debo mi vida.
Jean cruzó los pasillos, llegó al ala norte de la residencia y salió de la mansión.
El sonido del celular sonó y vio los mensajes del detective.
"Conseguí algo muy importante y será mejor que lo vea por usted mismo señor."
Jean subió al auto y manejó lo más rápido que pudo, llegó al edificio de su departamento y volvió a recibir otra notificación.
"Al sótano señor"
Jean tomó el ascensor y bajó dos pisos más. Las puestas metálicas se abrieron y caminó sigilosamente. El detective se presentó y lo llevó a donde estaban las pruebas.
—¿Qué pasa? ¿Por qué aquí? —interrogó dudoso.
—Señor, este es el hombre que lo vigila noche y día. —respondió el detective quitando la capucha del hombre atado a una silla. Jean lo miró, lo agarró de la solapa de la camisa y lo alzó con silla y todo.
—Ahora me dirás, todo lo que necesito saber.
—Señor, solo me pidieron fotografiarlo todo el día en todo momento, necesito el dinero que me pagan, la operación de mi hija es pronto y vi esta oportunidad..
—¿Dónde puedo encontrarme con Storibio?
—No lo sé señor, me contacto por teléfono y yo envío sus fotografías por correo.
—Bien, ahora tú y yo haremos un trato. Trabajarás para mí, y no dirás nada a nadie.
—Señor necesito reunir dinero.
—Tu hija será enviada fuera del país para esa operación, tu seguirás enviando esas fotografías para mantenerlo tranquilo, y si yo me entero de que me estás jugando sucio, no traeré a tu hija de regreso.
—No señor, por favor ella es mi vida y por ella hago lo que sea. —respondió angustiado
—Entonces ¿tenemos un trato?
—Si señor.
—Me informaras todo lo que puedas., y lo que Storibio te dice.
Jean salió de ahí con el detective.
—¿Confía en él? Señor no de debería.
—No, pero voy a organizar el traslado de la pequeña sin que Storibio lo sepa.
—Esa es una buena arma.
—No soy así detective, no se confunda, solo lo amenace, y sacaré a la pequeña de aquí por que corre peligro con ese loco. No sabe con quién está tratando, ponle vigilancia las veinticuatro horas al día, e interfiere toda su comunicación, necesito salir de aquí y viajar a Roma, quiero saber dónde puedo encontrarme con Storibio.
Jean salió del edificio y nuevamente fue a la mansión por Selene.
—Vamos tenemos que salir de aquí. —ordenó llevando la con el.
—¿A donde vamos Jean?
—A Roma, voy a recuperar a mi mujer y a mis hijos.
Jean después de dejar cientos de fotografías al detective de lugares donde estuvo para que sean enviadas a Rudolf se marchó a Roma llevando a Selene.
—Vamos al club serás una mujer diferente, bailaras en él.
—¿Estás loco? No se hacer eso.
—Pues has tu mejor esfuerzo, tienes que llamar la atención de alguno de esos hombres y entonces estaremos dentro.
—No será fácil.
—¿Quieres enviar a tu hermano a la cárcel por el intento de asesinato en tu contra?
—Tiene que pagar lo que me hizo.
—Entonces, vamos.
Selene pasó la tarde cambiando su aspecto, su cabello lo volvió negro, y sus ojos marrones eran azules.
Vestida lista para el show solicitó una pista para esa noche.
Las horas pasaron, y Selene salió a presentar su show, la música retumbaba en los oídos Jean en una sala VIP vigilaba a Selene mientras ella se contoneaba en tubo.
Los hombres le lanzaban billetes y uno la miraba fijamente.
Selene continuó dando su show hasta que finalizó, bajó del escenario y fue a su camerino donde aquel hombre que la miró fijamente la esperaba.
—¿Esta área no es para los clientes señor?
—Cuando me gusta algo voy por ello, y tú me gustas te.
—No hago esa clase de trabajo señor, soy bailarina profesional.
—Quiero se seas mi bailarina exclusiva. ¿Aceptas?
Mientras Selene hablaba con el hombre, Jean vigilaba y escuchaba desde la otra habitación.
—¿Y me pagarás muy bien? —pregunto con voz melosa y sensual.
—Si eres exclusivamente mi bailarina serás mi reina.
Selene preparó sus pertenencias y salió en compañía del hombre custodiado por guardaespaldas. Subieron a sus autos y salieron del club.
Selene sentía los nervios a flor de piel, y se sintió peor a ver qué sus ojos fueron cubiertos por una listón negro.
—No comprendo, para que es esto.
—Es lo seguridad hermosa, nadie pude ver mi refugio.
Selene cálculo una hora después llegar a un edificio, la guían al ascensor y subieron.
Al momento de entrar al piso su venda fue retirada. Miró todo el lujo y elegancia que desbordaba derroche de dinero.
Caminó temerosa siguiendo al hombre que la guío al salón de diversión.
—El salón es todo tuyo preciosa, ahí está el vestidor para que uses los trajes que tú quieras ¿o deseas algo nuevo?.
—¿Hoy será mi primera sesión de baile?
—Desde hoy comienzas a bailar para mí
Los días pasaron y Selene cada noche bailaba en ese salón exclusivo de Charlie Nielsen. Había ganado la confianza como para empezar a quedarse por más tiempo en el departamento.
—Señor, requieren de su presencia urgentemente en la fortaleza. —habló uno de sus guardaespaldas.
—¿Surgió algo inesperado?
—No lo supieron explicar, pero es algo con el jefe.
Charlie Nielsen, salió como alma que lleva el diablo del departamento llevándose a Selene con ella, y dejándola en un auto para que uno de sus hombre la lleve de regreso a su departamento.
Selene llegó al departamento que compartía con Jean, y contó lo que sucedió.
—¿Qué investigaste hoy Selene? —preguntó un ansioso Jean.
—Charlie salió de prisa dejándome
con uno de sus hombres, era algo con el jefe, ¿lo enviaste a seguir no quiero bailar frente a ese hombre Jean.
—Mucho mejor que eso, todos tenemos un precio en esta vida, uno el precio a pagar es la protección de nuestra familia y la otra es el dinero.
—¿Ya, dime qué hiciste?
—Uno de sus hombres es mi infiltrado. Le ofrecí mucho dinero.
—Ya era hora, pero eso es muy peligroso, si lo descubren es hombre muerto al igual que tú y yo Jean.
—Lo se, pero tengo que arriesgarme.
—¿Y que te dijo,?
—Que ellos no trabajan para Storibio.
—¿No? ¿Entonces quien es el jefe? Quien llamó a Nielsen que salió de prisa.
—Aún no lo sé, pero es de la organización, y ese es otro precio que tengo que ofrecer. Pero llegaré a estar frente a ese jefe, que no es Storibio debe ser otro al frente de toda la organización.
—Esto es muy peligroso Jean, seremos cadáveres si nos descubren.
—Es mi familia, Selene, y tengo que arriesgarme para recuperar la.
Los días pasaron, Jean continuaba enviando fotos al espía de Storibio y Selene cada día se unía más íntimamente a Charlie Nielsen.
—Eres maravillosa Dulce, le haces honor a tu nombre. —le habló al oído con voz ronca, que Selene sintió erizar su cuerpo.
Se aclaró la garganta y se levantó del sofá donde estaba cerca de Charlie.
—Por favor sabe muy bien que no hago ese tipo de trabajos, lo mío es bailar, no complacer sexualmente a los clientes .
—¿Me consideras un cliente?
—Yo bailo y usted me paga. Es un trabajo.
Charlie la miró acunando su rostro entre sus manos.
—No quiero ser uno más de tus clientes a los que complace.
—Entonces ¿mi trabajo terminó? —respondió Selene con una pregunta, Charlie la miró y ella cogió su cartera y la venda para ponerla en sus ojos y salir del departamento.
—¡Espera! No te vayas, lo que quiero decir es que no quiero ser mas tu cliente, ni que tu seas mi bailarina, quiero que seas mi mujer.
—¿Tu mujer? ¿Acaso se está escuchando? No voy por la vida siendo amante de los hombres para los que bailo Charlie Nielsen respetarme.
Charlie la miró salir y vio el momento en que le colocaron la venda en los ojos, hizo señas a los hombres y se fueron llevándola.
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¿Cuál es el padre de mis hijos?
RomantizmTres hermanos idénticos como tres gotas de agua, pero con personalidades diferentes, una despedida de soltero, con consecuencias extremas. Y una medalla que es la llave que abre el camino a la verdad. Jean Carlo el serio, Jean Lucca el mujeriego y J...