Kanao siempre fue curiosa por naturaleza, en algunas ocasiones esta... costumbre la ayudaba, pero en la mayoría de las ocasiones era su perdición.
Aunque existían también las ocasiones en las que simplemente corría con suerte.
Al enterarse de que Tanjiro se encontraba en una junta con todas las personas importantes de su reino no pudo evitar escuchar un poco de la conversación.
Logro escuchar cada palabra que el pelirrojo.
No pudo evitar ponerse nerviosa, no tenía idea de que el tuviera esa perspectiva hacia ella.
Después de unos segundos, su padre había dado fin a la reunión, lo que significaba que tenía que alejarse rápidamente de esa puerta si no queria ser descubierta. No existía problema alguno, pero deseaba evitarse un momento incomodo.
Espió un poco más a esas dos personas que conversaban con una sonrisa en labios, aunque para su fortuna fue descubierta por su padre, el cual le comento a Tanjiro que una personita lo estaba esperando.
Cuando sus ojos se encontraron lo único que vino a su mente fue correr para no ser encontrada por Tanjiro. En un inicio funcionó, pero después una personita la detuvo.
—Su alteza, ¿he hecho algo que la molestó?
Oh no, ¡OH NO!
Aquellos ojos carmesíes mostraban desconcierto y tristeza a la vez, cosa que sin duda le causaba remordimiento.
Aunque... ni siquiera ella misma sabia por que estaba escapando de él.
Si la que anhelaba verlo con desesperación era ella.
¿Habrá sido el nerviosismo de encontrarlo después de aquel incidente en el cual casi es la responsable de que perdiera la vida?
Probablemente.
—Al final solo termine siendo "su alteza", ¿o es verdad?
—¿Qué?
Ella lo miraba, y él no apartaba la mirada.
Si seguían de esa misma manera, ninguno podría retener las lágrimas que amenazaban con salir.
—Yo fui la causante de tu estado de gravedad, fui una necia que se negó a escucharte, aun sabiendo todo el riesgo que había de por medio...
—Eso no es verdad, solo se preocupo por mi vida que incluso iba a sacrificar la suya. No tengo ningún sentimiento de odio a su persona, es todo lo contrario. Alteza, yo-.
—¡Alteza!
Por instinto dirigieron su mirada a quien estaba llamando a la sucesora del trono, solo para toparse con May algo enojada.
—Su Alteza, le pedí que se quedara en su habitación. Su Majestad, la reina, se encuentra de camino al reino y usted tiene que estar lista para recibirla.
Su mirada mostraba enojo y una pizca de tristeza, sin embargo, la primera emoción era la que dominaba esos momentos.
—Kamado-sama, le pido perdón en nombre de la princesa Tsuyuri por hacerle perder su valioso tiempo. Con su permiso, nos retiramos.
Ni una sola palabra más le fue permitida, pues May había tomado su mano y la había alejado del pelirrojo.
—Su alteza... yo solo queria decirle que la amo desde hace tiempo.
. . .
Desde que llegó a la habitación no se atrevió a decir nada, no solo por lo molesta que estaba, si no también por la inmensa tristeza que tenía.
Por fin estaba hablando con quien mas esperaba en los últimos meses, meses en los cuales su arrepentimiento y culpa la atormentaban por las noches.
Aceptaba que tenía algo de culpa por escapar en un inicio, pero después ya había tomado el valor necesario para enfrentarse a aquel trauma y hablar con el actual líder de los caballeros sin miedo a que la odiara.
¿Y qué fue lo que pasó?
Llega May e inmediatamente echa a perder todo.
Desde una perspectiva diferente la entendía, era su trabajo a final de cuentas, pero ella estuvo presente todas esas noches de sufrimiento, fue testigo de todo el dolor y daño psicológico que le había dejado la guerra.
—Sé que en estos momentos me está maldiciendo por dentro, Alteza.
Ni una sola palabra salió de sus labios, solo se limito a mirar hacia otro lado.
—Estoy consciente de el amor que le tiene al líder de los caballeros, ¿pero se ha preguntado si su romance será aceptado por los miembros de la realeza?, ¿escuchó alguna vez la historia de su Majestad la reina Kanae?
Esto último sorprendió a la menor.
—¿La historia de mi hermana?...
—Cuando su majestad apenas era una princesa; se enamoro perdidamente de un caballero de alto rango, lo cual en otros reinos es aceptable ya que es un pretendiente de bues estatus social, lamentablemente en este reino no era posible. Desde que son jóvenes los hijos mayores son comprometidos con herederos de reinos vecinos.
—Eso dicta la antigua regla.
—Esta en todo lo correcto. La reina al enterarse se puso furiosa, instantáneamente la obligó a terminar con él. Se cuenta que ni siquiera el rey pudo calmar su ira. Aquel día es un misterio para todos los que estábamos presentes.
—Yo no tenía idea... Solo tengo conocimiento de que mi hermana llegó a contarme, pero no sabía que aquella persona era un caballero.
—Todo esto lo digo por su bien, Alteza.
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𝐔𝐧𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐄𝐧 𝐋𝐚 𝐆𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚
RomanceKanao es la heredera y futura reina del reino "Kimetsu". Ella entreno desde que tenia 6 años para el momento en el que llegara la guerra. Al contar con 15 años, su padre tubo un conflicto con el pueblo "Demon" y este le declaro la guerra. Tendrá q...