AS IF THE STARS HAD ALIGNED ✧️ percy jackson

𝐢𝐢𝐢. OUT OF THE SHADOWS.

(003)      OUT OF THE SHADOWS.

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           Después de quemar el sudario de Beckendorf y una desafortunada conversación con Clarisse, Percy se dirigió hacia la arena de entrenamiento. Por el momento, la señorita O'Leary parecía ser la mejor compañía. Corrió tras el perro del infierno, sin preocuparse, mientras entraban al bosque que limitaba el campamento. Para cuando Percy la alcanzó, el área le resultaba familiar: el Consejo de los Sabios Ungulados, que una vez habían juzgado a Grover en esa parte del bosque.

Lo que encontró lo sorprendió; Enebro, la ninfa del árbol, Nico di Angelo, y un sátiro muy viejo y muy gordo.

Nico asintió hacia Percy como si fuera normal verse a diario. Tenía el mismo aspecto que en el sueño de Percy; Vistiendo una chaqueta de aviador, jeans negros y una camiseta con esqueletos bailando. Su espada de hierro estigio colgaba de su cintura.

«Nico puede ser tu fuente de esperanza».

Percy no estaba seguro de cómo, pero Micah siempre sabía mucho más que él acerca de todo lo que le preocupaba.

—Percy.—Sollozó Enebro.—Sólo estaba preguntando por Grover. Sé que algo ha sucedido. No se quedaría fuera tanto tiempo si no estuviera en problemas. Esperaba que Leneo...

El sátiro se quejó cuando el perro del infierno se le acercó.

—Yo... ¡No responderé preguntas con este perro del infierno oliendo mi cola!

Percy no estaba impresionado por el miedo del sátiro hacia la señorita O'Leary, pero la diversión en el hijo de Hades lo calmó. Nico parecía estar tratando de no reírse.

—Pasearé al perro.—Se ofreció Nico.

Él silbó y la señora O'Leary saltó tras él hasta el otro extremo del bosque. Percy siguió mirando hasta que desapareció de su vista.

Leneo resopló indignado.

—Ahora, como estaba tratando de explicar, jovencita, tu novio no ha enviado ningún informe desde que votamos para su exilio.

—Desde que intentaron votar para exiliarlo.—Corrigió Percy.—Quirón y Dioniso los detuvieron.

—¡Bah! Son miembros honorarios del Consejo. No fue una votación adecuada.

Percy miró al sátiro.

—Le diré a Dioniso que dijiste eso.

Leneo palideció.

—Sólo quise decir... Ahora mira, Jackson. Esto no es de tu incumbencia.

—Es gracioso.—Dijo con humor el hijo de Poseidón.—Todo en los últimos años ha sido así.

Leneus siguió balando, sus excusas pasaron por Percy como ruido blanco hasta que tuvo suficiente.

—Encuéntralo.—Espetó Percy.—Se avecina una guerra. Grover estaba preparando a los espíritus de la naturaleza.

—¡Sin mi permiso! Y no es nuestra guerra.

Percy agarró al sátiro por la camisa, levantándolo con una mirada que pareció ocasionar escalofríos en el sátiro.