Capitulo 7: La Charla

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                                                                                                                                                                                                                 Cinco días.

Han pasado cinco días desde di mi primer beso y desde que eche a una de las personas más importantes de todo Japón de mi cuarto de hotel.

No he salido. No he hablado con nadie a excepción de Akira que ha venido a mi cuarto varias veces a preguntarme como me encuentro y a traerme algo de comida. Realmente es una persona muy amable.

El señor Tanner no ha cogido mis llamadas. Sabe que le voy a decir que me saque de aquí, que no tengo nada que hacer en Japón.

Estoy tirada en el sofá blanco que está en la sala, viendo televisión. Realmente no he hecho gran cosa además de eso.

Miro la hora en mi celular, 11:19.

Suspiro, en realidad no sé porque estoy tan deprimida, ¿tal vez porque el primer beso que he dado en mi vida fue con la persona que más odio en todo el mundo?, o ¿será por lo que me dijo después?, "No es mi culpa que seas una maldita virgen a quién nadie ha querido besar antes".

Me levanto y me miro en el espejo, estoy horrible.

Tengo ojeras que demuestran lo poco que he podido dormir, y los ojos rojos que demuestran lo mucho que he llorado. También mi cabello parece un nido de avestruces y estoy más delgada. Mi cara esta pálida y tengo los labios partidos.

Por Dios, como me ha dejado este hombre.

"Una maldita virgen", "a quién nadie ha querido besar antes" dijo.

Es verdad. Nunca he tenido novio, solo hay que mírame.

Empiezo a llorar de nuevo. Vaya que soy patética.

Suena el teléfono. Me seco las lágrimas con la manga y voy a contestar.

-¿Hola?-contesto en un susurro. No quiero comenzar a llorar otra vez en el teléfono.

-¿Señorita Prescott, es usted?-pregunta una voz conocida al otro lado de la línea, ¿Sasaki?

-¿Qué necesita?-pregunto con tono firme, no quiero ser descortés pero tampoco quiero que me vuelva a programar otra "entrevista" con el señor Fukushima.

-Necesito que vengas aquí, Lucy-¿Lucy?, debe ser algo grave.

-¿Qué paso?-pregunto algo preocupada.

Se queda callado unos segundos, como pensando, y luego prosigue.

-Esto...ehm llamo tu jefe y me dijo que...-se aclara la garganta- me dijo algo importante que debo decirte.

-Y ¿no puedes decírmelo ahora?

-Eh... N-no, el señor Tanner me dijo que debo decírtelo en persona.-parece algo inseguro de lo que dice.-Ven a la misma dirección de la primera vez, a la 1:30 puntual.

-Espera, yo no...-y antes de que pueda si quiera negarme me cuelga.

¿Qué cosa es tan importante para que tenga que volver a ese lugar?...oh no, ¿y si van a despedirme? Pero... ¿por qué?, quizá por fallar en este trabajo o... ¡pegarle una cachetada a uno de los clientes más importantes que ha tenido la compañía!

¡Qué estúpida fui! Miro el reloj, aunque son apenas las 11:53 comenzare a arreglarme. No quiero llegar tarde a lo que posiblemente será mi "charla de despido".

A las 12:50 ya estoy casi lista, hace tres días había dejado de bañarme por lo deprimida que estaba y esta larga ducha me ha sentado muy bien. Tengo mejor cara y hasta sonrío un poco al ver mi aspecto. Llevo puesto un vestido hasta el muslo color azul oscuro de escote redondo cerrado, con un cinturón delgado negro y unos botines que combinan. Tengo el pelo castaño rojizo en ondas.

Saco de una de mis maletas una plancha y un cepillo y me plancho el flequillo, después lo tiro hacia un lado. Me pongo pestañina y brillo, no soy de maquillarme tanto. Siempre salgo tan apurada que casi nunca puedo arreglarme así.

Le doy una última ojeada al espejo y llamo a Shun, dice que lo espere en la recepción, que llega en quince minutos.

Al bajar Akira sonríe y me silva.

-¡Te ves muy bien, Lucy!, me alegro de que estés mejor.

Le sonrío y seguimos hablando un rato, le cuento lo de la llamada y que creo que van a despedirme, ella me anima diciéndome que está segura que no va a ser así, aún no le he contado lo del beso y no pienso contárselo, no quiero pasar más vergüenzas.

Después de poco tiempo llega Shun y me despido de Akira, ella me desea suerte y vuelve al trabajo.

Al verme Shun se sorprende un poco y su cara se torna algo roja.

-S-se ve muy bien... señorita...-Dice mirando hacia el frente y abriéndose paso entre los autos.

Sonrió mirando por la ventanilla.

-Gracias, pero recuerda... llámame Lucy.

Unos minutos después llegamos al edificio. Me bajo y le prometo a Shun llamarlo cuando necesite que me recoja, agarro mi bolso y cierro la puerta.

Camino hacia el edificio y me encuentro a Sasaki en la puerta. El al verme se queda con la boca abierta y sonríe.

-Esta hermosa, señorita Prescott- dice con complicidad.

Sonrío.

-Gracias-digo quitándole importancia a su expresión de sorpresa.- ¿de qué quería hablarme?

-¿Hablarle?, ¿A qué se...? A si, si es muy importante.-dice con tono inseguro y lo miro confundida.

-Así que... ¿Qué es...?

-Yo ehm, vamos a hablarlo arriba, en el penthouse.

-¿En el despacho del señor Fukushima?, pero...

-Ya me lo ha contado.-lo miro con los ojos como platos y luego miro hacia el suelo avergonzada.-Esta bien, el no estará, ¿vamos?-me mira con expresión comprensiva.

Asiento aun mirando hacia el suelo y nos subimos al ascensor. Saca las mismas llaves de la vez anterior y el ascensor comienza a moverse.

Stay with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora