Capitulo 9: ¿Pero qué... ¡va en serio!?

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Mi nombre es Lucy, Lucy Prescott Stone, vivo en Londres y trabajo como  periodista principiante en "Tanner's Publishing Londres ing", mi jefe el señor Demien Tanner, me ha encargado el trabajo de entrevistar al hijo de Takeshi Fukushima, el dueño de una de las empresas más influyentes de todo Japón: "Fukushima Holdings Inc". He volado desde Londres hasta Japón, Tokio para encontrarme con una persona algo particular...

Ahora estoy en su despacho, que es un gran penthouse en el centro de la ciudad, junto con su editor/representante/mejor amigo Riku Sasaki, intentando hablar con él sobre mi primer beso, el beso que el me dio "para pasar el rato" según el.

Sigo a Sasaki hasta encontrarme de nuevo con la puerta doble de madera oscura al final del corredor, el me mira como preguntándome "¿estas segura?". Se que no quiere obligarme a hacer esto, pero también tengo muy claro el hecho de que no quiere ver sufrir a su mejor amigo. Asiento y el me sonríe con cariño, medio abre la puerta y señala el interior de la habitación invitándome a pasar, cuando lo hago él la cierra inmediatamente a mi espalda.

Miro al hombre que tengo frente a mi, esta mirando a la ventana pensativo, los rayos que escapan de esta hacen que las hondas de su cabello se iluminen y brillen, creando reflejos, al igual que el vacío negro que hay en sus ojos, creo que si los mirara fijamente de cerca hasta podría perderme en ellos. Se da la vuelta y me mira, no cambia de expresión, es como si supiera que regresaría después de charlar con Sasaki.

-¿Volviste para disculparte?- me pregunta él, tiene la voz ronca y ligeramente temblorosa. Y yo lo sigo mirando, intentando digerir lo que acaba de decir... 

No le respondo, me quedo callada mirándolo... mi cara ha de ser todo un poema porque dice:

-Oye... tierra llamando a becaria.

No quiero pelear, definitivamente no quiero pelear, pero aun mas que eso no quiero ver la expresión de desilusión de Sasaki al decirle que su amigo es un gran idiota sin remedio. Bajo la mirada y me siento en la gran cama, solo... solo estoy cansada, de todo.

El me mira, en rostro se refleja la confusión, ha de estarse preguntando "¿por qué no ha empezado a gritar como la principiante ridícula que es?", suspiro derrotada, tendré que decirle a Sasaki que no podré hacer nada por el...

Se sienta a mi lado. Aunque estoy sorprendida no quiero demostrarlo, así que solo continuo cabizbaja, al igual que el. Y así continuamos por un rato, hasta que el rompe el silencio.

-Pssst, Lucy- me llama y me da un ligero codazo para que lo escuche.

-Mm -es lo único que consigo "articular", en realidad es un sonido que se le escapa a mi boca cerrada desde mi alma gritando. No quiero que me llame Lucy, ya se lo había dicho.

-Ya puedes disculparte- niego con la cabeza, no pienso hacerlo, no tengo porque disculparme. -¡Hazlo ahora mismo!- ahora esta gritando, malditos cambios de humor... y maldito Fukushima.

Vuelvo a negar con la cabeza, el me agarra del mentón para que lo mire, su cara esta peligrosamente cerca de la mía, pero no me retiro, no quiero que note la debilidad que tengo hacia su tacto.

-Hazlo ahora- repite, no voy a seguir jugando a pelear como dos niñatos tontos, ya no.

-No voy a hacerlo- afirmo -Señor Fukushima, por favor suélteme ahora mismo, o tendré que considerarlo como un abuso a mi integridad física.- ¡Toma ya! en mi consciencia ahora mismo estoy dándome palmaditas en la espalda, diciéndome "así se hace, ¡buena chica!" y sonriéndome con aprobación.

El me mira, su cara es todo un poema y yo me rió para mis adentros, ¡ahora es tu turno Fukushima, a que no lo superas!

-No- dice, me suelta el mentón, se levanta hasta quedar frente a mí y me empuja, dejándome tirada, sorprendida y totalmente atónita en su cama. Se sienta a horcadas sobre mi y dice  -esto es un abuso-  en tono serio, demasiado serio para creer que es un chiste o una especie de broma pesada. ¿Pero qué...? 




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