Capítulo 3.

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Pasaron cinco minutos contados por el reloj y ahí fue cuando mi cuerpo paralizado por el momento acabado de vivir, supo reaccionar. De un momento a otro, un cúmulo de emociones se apoderó de mí y esto intensificó mi enfado, lo que me condujo a romper la carta que había leído recientemente en pedazos. Los trozos de papel volaban de mi mano, como arena en la playa en un día ventoso. Sin pensarlo dos veces, me cambié lo más rápido posible a una ropa seca, como anteriormente había dicho, intentando no pasar ni un segundo más en aquella casa. Cogí mis cosas y me encaminé en dirección a la puerta de salida a una velocidad extremadamente rápida.

Cuando estaba a punto de abrir el portal dispuesta a irme hecha una furia, noté como alguien cogió mi brazo haciéndome dar la vuelta. Al girarme y ver de quién se trataba golpeé mi mano contra su cara inconscientemente. Pablo quedó pálido y anonadado al ver mi manera de reaccionar sin ningún tipo de explicación.

PL: ¿Me puedes explicar que te pasa? - preguntó intentando calmarme, a la vez que cogía mis manos.

- ¡Déjame, ni se te ocurra volver a tocarme! - grité sin cesar y rompiendo a llorar, mientras sentía que me faltaba el aire.

Salí por la puerta y tras cerrarla con fuerza, retumbando la casa con un portazo, me subí a mi antiguo Citroën rumbo a casa.

Narra Pablo.
Mi cuerpo se descompuso al ver la manera en la que se había comportado la que yo creía que era el amor de mi vida. Corrí hacia mi habitación con la intención de llamarla, al ver que su coche había desaparecido por completo, pero algo me obligó a parar. El suelo estaba lleno de trozos de papel, no comprendía nada, pero al girarme y ver un cajón abierto donde se introducía el perfume que había recibido hacía un par de horas, entendí todo. Al tener el objetivo que estaba buscando, mi teléfono móvil para poder llamarla, una voz en mi interior me hizo frenar, haciéndome pensar que lo mejor era darle su espacio durante unas horas.

Narra Malú.
A la mañana siguiente, me encontraba sobre pensando lo que había pasado el día anterior. Pero un molesto sonido me sacó de mis pensamientos, era el timbre de la casa. Abrí la puerta y encontré a la última persona que quería ver. Al ver de quien se trataba, intenté cerrar la puerta con fuerza, pero él lo impidió empujando en dirección contraria, con el hecho de que no se cerrara. Finalmente su fuerza acabó venciendo la mía y se adentró en mi casa.

- ¡Vete de mi casa, tu no eres nadie para estar aquí! - grité al borde de un ataque de nervios.

PL: Malú, solo quiero darte explicaciones de lo que viste ayer.

- ¡No hay nada que explicar!¡Esto se acaba aquí y no quiero volverte a ver en mi vida! - dije acelerada a la vez que abría la puerta echándolo.

Tras cerrar la cerradura, me senté en el suelo pegada a la puerta, escondiendo la cara entre mis piernas, a la vez que las lágrimas no dejaban de caer fluidamente.

PL: Pase el tiempo que pase, te voy a querer toda mi vida. Nunca lo olvides - escuché su voz tras la puerta.

Fin del flashback

PA: Lula, ven aquí anda - agarró mis manos a punto de sincerarse conmigo. - Es una situación delicada, pero ya somos mayorcitos. Yo diría que fueras a hablar con él al terminar de ensayar, que por cierto, hay que entrar ya. Esa es la mejor opción para aclararlo todo y retomar esa amistad que teniais antiguamente, bueno, si quieres retomar el rollete de 2017, adelante - remató esto último bromeando y riendo.

- Ja ja ja, pero ¿No ves cómo está la situación? Luego iré a hablar con él. Gracias por escucharme una vez más, eres el mejor - comenté agradecida.

PA: No es nada, tonta. Seguro que todo sale bien, ya verás. - afirmó. - anda, vamos. que seguro que están dentro esperándonos.

Narra Pablo López.
Me siento confuso y triste después de este inesperado reencuentro con Malú. Había guardado la esperanza de que fuera un momento especial, a pesar de que nuestra pasada historia no terminó de la mejor manera. Después de todos estos años, el tiempo y el silencio se interpusieron entre nosotros, creando una herida que ahora parece más grande de lo que imaginaba.

La expectativa de que este encuentro fuera único y tal vez sanador, se me había borrado completamente de la cabeza. Aunque intenté prepararme lo máximo posible ante cualquier situación que probablemente pudiera suceder, el simple hecho de mirarla a los ojos, me golpeó con fuerzas de manera inesperada. La nostalgia y las emociones se mezclaron unas con otras y me mostraron la realidad, haciéndome ver lo que fue y ya no es.

No logro parar de preguntarme a mí mismo: ¿Seremos capaces de volver a llevarnos bien, aunque sea como compañeros de profesión?

Una voz algo conocida hizo que dejara de seguir pensando en lo ocurrido, se trataba de Alejandro Sanz.

AS: ¿Todo bien, Pablito? - dijo acercándose a mi

- Si...si, si, solo he tenido un encuentro un tanto amargo con Malú

AS: Seguro que se le pasa, anda, vayamos a ensayar.

Asentí y fuimos hacia donde estaban los demás. Estaban todos entretenidos hablando y riendo, mientras yo seguía dándole vueltas a la cabeza. No entiendo la manera en la que ha reaccionado, es cierto, no acabamos bien, pero ya hace 6 años de eso. ¿Seguirá enfadada?

De repente escuché su maravillosa risa por los pasillos junto a la de Alborán. Cuanto echaba de menos escucharla reír...

Hasta que el sol deje de brillar - PalúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora