Quiebre

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Decidió pasar la noche en casa de su hermano Itachi, él era el único que estaba al tanto de su situación.

 Llegó con una terrible tristeza y miedo, preocupado Itachi solo hizo por tratar de consolarlo, pero no logró evitar emocionarse al saber que sería tío, la idea de conocer a su sobrino le entusiasmaba con mucha ilusión, más porque sasuke había descrito a Naruto como un ángel, lo que lo hizo pensar en como sería un hijo entre ambos.

Sasuke también estaba feliz, pero su corazón no podía relajarse, latía con mucha inseguridad, como si dentro de él tuviera un extraño presentimiento, su anhelo más grande era pensar que podrían superarlo todo y volver a reír juntos como cada día desde que sus vidas se cruzaron por primera vez. 

La espera lo estaba matando ¿Cómo sería a partir de ese día? Itachi le prestó una de sus habitaciones y lo mandó a descansar, si tan solo eso fuera posible, le preparó un té relajante de siete azares con la esperanza de que el temblor de sus manos desapareciera "mañana con calma buscas a Naruto,  solo necesita aclarar sus ideas" Sasuke no muy convencido asintió, Itachi apagó la luz y cerró la puerta dejándolo solo con su mente.

Puso su llave para abrir la puerta del departamento y luego de un segundo, pensó en que sería mejor tocar y ver cómo había amanecido Naruto. Fue imposible cerrar los ojos durante la noche, pacientemente dejó salir la luz del sol para ir a su departamento, Itachi lo había invitado a desayunar, pero no era bocado lo que su cuerpo necesitaba en ese momento, solo deseaba verlo.

Tocó la puerta en tres ocasiones pero nadie respondía, por supuesto que era raro pero quiso pensar que seguiría durmiendo, por el embarazo sería posible estar más cansado o eso había escuchado. 

Sin otra opción, volvió a poner la llave y sin más avanzó, todo se veía igual que cuando se fué, pasó por la sala, la cocina, antes de llegar a la recamara, al entrar al cuarto le impresionó ver que la cama seguía tendida, el corazón de Sasuke empezó latir tan fuerte que golpeaba su pecho, como si quisiera salirse, entró a la ducha de su habitación y no había nadie, revisó los cajones y su ropa seguía ahí, ¿qué podría significar? ¿Era un consuelo? Saco de su traje el celular, podría haber ido solo a comprar viles, rogó en sus adentros.

 Al escuchar el primer timbre, un sonido en la cajonera lo alarmó, caminó con la respiración entre cortada abrirlo, ahí estaba, el teléfono de Naruto, su pecho, su pecho se estaba desgarrando, no, no era imposible, ¿no lo había dejado así sin más, cierto? ¿No Naruto, concebir la idea le estaba costando su equilibrio, necesitaba sentarse.

Se negaba aceptar la realidad, esperaría  el tiempo suficiente antes de mandar a todo su personal a buscarlo, debió olvidar el celular y dar una vuelta, talvez necesitaba aire.

Lo entendió al final, solo le había dado más tiempo a resguardarse dónde no lo pudiera encontrar, después de 6 hrs, sin el carro, llaves, celular, no, ya no podía seguir fingiendo que todo estaba bien, se había ido, su mayor miedo, se había hecho realidad, se marchó.

Al principio lo cubrieron sentimientos de furia, ¿eran falsas todas aquellas palabras de amor? Nunca lo amo con la misma fuerza que el lo hacia, ¿podía dejarlo a la deriva sin ninguna piedad? El dolor lo carcomía, la tortura más insoportable que alguna vez tuvo que soportar, dolía, demonios dolía en el alma.

Mientras esperaba notícias empezó a recordar la cara de desilusión de Naruto, podía ver cómo si fuera un cristal cómo algo dentro de él se quebraba, le mintió en su cara cientos de veces, lo había traicionado, quizás se merecía lo que le estaba pasando, sí Naruto le hubiera mentido así, posiblemente estaría igual, aunque era tan débil ante él, que sin importar su dignidad, se habría quedado a su lado. Miraba a la nada memorando cada frase de su conversación, él insistía en que ahora serían padres ¿ya no era su prioridad? ¿Por qué? no podía simplemente alejarse.


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