Capitulo seis.

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Cuando Kara terminó de hablar con Lena y aclaró la larga lista de acontecimientos y actos pendientes, esta no lo dudó y se sintió libre de estar en aquella casa como si fuera suya. Por lo mismo, volvió nuevamente a la habitación del niño sin esperar que Lena la guiara o acompañara. Admiró cada detalle del lugar, cada objeto había sido cuidadosamente pensado, era como si ella misma lo hubiera escogido. El bebé se removió en la cuna y cuando menos lo esperó, ya se encontraba sentado observándola. Sus ojos azules eran bastante grandes y profundos, casi iguales a los suyos. Entendía ahora por qué Lena débilmente mencionó que jamás pudo sacarse sus ojos de su mente, su hijo se lo recordaría siempre.

Kara: Hola Lucas. - Saludó con una sonrisa, viendo cómo este solo la miraba curioso para después soltar una adorable risa. - ¿Quieres que te cargue? - El pequeño rubio asintió de inmediato y luego tomó entre sus pequeñas manos el rostro de su madre, la observó fijamente. - Mamá, mamá. -

Horas después.

Elisa había despertado, preparado el desayuno y buscado a Kara por toda la casa en vano, ya que esta no se encontraba en ningún lugar. Así que fue ella la que recibió segundos después a su hija Alexandra, quien había vuelto a casa para una visita temporal junto con Samantha, quien se encontraba bastante alegre a pesar del largo trayecto. La pelirroja se había marchado hace un considerable tiempo atrás y luego de mucho, por fin se dio el lujo de volver a su hogar en paz. Fuera del país, se la había visto en una situación difícil por la intervención de Zor-El y Lionel en su vida, sin embargo, la ayuda y astucia de Lena había aliviado todo, dándole dinero y un negocio fértil, además de la protección discreta que manejaba. Eso le había ayudado a salir adelante. Samantha había volado un día antes para saludar a su amiga y traerle buenas noticias, además de pasar a saludar también al hijo de esta, un pequeño a quien tachaba de encantador.

Por orden de Lena, nadie pronunció en 3 años que era ella quien le había brindado una salvación a ese matrimonio. La azabache había buscado formas no muy honestas para guardar la paz y felicidad de su amiga Samantha, a quien consideraba leal. La había conocido en su niñez cuando Lillian la adoptó luego de que su madre Patricia falleciera trágicamente. La pena había inundado a la morena en aquellos tiempos, pero cuando Lena apareció, todo aquello mejoró. La ojiverde había sido llevada por su padre para que viera a su hermano, Alexander, con el cual tenía una relación extremadamente estrecha.

Eran muy unidos y ciertamente parecidos

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Eran muy unidos y ciertamente parecidos. Lionel, después de divorciarse de su esposa en aquellos tiempos, consideraba que la familia era importante sin importar los errores que atormentaran aquel pilar de su vida. Lillian también lo creía y por ello permitió siempre que la pequeña visitara a su hijo, que uniera lazos con él hasta el punto que ella misma le tenía un gran afecto y la veía como una hija más. Lillian también tenía una relación cálida y amable con Elizabeth, a la que tachaba de ser una mujer realmente bella e inteligente. A pesar de ese espíritu calmo que poseía, jamás ninguna tuvo ningún problema con la otra, ya que el matrimonio que se realizó aquella vez fue bajo la felicidad de todos los presentes. Elizabeth y Lionel se habían conocido cuando todo había terminado entre él y su primera esposa, por lo cual ninguna felicidad temporal se forjó sobre el sufrimiento y las lágrimas de alguien inocente.

~ Amante del enemigo. ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora