Capitulo ocho.

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Las diferencias entre Kara y Lena siempre habían sido notorias, incluso para ellas mismas. Lena era una mujer de belleza deslumbrante, atractiva y con una seguridad que se desbordaba en cada paso que daba. Siempre caminaba con la mirada al frente, con pasos firmes y reflejando en sus ojos un desafío a cualquiera que se cruzara en su camino. Su carácter era fuerte y su temperamento, lejos de ser el mejor, la hacía parecer intratable. De todos sus hermanos, se decía que ella era la más difícil de tratar debido a su ego y la gran vanidad que albergaba en su interior. Era evidente que hacerla sentir mal era una tarea ardua, ya que no permitía que nadie la pisoteara. Siempre procuraba decir la verdad y cuando lo hacía, no había ni una pizca de empatía en sus palabras, golpeando a cualquiera que realmente lo mereciera. Solía ser caprichosa y malcriada, siempre deseando cualquier cosa que llamara su atención. Por lo tanto, no fue sorprendente que no sintiera ninguna clase de depresión al conocer la verdad sobre Kara. Lena estaba completamente segura de que sin su familia no solo saldría adelante, sino que lo superaría gracias a su excelente inteligencia. Sin embargo, había algo muy profundo dentro de ella que muy pocos conocían y que la hacía parecer vulnerable: el amor. Lena amaba con una gran intensidad y cuando ese amor no era correspondido o resultaba herida, se convertía en el arma perfecta para arrebatarle la vida o causarle dolor al causante.

Tener a Lionel y Elizabeth como padres fue una ventaja en la vida de Lena. Lionel la había educado para que siempre aspirara a ser la mejor en todo, y que nunca se conformara con menos. La había criado para que siempre confiara en sí misma a la hora de enfrentar y solucionar inconvenientes. Desde el día que la sostuvo en sus brazos por primera vez, supo que en ella tenía la heredera perfecta para perpetuar su apellido. Ella era su orgullo, su razón de ser, siempre causándole satisfacción y brindándole alegrías, incluso después de su desagradable error. Lena lo amaba y recordaba con cariño los buenos tiempos. Sin embargo, verse en la situación de tener que elegir lo dejó excluido de su vida.

Lena consideraba a Lucas y Kara como su verdadera familia, su única familia, y estaba dispuesta a hacer todo lo que estuviera a su alcance para protegerlos. Esto incluía incluso convertirse en una villana si fuera necesario. Una villana imparable, dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

A pesar de su aparente dureza, Lena era una mujer de gran corazón. Su amor por Lucas y Kara era inmenso, y estaba dispuesta a sacrificarlo todo por ellos. Aunque esto significara enfrentarse a su propio padre, a quien una vez amó y respetó. Pero Lena era fuerte, y estaba dispuesta a luchar por lo que creía correcto. No importaba lo que costara, ella siempre estaría allí para proteger a su familia. Y eso, en última instancia, era lo que la hacía verdaderamente imparable.

Elizabeth, la madre de Lena, fue una figura igualmente influyente en su vida. Fue ella quien la guió para que fuera calculadora, astuta y, en ciertos momentos, incluso mentirosa. Elizabeth era una mujer de gran inteligencia y astucia, y se aseguró de inculcar estas cualidades en su hija desde una edad temprana.

Desde pequeña, Lena aprendió a observar y analizar a las personas y situaciones a su alrededor. Su madre le enseñó a leer entre líneas, a descifrar las intenciones ocultas detrás de las palabras y acciones de las personas. Le enseñó a ser cautelosa, a no confiar ciegamente en nadie, y a siempre tener un plan de respaldo.

Pero quizás lo más impactante que Elizabeth le enseñó a Lena fue a ser manipuladora. Le mostró cómo usar sus palabras y acciones para influir en las decisiones y comportamientos de los demás. Le enseñó a ser persuasiva, a saber cuándo y cómo presionar para obtener lo que quería.

Estas lecciones, aunque útiles en ciertos aspectos, también tuvieron un lado oscuro. Los rasgos manipuladores y psicópatas que Elizabeth inculcó en Lena la hicieron mucho peor que sus padres en situaciones difíciles. En lugar de buscar soluciones pacíficas y justas, Lena a menudo recurría a la manipulación y la mentira para salir de las situaciones complicadas.

~ Amante del enemigo. ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora