Yo te protegeré

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Iruka iba caminando con Naruto en brazos. El niño parecía más calmado que horas antes, se encontraba abrazando al maestro mirando el camino que dejaban atrás, en el meneo de la caminata comenzó a cerrar los ojos debido al sueño y es que al haber intentado escapar en reiteradas ocasiones de Sakura, el niño había usado mucha de su energía. Iruka entonces, pudo tener un momento para pensar en lo que posiblemente había ocurrido. Él trabajaba en la torre del Hokage y una vez al año le tocaba hacer inventario de los pergaminos que se encontraban en poder de Konoha, tenía información de cada uno y su responsabilidad era saber cuál era su contenido. Tenía memoria casi fotográfica por lo que la información difícilmente se le borraba.

Caminando hasta la casa del crío repasó la lista mental que tenía intentando ubicar algún pergamino que hablara sobre lo que le ocurría a Naruto, pero nada, lamentablemente no recordaba ninguno que ayudara a la investigación. Suspiró antes de darse cuenta de que había llegado al lugar.

Subió por las escaleras siendo consciente de que Naruto se encontraba dormido, sonrió enternecido. Sacó la llave que su exalumna le había entregado por la mañana y entró a la vivienda. Sería mentira decir que se sorprendió por lo que vio, porque no lo hizo. Sabía la historia del chico y aún más, sabía cómo era su presente viviendo solo. Lamentablemente una sola palabra lo describe por completo «Desastre». Aun así, sonrió. Acomodó al rubio sobre la cama y se dedicó a ordenar la pequeña habitación.

Primero levantó la ropa sucia colocándola dentro el cesto, luego fue a encender la lavadora. Una vez habiendo puesto la ropa a lavar, fue a limpiar la cocina; luego se dirigió por la escoba y el recogedor. Lavó el baño, ordenó las pocas armas ninjas, revisó el refrigerador en caso de tener que tirar algo y por último, tendió la ropa.

Tomó una mochila y rebuscó en los cajones del niño la ropa de cuando era un infante. Por desgracia encontró solamente dos camisas, un short roto, un calcetín y ninguna ropa interior. Iruka sintió arder su corazón, Naruto siempre había sido alguien solitario que fue despreciado desde su nacimiento. Nunca pudo formar lazos amistosos porque siempre fue rechazado, aunque intentara agradar. Cuando entró a la academia recuerda que él mismo lo trató así, si no fuera por el Hokage y Kakashi Hatake, él lo hubiera seguido tratando igual al resto.

Suspiró una vez más y pensó entonces que aquello sería una oportunidad para darle a Naruto otro tipo de recuerdos. Sonrió mirando al pequeño bulto que se formaba en la cama y deseó poder hacer un buen trabajo. Se levantó, cerró las ventanas, se llevó al hombro la mochila, cargó a Naruto y salió del departamento, según Tsunade lo mejor sería que viviera con él en su departamento para evitar todo tipo de sospechas.

De camino a su departamento, se desvió por tiendas de ropa infantil y luego al mercado, supuso que cuando el niño despertara tendría hambre por lo que tendría que cocinarle algo nutritivo.

Todos le observaron. No era normal que Iruka Umino tuviera a un niño dormido en brazos. Algunos padres de familia que lo conocían se acercaron a preguntar si se trataba de su hijo. Al ser parte de una misión, la Hokage había dejado en claro que debían de mantener la discreción lo mejor que pudieran, por lo que mintió. Dijo que durante un tiempo haría el favor de cuidar al hijo de un amigo que vivía fuera de la aldea debido a que éste se encontraba enfermo y se negaba a contagiar al niño. Por suerte, a muchos les causó ternura y gracia, nadie preguntó por el amigo, en cambio las bromas e insinuaciones de «Le queda muy bien ese papel Iruka sensei» fueron su comidilla.

Una vez llegado a la casa, acomodó al niño sobre la cama y se dispuso a hacer el quehacer. El fin de semana pasó sin respuesta alguna, pero en cambio pudo observar algunas características de la actual forma de Naruto. Muy buena audición, olfato y vista nocturna. Tiene un especial gusto por la carne y por las frutas. Le gusta saltar, correr y perseguir a Iruka a donde sea que vaya. Cuando tiene sueño se acurruca sobre una almohada o sobre las piernas de Iruka. Da vueltas para acomodarse. Y a veces lo ha encontrado andando en cuatro patas.

Misión, ¿peculiar? ᵏᵃᵏᵃⁱʳᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora