Aquel día, para sorpresa de Tsunade, Kakashi y todos los presentes, Jiraiya hizo acto de presencia. Naruto se encuentra sentado solo debajo de un árbol comiendo el onigiri de Sakura. Se encuentran evaluando su capacidad de resistencia en el campo de entrenamiento 5. Hasta el momento todo indica que sus habilidades, para el cuerpo que posee, son superiores a las de cualquier niño normal. Pero, sobre todo, sobresalen sus habilidades instintivas relacionadas al zorro del cual se encontraba tomando forma.
Por el momento, Naruto sigue siendo tímido y gruñe a personas que no conoce, no obstante, tal parece que Kakashi ha tomado -al menos por esas horas- el rol de lugar seguro, porque cada que termina algún ejercicio corre a esconderse entre sus piernas. Con su larga y esponjosa cola se aferra a él, como si temiera que se fuera a con Iruka sin él.
Cuando el viejo sannin se acerca a Naruto, le hacen la advertencia de que sea precavido porque el niño es asustadizo y tiende a atacar ante el más mínimo gesto, cosa que ocurre, entonces el pequeño rubio corre y escala directo a los hombros del único descendiente del Clan Hatake.
-¡Vaya! Esos sí son reflejos. Kakashi tráelo aquí. Veamos el sello.
Kakashi alza su mano cerca de la naricita del niño haciendo que la olfatee, días antes había visto a Iruka hacer lo mismo. Logra calmarlo sin recibir ningún rasguño en el proceso, solo que por algún motivo Naruto comienza a lloriquear. El ninja copia lo toma en brazos cargándolo asegurándose de hacerlo con delicadeza tal como Iruka.
-¿Él te asustó, ca- cariño?
Todos quedan sorprendidos ante el apodo tan dulce que aquel ninja nada amoroso había pronunciado. Sin embargo, se abstienen de mencionar algo al ver a Naruto asentir y cubrir su carita entre el chaleco de Kakashi y sus manitas. El de mayor rango sonríe debajo de la mascarilla, proporciona caricias dulces a su pequeño alumno. Su pecho se siente pesado y extrañamente cálido, siente palpitar su corazón con intensidad, logra entender por qué Iruka era como era. Cómo no serlo ante esos gestos tan tiernos, tan desesperados de atención y protección.
-Él no te hará daño, todo lo contrario -Naruto alza la mirada con ojos llorosos- Él revisará el sello que tienes en tu pancita y nos ayudará a que regreses a la normalidad. -Naruto baja su mirada, en su boca se forma un puchero -Iruka sensei está de acuerdo con esto y yo estoy aquí para protegerte, ¿recuerdas que Iruka sensei lo dijo? - Naruto asiente- Yo lo prometí, estoy aquí para protegerte, cariño.
Naruto asiente por última vez. Kakashi camina hasta Jiraiya, éste sonríe con aprobación, intenta no hacer movimientos bruscos cerca de su ahijado, le hace una seña al jōnin para que se siente en el banquillo donde se encontraba el niño minutos antes. Kakashi se sienta, acomoda al pequeño sobre sus piernas y le dice que le abrirá el yukata para que el sannin pueda inspeccionar.
Naruto respira con irregularidad ante la profunda sensación de acorralamiento. Todos notan la irregularidad y miedo en su chakra, cada que pasan los segundos el sentimiento de inseguridad ante la idea de que Jiraiya no termine su trabajo a tiempo aumenta, porque aquello puede tener una sola trágica posibilidad, al tener un sello incompleto el zorro puede terminar de poseer el cuerpo humano.
Kakashi acaricia las orejas salidas del cuero cabelludo, eso parece relajarlo ligeramente.
-Tranquilo Naru, solo un poco más y termina. Pronto podremos ir con Iruka sensei, pero primero debes de ser valiente ¿sí?
Tsunade sonríe al notar la estabilidad en el chakra. Mira a Kakashi, sintiendo ligera ternura por la escena. Minutos más tarde, Jiraiya termina el trabajo. Naruto adormecido cae en brazos de Kakashi. Parte del ritual que realizó requirió ligeramente del chakra del más joven por lo que al finalizar, la energía característica del rubio disminuyó, terminando en aquel estado.
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Misión, ¿peculiar? ᵏᵃᵏᵃⁱʳᵘ
FanfictionKakashi Hatake x Iruka Umino «Un día cualquiera en donde Iruka no se esperaba más que aburrimiento, una misión muy peculiar llega a su persona. Una donde los sentimientos rebosantes aparecen y su instinto protector da pie a una historia de amor no s...