Slytherin Boys; React/ One-shots.

Ellos siendo tus amantes (Lover)

NOTA:

Inspirado en canciones de Lover, por lo que seguramente corran el riesgo de que les de diabetes de tanta dulzura (en algunos, eh), no me hago responsable, jajaja.

Último del año, casi me rebano los ojos para que estuvieran todos (no, no pienso agregar a Snape, lo siento, jajaj) , gracias por el apoyo, espero nos sigamos leyendo.

P.D. Tuve que usar todo mi autocontrol para no ponerles a todos False God );

━━━━━━━━❪✧❫━━━━━━━━

Canción: It's Nice To Have a Friend.

¿Qué sucede cuando dos almas solitarias se encuentran?

Tom pasaba las hojas delgadas y viejas de su libro, analizando las propiedades de la piel de dragón cuando la puerta del despacho del profesor Dumbledore se abrió, primero entró el profesor y detrás de él una chica de cabello cobrizo, tenía mala cara. Tom cerró su libro con cuidado y acomodó su espalda en el respaldo de la silla acolchonada donde estaba sentado.

—Joven Riddle, ¿su castigo no inicia en diez minutos? —Interrogó el profesor tomando asiento en la silla detrás del escritorio.

—Me gusta ser puntual, profesor—, aclaró con voz neutral.

Observó de reojo como la chica puso los ojos en blanco en un gesto de fastidio.

Tom no lo supo aquella tarde, pero el que se echara la culpa de molestar a unos sangre sucia lo llevaría a conocer a la persona que lo marcaría de por vida. Y ella no tenía la menor idea de que quedarse dormida en una de las clases del profesor Dumbledore la llevaría a conocer al único ser vivo que haría estallar su corazón con una sola mirada.

Dos semanas compartieron sus tardes, arreglando libros en orden alfabético, revisando tareas de niños de primero y escuchando los disparates del profesor Dumbledore sobre los distintos sabores de chocolate que existen en el mundo. No se hablaron más de lo que se consideraría adecuado, pero Tom empezó hacer notas mentales sobre cómo se acomodaba el alborotado cabello, en cómo sus ojos viajaban sin ningún interés por todo el lugar y en como brillaban cuando captaban algo de su interés, en la forma de su rostro y la de sus manos...

—¡Oh por Merlín! —La escuchó el último día de su castigo, cuando iban saliendo del despacho del profesor.

Normalmente él se daría media vuelta y ella caminaría en dirección contraria, pero esa vez fue diferente, ambos se quedaron parados a un lado del otro; el viento invernal soplaba por todos los pasillos y Tom notó como cerraba sus manos evitando entumecerse.

—Toma—, dijo, quitándose sus propios guantes de piel de dragón, había ahorrado meses para poder comprárselos.

Ella lo miró dudosa, torturando su labio inferior entre sus dientes, Tom sintió la necesidad de remplazarlos con los suyos.