Slytherin Boys; React/ One-shots.

Les gustas pero no lo admiten.

—No sería hasta los últimos años de Hogwarts que Draco la notó.

—Al inicio la detestaba, como todo lo nuevo que se presentaba en su vida, pero con el paso de los meses y tras varias sesiones de estudio sobre las artes oscuras, el estrés que le provocaba verla se convirtió en un hormigueo cálido en su pecho.

—Naturalmente, descubriría en silencio y de manera recelosa lo mucho que le gustaba. La manera en la que sus cejas se contraían al analizar cada palabra que él le decía, la manera en la que sus ojos se centraban sólo en él, la manera en la que sus caderas se movían cuando iban a las infames fiestas de Slytherin... todo de ella le gustaba de maneras poco sanas.

—Y aunque la confirmación constante de sus sentimientos estaba cada día con él, se negaba rotundamente a aceptarlo de manera oficial.

—"Malfoy", el canturreo de su voz cuando lo alcanzó por uno de los pasillos.

—Draco se obligó a no girarse de inmediato, siguió caminando y con la vista pegada al frente, sólo una tensión en sus labios en forma de sonrisa fue lo único que se permitió mostrar ante su presencia.

—"Voy tarde a la última clase, honey", fue su seco saludo.

—Soltó una risita ante el claro resoplido de la chica.

—"¿Y si te la saltas para dormir una siesta conmigo?".

—Draco consiguió no tropezar con sus propios pies de milagro.

—Sus ojos grises en los de ella, ella hizo un puchero tratando de convencerlo.

—"Es pociones con Snape, honey", dijo más para convencerse a sí mismo, ella remarcó su expresión infantil. "Nunca he faltado a una clase de él".

—"¿Así que prefieres la grasienta presencia de Snape que la mía?", sus manos en sus caderas, un reproche en broma que terminó en ceño fruncido cuando Draco no le dio una respuesta rápida. "De acuerdo, bien, disculpa por retrasarte, nos vemos luego".

—Draco vio con el corazón a punto de salir de su pecho como dio media vuelta y empezó a alejarse de él.

—Su vista del pasillo que conducía a las mazmorras, a la caballera que empezaba a distanciarse.

—"¡Honey! ¡Espérame, honey!".

—Al diablo el cabello grasiento de Snape, Draco prefería dormir una siesta con ella y su nariz enterrada en su lindo y bien cuidado cabello, aunque eso significara una hora de reproches mentales por ser tan idiota.