Slytherin Boys; React/ One-shots.

Ellos llorando.

—A Lorenzo le gustaba jactarse de ser muy abierto en cuestión de sus emociones, siempre las demostraba sin problema, pero nunca había llorado enfrente de nadie, no desde que dejó de tener seis años y berreó por un juguete a su madre.

—Claro que eso no significaba que no lo hiciera, Lorenzo lloraba cada tanto tiempo y "casualmente" era en los momentos en los que podía estar completamente solo, sin amigos y sin su querida novia, la cual, era la razón por la que se encontraba llorando.

—Le había recomendado un libro que la hizo llorar, y él convencido de que no haría lo mismo con él, lo leyó.

—Supo que lo destrozaría desde la mitad del libro, por eso dejó de leerlo en público y sus lecturas continuaron por las noches.

—Hasta aquella tarde libre, que había decidido por fin terminarlo, o ¿el libro terminó con él?

—Fuese como fuese, Lorenzo se encontró llorando en silencio en su habitación, con la vista pegada a la pared, mientras sus lágrimas corrían en dirección de sus orejas.

—Dejó que el sentimiento de soledad le recorriera el pecho, mientras recordaba las últimas palabras que se habían dicho los protagonistas.

—"¿Saltamontes?", un llamado dulce y preocupado hizo que pegara un brinco. Giró la cabeza hacia la derecha, su chica junto a la cama lo miraba con el ceño fruncido.

—"Hola, guapa", saludó con la voz rota y una sonrisita tímida.

—Ella brincó a su lado, tomando su cara entre sus manos, en un gesto lleno de amor.

—"¿Todo bien? ¿Por qué lloras?", cuestionó limpiando suavemente sus constantes lágrimas.

—Lorenzo se encogió levemente de hombros, una risita nerviosa salió de sus labios con un par más de lágrimas.

—Ella hizo un leve puchero de tristeza, besó su nariz y limpió su rostro con cuidado.

—"Es tu culpa", la acusó suavemente, ella alzó las cejas sorprendida. "Tú y tu maldito libro".

—La carcajada que soltó hizo estremecer el corazón de Lorenzo, las lágrimas que soltó después de eso fue por la belleza que limpiaba dulcemente sus lágrimas.

—"Tú te burlaste de mi cuando me encontraste llorando por ese libro", le recordó, otro beso en su nariz. "Dijiste: me pregunto si podré hacerte llorar de esa manera en otro escenario".

—Las mejillas de Lorenzo se tornaron rojas bajo los dedos de su novia, ella volvió a reír.

—"Acabas de romper mi momento de vulnerabilidad", se quejó haciendo un puchero infantil.