◇Promesa◇

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Laine mantenía la vista en el techo, su cabeza reposaba sobre el respaldo del viejo sofá de su habitación, sus ojos se mantenían fijos en la araña que se asomaba de vez en cuando en el agujero del techo, sentía las suaves manos de su madre sostene...

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Laine mantenía la vista en el techo, su cabeza reposaba sobre el respaldo del viejo sofá de su habitación, sus ojos se mantenían fijos en la araña que se asomaba de vez en cuando en el agujero del techo, sentía las suaves manos de su madre sostener las suyas mientras esta le pintaba las uñas de rojo. 

-Ya está, no las toques – la chica inspecciono sus uñas perfectamente pintadas de un rojo tan vivo como la sangre – ahora tu cabello.

Azara quito las pinzas del cabello de su hija y se dispuso a peinar delicadamente cada uno de sus rizos. Una vez que su madre termino de arreglarla camino hasta su cama donde un vestido de dos piezas de terciopelo negro con mangas largas la esperaba.

Laine se miro en el viejo espejo de su habitación y tomo su desgastado labial rojo, admiro el trabajo de su madre al arreglarla y el resultado le agrado, claro que no el hecho de las cosas que Azara tenía que hacer para poner comida en la mesa, pagar la renta y para los pocos lujos que de vez en cuando podían darse.

La chica acomodo su cabello una vez más antes de salir de su habitación, en la sala su madre junto a la ventana sonreía y le indico no hacer ruido, Laine se posiciono junto a la mujer y entendió el motivo de la sonrisa de esta, la abuelatriz de los Snow estaba cantando.

Durante la rebelión la mansión de los Moss se incendio dejándolos aun mas en la ruina, tanto los Snow como los Moss tenían su fortuna invertida en el distrito trece y con la destrucción de este, ambas familias quedaron en ruinas.

Lo único que conservaban los Snow era un viejo departamento propiedad de la Abuelatriz aunque por el aun debían pagar el alquiler, las Moss vivían en el mismo edificio solo que un piso más abajo y quien mantuvo por años a los familias fue Azara mientras que la mujer Snow mayor cuidaba de los cuatro niños.

-Al parecer alguien despertó feliz – murmuro la chica con notable cansancio en su voz, no había dormido bien y los nervios la estaban matando.

– Te ves hermosa mi cielo pero sonreír un poco – su madre quiso apretar sus mejillas pero la chica se aparto de ella.

-No tengo motivos para sonreír madre – Laine fijo su vista en la fotografía sobre la desgastada mesa de centro, sintió sus ojos picar y parpadeo rápidamente para alejar las lagrimas – Hoy es día de la cosecha.

No era un secreto para Azara el porqué su hija odiaba los juegos y en especial a los distritos.

-Laine – llamo su madre intentando abrazarla pero esta una vez más se aparto.

-Debo irme, se me hace tarde.

-Come algo antes de ir a la academia – la mujer le indico el desayuno sobre la mesa, una taza de café y dos galletas.

-No tengo hambre, come tu – la chica tomo su bolso – de cualquier manera puedo comer en la academia.

-De acuerdo – Azara se acerco a su hija y sin que esta pudiera apartarse la abrazo – mucha suerte futura Doctora Moss.

▪︎ BAD ROMANCE ▪︎  || CORIOLANUS SNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora