Laine despertó de mal humor, la charla con su madre debido a su cercanía con Coryo se había alargado hasta altas horas de noche, donde su madre solo tenía una advertencia y esa era no traer al mundo a un niño Snow-Moss, al menos no mientras tuviera 18 años.
Laine intento explicarle a su madre que nada sucedía entre ellos pero la mujer no se fiaba de ambos jóvenes, cada paso que la chica daba atormentaba sus ojos castaños producto del sol, el haber dormido solo tres horas le molestaba y ni siquiera podría hacer una siesta al finalizar las actividades en la academia pues debía ir al funeral de Arachne, su madre ya le había dejado un traje de dos pieza negro perfectamente planchado sobre su cama.
Ver el Zoologico la hacía querer retroceder por los recientes sucesos pero le había dicho a Wovey que volvería a verla esta mañana y allí estaba, vestida con su uniforme rojo, con el cabello recogido en una trenza, labios rojos y las uñas perfectamente arregladas, Azara aprovecho la charla para retocar la pintura en sus uñas la buena presentación era algo muy importante para su madre.
A lo lejos pudo divisar a Wovey dormida recostada sobre el hombro del chico, no recordaba su nombre solo sabía que era parecido a Bobby o Tobby, el chico sacudió a la niña a su lado para despertarla. Cuando la niña abrió los ojos inmediatamente diviso a su mentora saludándola desde la reja, Wovey sonrió ampliamente para ir hacia Laine.
-Hola pequeña Wovey – saludo Laine.
-Si viniste, pensé que no vendrías por lo de tu amiga – dijo la niña apenada.
-Te dije que vendría – Laine ignoro la parte de "su amiga", no entraría en detalles sobre la relación pasiva-agresiva que llevaba a diario con Arachne – te traje algo.
De su bolso Laine saco un servilleta con algunas galletas que su madre le había dejado para su desayuno, Laine jamás se lo diría a su madre pero odiaba las galletas puesto que era lo único que a veces comía. Wovey recibió las galletas con ojos brillantes y de inmediato le dio una mordida a una de ellas.
-Están muy ricas – sonrió la niña con la boca llena de migas.
-También te traje agua – Laine saco dos botellas de agua de su bolso y se las tendió a la niña – una para ti y la otra para.... El.
-Bobbin – dijo Wovey señalando al muchacho.
-Sí, ahora ve con el – Laine estiro la mano atreves de los barrotes para acomodar el cabello de la niña y picar ligeramente su nariz – te veré mas tarde, vendrán por ti y todos ellos, me veras en unas horas en la academia.
-Gracias y hasta pronto Laine – Wovey volvió con el chico de su mismo distrito para darle galletas y el agua.
-Laine Moss – la mencionada se giro hacia quien la llamo.
-Lucy Gray Baird.
-¿estás bien? Después de lo de ayer – balbuceo Lucy.
-Estoy bien, ¿Cómo estas tu? – pregunto Laine caminando hacia Lucy.
-Bien – Lucy desvió su mirada hacia Wovey – me alegra que vinieras a verla y a traerle comida, es solo una pequeñita tan dulce e inocente, me recuerda a mi Prima Maude Avory.
Lucy sonrió nostálgica al recordar a la bandada mientras que Laine jugueteo incomoda con sus uñas puesto que de cierta manera Wovey también le recordaba a su hermanita pero eso era algo que a Lucy no debía importarle.
-Es lo mejor que puedo hacer por ella antes de los juegos.
Laine rebusco en su bolso por otra botella de agua, traía tres una para Wovey obviamente, una para Bobbin pues sabía que su pequeña tributo la compartiría y mínimamente debía mantener hidratada a la niña por lo que le trajo una botella a cada una y la tercera estaba pensada para Lucy Gray quien estaba claro que la compartiría con su amigo pero no había mas botella en su casa y tampoco era San Laine para ayudar a todos los tributos, simplemente lo hacía porque Lucy era su única y última esperanza para obtener el premio Plinth.
ESTÁS LEYENDO
▪︎ BAD ROMANCE ▪︎ || CORIOLANUS SNOW
Fanfiction~Los días oscuros le arrebataron a Laine Moss la vida que conocía, su familia cayó en la desgracia y sobre sus hombros caía el peso de restaurar el honor de su familia. Laine tiene una meta y esa estar en el punto más alto sin importar lo que tenga...