◇Imprudente◇

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La chica Moss daba vueltas en el pequeño salón de su hogar, las gotas de agua escurrían por su cabello mojado, luego de tirar sus tacones rotos agradeció a Coriolanus por cargarla hasta su casa

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La chica Moss daba vueltas en el pequeño salón de su hogar, las gotas de agua escurrían por su cabello mojado, luego de tirar sus tacones rotos agradeció a Coriolanus por cargarla hasta su casa. Claro que ambos tuvieron que soportar las burlas de Trigis que tuvo que esquivar un zapato volador que Laine le aventó antes de tirarlos, ahora la chica se encontraba bañada y con su pijama puesto mientras seguía quejándose de Highbotton con su madre.

-Ese hombre trata de arruinarnos aun mas y se atrevió a restregárnoslo en la cara – Azara asentía ante las palabras de su hija mientras tomaba una taza de té – me asigno una niña, ¿Qué voy hacer con una niña mamá?

-Lo primero que debes hacer es calmarte y aceptar que no ganaras ese premio – Laine se dejo caer frustrada sobre el sofá – hay que ser realistas y ver que ni Coryo ni tu tienen posibilidades con las niñas del ocho y doce.

-Eso es culpa del decano y luego dice que papá y el señor Snow eran sus mejores amigos.

-¡ay por favor!, Casca odiaba a tu padre y Crassus, probablemente porque ellos eran más guapos e inteligentes – por un momento Azara recordó cómo se veía su esposo y sonrió inconscientemente.

-Y más altos – agrego Laine trayendo de vuelta a su madre.

-Ahora se desquita con ustedes porque siempre estuvo enamorado de Rosse, la madre de Coriolanus y porque yo rechace casarme con él cuando tu padre murió – Azara lo había considerado pues casarse le proveería una mejor vida sus hijas pero lo que Highbotton había dicho de su esposo la hizo negarse rotundamente a contraer matrimonio con el decano.

-Es un hombre resentido adicto a la morfina – Laine esperaba que el decano algún día muriera de una sobredosis, claro que no se lo dijo a su madre.

-Ve a dormir, descansa y mañana conoce a tu tributo – ordeno Azara a su hija.

-¿Vas a salir? – pregunto la chica notando que su madre traía puesto un vestido azul brillante.

-Sí, llegare tarde no me esperes, tu uniforme está limpio y planchado en tu habitación – Laine vio a su madre retocar su labial para después ponerse un abrigo negro – en la cocina hay leche y galletas para que desayunes mañana.

Una vez que la mujer rubia estuvo lista, dejo el beso en la cabeza de su hija y salió por la puesta dejando sola a la muchacha. Laine suspiro con pesar pues había visto los anuncios de desalojo en la habitación de Tigris y si Tigris no podía tener el dinero a tiempo para pagar el alquiler entonces su madre saldría a media noche y por la mañana las deudas estarían saldadas.

Tenía que hacer algo y ganar esos juegos aunque no fuese con su tributo, lo lamentaba por la pequeña Wovey pero al igual que los tributos, Laine estaba atrapada y con esos pensamientos rondando su cabeza se metió a la cama dispuesta a dormir.

A la mañana siguiente cuando la chica despertó noto que su madre aun no llegaba por lo que se metió a bañar y se vistió con su uniforme rojo de la academia, sentía el estomago apretado por el hambre pero aun así dejo la leche y las galletas para su madre.

▪︎ BAD ROMANCE ▪︎  || CORIOLANUS SNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora